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    La batalla por Vieques fue un elemento unificador del pueblo, no solo por la paz de la “Isla Nena”, sino por todo Puerto Rico.

El fallecimiento del pescador viequense Carlos 'Taso' Zenón, presidente de la Asociación de Pescadores, expone una vez más la realidad de la “Isla nena” abandonada.

El fallecimiento del pescador viequense Carlos 'Taso' Zenón, presidente de la Asociación de Pescadores, expone una vez más la realidad de la “Isla nena” abandonada. Su reconocido activismo por sacar de Vieques- Puerto Rico- a la Marina de Guerra de los Estados Unidos,  forma parte del libro de su autoría 'Memorias de un pueblo pobre en lucha'.

“Taso” convirtió el dolor en combate. Solía contar “cómo una máquina de la Marina de Guerra de Estados Unidos, destruyó la casita de madera de su madre, como parte de las expropiaciones para convertir tres cuartas partes de la isla municipio, en escenario de sus prácticas de guerra”. Por eso dedicó el resto de su vida a luchar contra la presencia militar norteamericana en su isla.

Como líder de la Asociación de los Pescadores de Vieques, encabezó desde su humilde embarcación, unido junto a otros hombres del mar, los enfrentamientos contra el cuerpo militar. Fue larga y difícil la lucha contra la Marina, que contó con la gallardía y la fuerza de la razón de gente sencilla como Taso Zenón, sumó a personalidades de todo el mundo y significó para Puerto Rico, un triunfo popular en el 2003, cuando la Marina de Guerra estadounidense abandonó la isla, cuatro años después de que una bomba matara al guardia civil David Sanes.

 

El David viequense

Y es que ese nombre se convirtió en símbolo de resistencia, cuando aun hoy se recuerda la imagen mítica de hombres tirando piedras desde pequeños botes, contra potentes barcos de guerra norteamericanos.

Taso Zenón fue líder de esa justa causa. Detenido en Estados Unidos en varias prisiones por su resistencia de años, Taso regresó a su tierra natal a continuar el desafío de la ocupación norteamericana e irrumpiendo ellos mismos, parte de la superficie que les quisieron quitar en la pequeña isla bombardeada, habitada por ciudadanos pacíficos.

“Desarrolló actividades e hizo grandes aportaciones, que hay que reconocer. Él logró varias cosas, número uno le dio visibilidad a la lucha de Vieques, cuando logró que traspasara los límites de Puerto Rico y llegó a planos internacionales. Participó en las Naciones Unidas y fue aprendiendo poco a poco la dinámica de cómo organizarse”. Evoca el también líder viequense Ismael Guadalupe. 

En 1999, durante unas acaloradas vistas públicas en Washington para atender los reclamos de la ciudadanía en favor de Vieques, el exgobernador Pedro Rosselló pronunció la famosa frase “Don’t push it”, o “no lo fuerces”, dirigida al senador James Inhofe, quien estaba en contra de que el gobierno federal, ordenara el cese de las actividades de la Marina y el traspaso de los terrenos de la isla, para uso de los puertorriqueños. Los reclamos ante la Marina para que termine el proceso de limpieza en Vieques siguen vigentes.

Puerto Rico
Fue larga y difícil la lucha contra la Marina de guerra estadounidense, que contó con la gallardía y la fuerza de la razón de gente sencilla como Taso Zenón.

El caso de Puerto Rico como territorio colonial, hace tiempo se debate en las Naciones Unidas. Después de un largo período, en 1972, se aprobó una resolución que reconocía el derecho de libre determinación e independencia de Puerto Rico, redactada por Ricardo Alarcón, representante de Cuba en la ONU y Juan Mari Bras, líder histórico boricua. Desde entonces esa resolución ha dado margen al debate y se han aprobado consecutivas resoluciones. Estados Unidos no ha podido reunir los votos para bloquear esos acuerdos, a pesar de las presiones ejercidas a lo largo del tiempo. En el año 2000, hubo un gran logro, se aprobó una resolución de consenso sobre los derechos de los puertorriqueños.

A propósito, la lucha por Vieques vino en auxilio de la necesidad histórica de la descolonización de Puerto Rico. Es bastante fácil recordar las imágenes de aquellos arrestos frente a la Marina de Guerra, las protestas de casi todos los sectores del país y las marchas multitudinarias, cual episodio memorable de la conciencia.

Taso supo unir a muchas personas a favor de esta causa. Ismael Guadalupe, también fue parte de esas maniobras de Taso Zenón en el mar, donde con su lancha de pescador se enfrentaba a grandes buques de guerra.

Esos desafíos, sin duda, lograron captar la atención de muchos. “La idea era que ellos subían, cuando habían maniobras, se paraban frente a los barcos que estaban bombardeando y deteníamos el tiro. Se hacía en lanchas pequeñitas, de esas artesanales. Por eso le llamaban ‘la lucha del David contra Goliat’ porque aquellos eran unos monstruos de barcos, que cuando paraban, tú estabas en una pequeña lancha y te sacudían prácticamente. Era un desafío enorme”, rememoró.

Puerto Rico
Lo de Vieques comenzó cuando Estados Unidos decidió convertir a Puerto Rico en un bastión militar, en víspera de la Segunda Guerra Mundial.

Pequeña tierra

Esta “tierra pequeña” según los taínos, ha pasado a la historia por sus hombres grandes. Vieques, resonó más que las bombas que allí detonaban, cuando sus pobladores, juntos a los de la isla grande, Puerto Rico, hicieron salir de allí a la Marina de Guerra de los Estados Unidos en 2003.

Aunque, lo de Vieques comenzó cuando Estados Unidos decidió convertir a Puerto Rico en un bastión militar, en víspera de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, difícilmente hubo un momento más trascendental en la historia del pueblo de Borinquén, que la contienda incansable por detener los bombardeos de la Marina de Guerra norteamericana contra la pequeña isla, lograr que barcos y militares abandonaran ese pedazo del territorio boricua.

La batalla por Vieques, fue un elemento unificador del pueblo, no solo por la paz de la “Isla Nena”, sino por todo Puerto Rico. Ahí destaca por su arrojo Carlos (Taso) Zenón, presidente de la Asociación de Pescadores de Vieques, en medio de las dificultades de los pescadores y la disposición de los viequenses, decididos a no entregar su territorio a la Marina.

Hasta hoy, como parte del enclave colonial, el gobierno federal estadounidense mantiene el control de todo el territorio puertorriqueño, a través del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre y tanto bajo el agua como sobre la tierra - en Vieques y Culebra, fundamentalmente- permanece la contaminación.

El daño ambiental en tierra y agua, ha generado por sólo citar una consecuencia imprecisa, más de un 30 % de la población con padecimientos cancerosos. Un número muy significativo en una comunidad como Vieques, de unos nueve mil habitantes.

Puerto Rico
Hoy se recuerda la imagen mítica de hombres tirando piedras desde pequeños botes, contra potentes barcos de guerra norteamericanos.

La cantidad de agentes carcinógenos lanzados desde el aire y disparados al área de pruebas militares de Vieques, desde su inicio en 1947 hasta el final de 1998, son la causa de prevalencia de cáncer en los residentes, debido a la exposición de los contaminantes de las municiones.

Hasta ahora sólo hay estudios engañosos del verdadero impacto humano y ambiental, tras décadas de maniobras militares en la región. Mientras tanto, los efectos continúan, tanto como la falta acción del Gobierno local y federal, para hacer justicia a los viequenses.

La Marina dijo que tardaría “unos diez años” para terminar la limpieza terrestre, y “de 15 a 20 años adicionales”’ para la descontaminación subacuática. Así lo indicó al Centro de Periodismo Investigativo (CPI) el supervisor del proyecto de restauración que lleva a cabo esa rama militar, Dan Waddill.

Las maniobras terrestres, navales y aéreas se llevaron a cabo en unas 15,000 cuerdas del este de Vieques, en casi el 44% de toda el área de la isla-municipio. “Toma tiempo cubrir todo el terreno y la seguridad es parte del proceso”, alegó Waddill. “Las municiones pueden explotar y lastimar a los trabajadores. Dos terceras partes de nuestra fuerza de trabajo son residentes de Vieques. Estamos tratando de proteger a nuestros trabajadores”.

O sea que las bombas que creían desaparecidas están latentes, aunque no hagan ruido. Fue impactante la imagen tomada bajo el mar, por algunos pescadores, mientras laboraban al norte de Vieques, diez años después del cese de los ejercicios militares de la Marina de Guerra de los Estados Unidos.

“Esta es una de las bombas que aún yacen en nuestro fondo marino. Mi compañero de trabajo mide 5 pies 6 pulgadas y no es ni la mitad del tamaño, de la parte sin enterrar de la bomba. ¿Cuánto debe estar enterrada esta bomba para mantenerse firme ante las fuertes corrientes marinas?”, refiere el sitio digital 8O Grados.

Miles de bombas se encuentran dispersas en el fondo marino en lugares insospechados. “A diario nos topamos con bombas o chatarra militar. El riesgo está ahí, pero no dejaremos de pescar. Necesitamos trabajar para poder vivir”, añaden los hombres del mar.

Entre tanto las autoridades locales y federales no han restaurado el lecho marino. “Al contrario”, los pescadores aportan datos oficiales del Gobierno de Puerto Rico, que demuestran las mermas de 90 por ciento en la pesca, durante los diez años siguientes a la salida de la Marina.

Puerto Rico
El ambientalista Arturo Massol Deyá, al respecto define a Vieques como “magno ejemplo de la soberana colonia, donde se impone el imperialismo ambiental”.

Daño ambiental

El otro impacto es ambiental. La Marina quemó la vegetación en abierto desafío a la Junta de Calidad Ambiental de Puerto Rico (JCA), aunque la agencia, no autorizó esa práctica, según una carta dirigida al cuerpo castrense en septiembre de 2016. ¿De que van los gobernadores de un enclave colonial?

“Mientras la Marina siga con la estrategia de quemar y detonar al aire libre, los tóxicos que se levantan con el polvo, pueden llegar a la comunidad. Los viequenses ya han sufrido y van a seguir sufriendo los efectos de los tóxicos en el aire”, dijo en 2017, Cruz María Nazario, epidemióloga y profesora en la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico.

“Hubo una detonación tan fuerte, que mi casa tembló”. “Desde mi hogar, veo el humo en forma de hongo, después de las explosiones”, dijo Miguel Ángel Reyes, del barrio Monte Carmelo, ubicado a pasos del antiguo campo de tiro. Lo que ve, es casi como cuando había prácticas militares.

La Marina, quemó la vegetación en una zona de 75 cuerdas al extremo este de la isla, donde se concentraban las prácticas militares más intensas. Allí se pueden encontrar desde proyectiles de 16 pulgadas, disparados por buques de guerra, hasta explosivos de 200 libras y las llamadas bombas de racimo que, tras ser lanzadas desde el aire, liberan a su vez pequeñas bombas, sostuvo Daniel Hood, gerente del proyecto para extraer las municiones terrestres y submarinas.

Estos proyectiles pueden permanecer activos bajo tierra por mucho tiempo, provocando daños en la población después de episodios de guerra o, en este caso, de prácticas de tiro, añadió Hood.

La Marina sostiene que esas municiones están ocultas por intensa vegetación y son muy sensibles al movimiento, por lo que optan por la quema abierta para poder identificarlas y evitar un accidente.

Tampoco se ha emitido alerta por parte de los gobiernos local o federal, para prevenir el consumo de alimentos potencialmente contaminados.

El ambientalista Arturo Massol Deyá, al respecto define a Vieques como “magno ejemplo de la soberana colonia, donde se impone el imperialismo ambiental”.

Aquí “se arrojaron más de 25,000 bombas al año y hay miles todavía en el suelo y en el lecho marino (entre el 5% y el 15% no detonan al caer, se oxidan y liberan tóxicos). Además la isla fue zona de investigación y práctica de armamentos como el napalm, balas revestidas con uranio y armas químicas. Sin embargo, todavía existe incertidumbre sobre todos los químicos utilizados allí por la negativa del Departamento de Defensa a proveer los datos. ¿Cómo concluir entonces que hay ausencia de riesgo cuando desconocemos a qué temer? ¿Y limpiar qué?”. Insiste el Profesor UPR Mayagüez.

“Con la Marina fuera de Vieques, se detuvo la entrada de más tóxicos, no hubo más nubes de polvo, se produjo menos contaminación en la cadena alimentaria, entre otros síntomas de recuperación”.

Pero se pregunta, ¿cuántas nuevas muertes están incubándose por falta de acción preventiva del 2003 al presente? ¿Cuántas más por exposición futura?

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Zenón subtituló su obra 'Manual de lucha para los jóvenes que quieren transformar a Puerto Rico', como valiosas lecciones de vida para los jóvenes, de un hombre de paz y justicia.

Memorias

Hoy trasciende la vida de Taso Zenón, su entereza y sus memorias. En su libro de trece capítulos, cuenta en detalles las tácticas que utilizaron los pescadores puertorriqueños, para interrumpir las diferentes maniobras militares que se llevaban a cabo en Vieques.

Narra cómo dejaban “nasas” de pesca en aguas llanas, lo que provocaba que las hélices de los motores de los navíos militares, se enredaran con las cadenas. En una ocasión, asegura, rodearon de madrugada un campamento de soldados en medio de un ejercicio bélico, logrando sorprender, de manera bochornosa, a la fuerza militar más poderosa del mundo, explica en su reseña la Historiadora E. Rosado.

Detalla también la lucha en contra de la Marina en los tribunales federales. Abunda sobre la contienda política contra poderes locales, como contra jugadores internos en la Asociación de Pescadores de Vieques, que dirigía. Por ejemplo, Zenón describe el proceso legal y político contra diferentes almirantes de la Marina y el gobernador de Puerto Rico, Carlos Romero Barceló.

“El exgobernador demandó a la Marina, en nombre del Gobierno de Puerto Rico, bajo el pretexto de que el cuerpo militar violaba leyes ambientales federales. Los pescadores, por su parte, también demandaron a la Marina por daños contra su equipo de trabajo y por atentar contra el sustento de los pescadores. Posteriormente, ambas demandas se presentaron juntas. Luego, Zenón explica cómo el ex gobernante, ante sus ojos, utilizó la situación para adelantar sus fines ideológicos y políticos, y cómo la Marina prácticamente sobornó a otros integrantes de la Asociación de Pescadores para disolver la entidad”.

Las memorias de Taso Zenón describen las consecuencias que tuvieron las acciones tomadas por los pescadores. Zenón sufrió la muerte de uno de sus compañeros, en una prisión de Florida, estuvo preso en Oso Blanco y enfrentó la traición de algunos de sus propios compueblanos y colegas.

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En su libro de trece capítulos, cuenta en detalles las tácticas que utilizaron los pescadores puertorriqueños, para interrumpir las diferentes maniobras militares que se llevaban a cabo en Vieques.

Memorias de un pueblo pobre en lucha es un libro de referencia. El autor prometió un segundo tomo, en el que contaría lo sucedido en la Isla Nena al final del siglo XX, mientras la muerte anunciada -cáncer mediante- contra la que luchó tan vehementemente ha terminado con tan valiosa vida.

Zenón subtituló su obra 'Manual de lucha para los jóvenes que quieren transformar a Puerto Rico', como valiosas lecciones de vida para los jóvenes, de un hombre de paz y justicia.

“Dios concede la victoria a la constancia”, dijo alguna vez Simón Bolívar. El mismo que en 1816, en silenciosa y peligrosa travesía liberadora, llegó a la isla de Vieques, en el bergantín “El indio libre”. Venia de Venezuela, tras una deprimente derrota. Cinco días en la Isla Nena, reabasteciendo a su tropa insurgente. Fue así como lo impensado del azar, llenó de orgullo a Taso Zenón, quien también sentía como Bolívar, que la América liberada sería una sola.

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