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  • La guerra impuesta a Siria ha tenido un alto costo humano y provocado el desplazamiento de unas 13 millones de personas.
    En Profundidad

    La guerra impuesta a Siria ha tenido un alto costo humano y provocado el desplazamiento de unas 13 millones de personas.

La posición geográfica y los recursos petroleros de Siria han sido ambicionadas por EE.UU. y sus aliados occidentales.

Al cumplirse este martes los 11 años del inicio de la guerra en Siria, el país árabe sigue resistiendo a los intentos de Estados Unidos y sus aliados por desmembrarlo y apoderarse de sus recursos petroleros.

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A más de una década de su inicio, el conflicto armado sigue afectando al pueblo sirio que con el apoyo de fuerzas rusas y grupos de resistencia islámico hacen frente a los combatientes y mercenarios apoyados por occidente.

Inicio de la guerra

El 15 de marzo de 2011, en la cresta de la denominada "Primavera Árabe", promovida desde Occidente como parte de la reconfiguración de los equilibrios de poder en la región medioriental y magrebí, una manifestación antigubernamental en Damasco derivó en una guerra.

Siria, como Estado moderno, es el resultado de las aventuras coloniales que derivaron en los acuerdos que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en particular entre Turquía (Imperio Otomano, entonces), Francia y Reino Unido.

Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Siria cayó en la lógica de la Guerra Fría, a pesar de los esfuerzos realizados por Damasco y El Cairo en la época del panarabismo nasserista que llegó a vivir una efímera República Árabe Unida (RAU).

Actores en el conflicto

La posición geográfica de Siria de cara al mar Mediterráneo y parte de la geopolítica actual determina su papel en lo que fue Primavera Árabe y el conjunto de alianzas que apoyan o luchan contra el Gobierno legítimo de Bashar Al Assad.

Los principales partidarios del Gobierno de Al Assad son Rusia e Irán, mientras que Turquía, las potencias occidentales y varios Estados árabes del Golfo, han apoyado a la oposición en diversos grados durante la última década.

Rusia, que tenía bases militares en Siria antes de la guerra, lanzó una campaña aérea en apoyo de Al Assad en 2015 que ha sido crucial para cambiar el rumbo de la contienda a favor del Gobierno.

Una coalición liderada por Estados Unidos (EE.UU.), desde la época de Barack Obama, también ha llevado a cabo ataques aéreos y desplegado fuerzas especiales en Siria desde 2014 para ayudar a una alianza de milicias kurdas y árabes llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) a capturar el territorio que alguna vez estuvo en manos de militantes del autodenominado Estado Islámico (Daesh, en árabe) el noreste.

El coste de la guerra

Tras más de una década, más de 380.000 personas han muerto, entre ellos cerca de 117.000 civiles, incluidos más de 22.000 niños, y 2,1 millones han resultado heridas, aunque es díficil compatibilizar los datos.

La guerra impuesta al pueblo sirio ha provocado el desplazamiento de 13 millones de personas: unos 5.600.000 viven como refugiados en países vecinos y 6.700.000 a lo interno del país. Casi la mitad de los desplazados llevan más de cinco años fuera de sus casas y casi cuatro de cada diez han tenido que moverse más de tres veces.

Ha sido devastadora para los niños, pues casi 12.000 han muerto o resultado heridos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que un millón de niños han nacido con su familia ya viviendo como refugiada en estos últimos años.

Un 47 por ciento de los jóvenes, de entre 18 y 25 años de edad, han sufrido la muerte de algún familiar o amigo, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Uno de cada seis señala que al menos uno de sus padres ha fallecido o sufrido heridas graves, mientras que el 12 por ciento confirma heridas en carne propia. 

Desde hace años se desarrollan en Ginebra las conversaciones entre el Gobierno y oposición, auspiciadas por la ONU, para redactar una nueva Constitución que pueda poner fin al conflicto.


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