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    Tras el huracán María, los fallecidos anunciados inicialmente por las autoridades de Puerto Rico fueron 64, pero la Universidad de Harvard estimó que fueron entre 1.400 y 5.740.

La costa este de EE.UU., el Golfo de México y los países del Caribe están en la ruta de estos eventos meteorológicos.

Del 1 de junio al 30 de noviembre, el océano Atlántico vive, cada año, la temporada de huracanes. ¿Qué organismos ciclónicos han sido los más devastadores? ¿Todos los países se preparan con el mismo rigor para impedir los embates de ciclones y huracanes?

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La costa este de Estados Unidos (EE.UU.), el Golfo de México y todos los países del mar Caribe se encuentran en la ruta de estos sistemas meteorológicos.

Un mismo fenómeno es capaz de recorrer y afectar a varios países. ¿Por qué los daños, en un mismo huracán, no son iguales en todas las naciones? ¿Cómo es la preparación para esperar a estos sistemas y cómo son, luego, los planes de recuperación?

Los ciclones tropicales, sus particularidades

Cuando se habla de un huracán, se piensa rápidamente en fuertes vientos e intensas lluvias; pero es más que eso: Un huracán –descrito por la organización meteorológica mundial– es un sistema meteorológico caracterizado por una circulación cerrada circular alrededor de un centro de baja presión.

Habitualmente, los ciclones tropicales se forman en las costas del este de África, trasladándose hacia el oeste. Sus vientos giran contrario a las manecillas del reloj.

Una leyenda extendida por todo el Caribe cuenta que el huracán es el espíritu de una mujer africana que fue robada, violada, golpeada, asesinada y arrojada al mar por la baranda de uno de los barcos de esclavos en ruta hacia América. Por eso, según la historia, todos los huracanes de la región comienzan en el mismo punto de éxodo de África –el punto de la comercialización de esclavos del Atlántico– y golpean las paradas donde los esclavos fueron vendidos.

Pero, más allá del mito, lo constatable son las vidas que se pierden cada año y los cuantiosos perjuicios materiales que dejan a su paso.

Huracán María: Camino a Puerto Rico

De acuerdo al texto “Tropical Cyclone Report: Hurricane Maria”, de los autores Richard J. Pasch, Andrew B. Penny, y Robbie Berg, el huracán María se originó a partir de una onda tropical que brotó de la costa occidental de África el 12 de septiembre de 2017.

El día 16 –a 1,070 km de la isla Barbados– se convirtió en depresión tropical. Seis horas después –según datos del Centro Nacional de Huracanes de Miami– se convirtió en tormenta tropical, y en las últimas horas del día 17 era ya un huracán.

La intensificación no terminaba. María duplicó sus vientos en apenas unas horas y de un huracán categoría 1 pasó a un huracán categoría 5, en solo 24 horas. María tocó tierra en Dominica el 19 de septiembre de ese año, convirtiéndose en el primer huracán de categoría 5 en afectar esta isla de las Antillas Menores.

Según las estimaciones del Gobierno de la isla, el huracán causó daños al 90 por ciento de las estructuras en Dominica. La Agencia de Manejo de Emergencias de Desastres del Caribe (Cdema) estimó que el huracán causó daños por "miles de millones de dólares".

El diario St. Lucía Times, del 20 de septiembre de ese año, daba a conocer la cifra de 27 muertes. Aunque el ojo del huracán no tocó tierra en Martinica, el sector agrícola veía cómo el 70 por ciento de los cultivos de plátanos sufrían daños y los vientos dejaban prácticamente a toda la isla sin electricidad.

El huracán María llegó a Puerto Rico el 20 de septiembre con categoría 4. Después de su entrada al sureste de la isla, se reportaron ráfagas de viento de 175 mph en el puerto de Yabucoa, y de 190 mph en el campamento Santiago. Además, se registraron precipitaciones muy intensas en todo el territorio.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, inundaciones generalizadas afectaron a San Juan, llegando hasta 6 pies de altura en algunas áreas, y numerosas estructuras perdieron su techo. El entonces gobernador, Ricardo Rosselló, estimó que María causó al menos 90.000 millones de dólares en daños.

La electricidad: Lentitud e indiferencia

Hubo dilaciones que provocaron quejas:
- El 26 de septiembre de 2017, el 95 por ciento de la isla no tenía electricidad.
- El 6 de octubre, un poco más de dos semanas después del paso del huracán, el 89 por ciento todavía no tenía electricidad.
- Un mes después, el 20 de octubre, el 88 por ciento de la isla no tenía electricidad (alrededor de 3 millones de personas).
- El 26 de septiembre, el 95 por ciento de la isla no tenía servicio de telefonía celular, según la NOAA.
- El 6 de octubre, el 58 por ciento no tenía servicio celular.
- El 20 de octubre, solo el 49.1 por ciento de las torres celulares funcionaba.

Aunque la falta de fluido eléctrico, la escasez de agua y la ausencia casi total de comunicación paralizaban la isla, fue el número de muertes reportadas lo que causó polémica e indignación.

El número de muertos informado inicialmente por las autoridades de Puerto Rico fue de 64, pero esta cifra se modificó luego que un estudio realizado por la Universidad de Harvard estimara que entre 1.400 y 5.740 muertes fueron imputables al huracán María.

El estudio fue publicado en la revista científica New England Journal of Medicine. Se basó en una encuesta al azar realizada en 3.299 hogares de Puerto Rico. Una vez allí, se preguntó sobre las muertes y las causas de estos fallecimientos. Se compararon, además, los resultados con cifras del año anterior, y se concluyó que habían muerto 4.645 personas más que en el mismo periodo de 2016.

"La interrupción del cuidado médico fue la primera causa de elevadas y sostenidas tasas de mortalidad en los meses tras el huracán, un hallazgo consistente con la ampliamente reportada alteración de los sistemas sanitarios", apuntó la investigación.

"Nuestros resultados indican que la cifra oficial de 64 es una sustancial infravaloración de la verdadera mortalidad tras el huracán María", indicó el estudio de la escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en colaboración con las universidades Carlos Albizu y Ponce, de Puerto Rico. Muchas personas fallecieron como resultado de la falta de atención médica, de electricidad y de agua potable.

El número de muertos provocado por el huracán María era entonces mayor que los del huracán Katrina (2005). Se estima que los muertos de Katrina –que afectó a EE.UU.– fueron 1.833.

La noticia echaba por tierra las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump. En octubre de ese año, cuando visitó la isla, Trump les dijo a las autoridades puertorriqueñas que deberían estar "orgullosas" de que el número de muertos –en ese momento, de solo 16– no era tan alto como los de "una verdadera catástrofe", como la ocasionada por Katrina.

Hay que recordar, además, que la exsecretaria de Seguridad Interna de EE.UU., Elaine Duke, reveló que el presidente estadounidense preguntó en 2017 si la isla caribeña podía venderse.

¿Fue realmente María o, desde antes, Puerto Rico vivía un cataclismo?

El cambio climático y los graves daños ocasionados a la naturaleza por el actual orden mundial –factor acelerador de esos “fenómenos naturales”– son temas recurrentes en los medios informativos.

Narciso Isa Conde, político, escritor y ensayista dominicano, escribió, desde el sitio digital de la República: “Pero poco se conoce y se dice –algo fríamente calculado en la agenda del poder mediático– que Puerto Rico estaba en quiebra antes del impacto de esos fenómenos (huracanes Irma y María)”.

La actual alcaldesa independentista de la ciudad de San Juan de Puerto Rico, Carmen Yulín Cruz, en la contraportada del libro “La batalla por el paraíso: Puerto Rico y el capitalismo del desastre”, de Naomi Klein, escribe: “Los huracanes Irma y María han desenmascarado el colonialismo al que nos enfrentamos en Puerto Rico y la desigualdad que fomenta creando una grave crisis humanitaria”.

Para Isa Conde “Puerto Rico estaba en quiebra y amenazado por el plan de austeridad antipopular, por la Ley Promesa, y encontraba las consecuencias en el endurecimiento del coloniaje y en las políticas neoliberales”. Puerto Rico –decía Isa Conde– vivía el aumento de las privatizaciones, las desigualdades sociales, los despidos masivos. Puerto Rico –concluía la alcaldesa– ya sufría “la apropiación privada del sistema eléctrico y el recorte brutal de las políticas sociales”.

Katrina: Rumbo a EE.UU.

George W. Bush era presidente de EE.UU. cuando el huracán Katrina entró por Nueva Orleans. En sus memorias parece reconocer que su reacción fue lenta.

"El problema no fue que yo tomara malas decisiones. Fue que me tomé mucho tiempo para decidir", escribió Bush. Las preguntas parecen llegar solas: ¿No debe estar un presidente –sobre todo en casos de catástrofe– capacitado para tomar decisiones rápidas e inteligentes?

El huracán Katrina se originó en la temporada ciclónica del 2005. Se formó en el sureste del archipiélago de las Bahamas el 23 de agosto.

La tormenta fue en dirección de la Florida y se convirtió en huracán dos horas antes de que tocara tierra en ese estado, en la mañana del 25 de agosto. Katrina disminuyó su intensidad al adentrarse en tierra firme, pero volvió a ser un huracán una hora después de haber entrado en el Golfo de México.  

El 27 de agosto alcanzó la categoría 3, continuó intensificándose y alcanzó la categoría 5 en la mañana del 28 de agosto. Ese mismo día alcanzó vientos de 280 km/h, convirtiéndose en el cuarto más intenso de los registrados en el Atlántico hasta entonces.

El milagro cubano

“Los cubanos han capeado algunas de las más violentas tormentas que los trópicos pueden crear, con cifras de muertos sorprendentemente bajas y un cumplimiento casi perfecto de las órdenes de evacuación”, así escribió Ruth Morris en 2005, en el sitio digital de Sun-Sentinel, poco después del paso del huracán Katrina por Estados Unidos.

¿Qué asombraba a Ruth Morris? ¿Qué estadísticas puede mostrar Cuba que, en comparación con el resto de los países de la región, han provocado el asombro de la comunidad internacional?

Desde antes de comenzar la temporada de huracanes, los cubanos realizan sesiones de entrenamiento con simulacros de evacuaciones y revisión de los planes de emergencia.

De acuerdo con el texto “Innovaciones en sistemas de alerta temprana y planes de enfrentamiento a desastres: la experiencia cubana”, los cubanos estiman el riesgo asociado a cada evento, la planificación de los recursos para la reducción del riesgo, capacitan y entrenan a la población y organizan la respuesta para la recuperación de acuerdo al nivel de riesgo de cada comunidad.

Las estadísticas cubanas de evacuación, disponibles en el propio texto, dan testimonio de que, por ejemplo, cuando los huracanes Ike e Iván pasaron por la isla, Cuba protegió a más de 2 millones de personas en cada caso, 2.266.066 en el caso del huracán Iván, y 2.615.794 cuando el azote de Ike. Muchas personas son trasladadas a sitios seguros y a refugios organizados por el propio Estado.

La ayuda que llega a los refugios cubanos

El huracán Irma, con categoría 5, afectó a toda Cuba en 2017. Luego de cualquier huracán los refugiados continúan en sus sitios de resguardo hasta tanto se normalice la situación y se evalúen los daños.

Yaguajay, uno de los municipios de Sancti Spíritus, provincia cubana ubicada en el centro de la isla, sintió cuando el huracán tocó tierra. Rolando Alonso Díaz, subdirector provincial de cultura en la provincia, dijo a teleSUR que se emocionó varias veces con el accionar de la Defensa Civil Cubana.

 “Quienes se encuentran en zonas de peligro son evacuados con mucho tiempo de antelación. El personal de la Defensa Civil lo da todo, a cualquier hora, para salvar vidas. Tanto como eso es el sistema de alerta temprana lo que favorece aún más”, comentó.

Los refugios cubanos –asegura el subdirector de Cultura– poseen médicos, enfermeras y psiquiatras, y están provistos de agua limpia, alimentos y televisores. “Tanto como eso –enfatizó– puedo decir que, cuando pasó el huracán Irma por nuestra región, se conformaron 16 brigadas artísticas para visitar los refugios y actuar allí. Artistas profesionales, brigadas de instructores arte, músicos, escritores, el arte se pone en función de los más necesitados”, aclaró.

Además, se realizaron 240 actividades y las muestras de solidaridad ocurrieron en todo el país.

Las estadísticas pueden ilustrar cualquier palabra. La temporada de huracanes no puede tomar al Caribe por sorpresa. Rolando Alonso recordaba a teleSUR una frase del poeta cubano José Martí: “Los peligros no han de verse cuando se les tiene encima, sino cuando se les puede evitar”.


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