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  • A Lasso se le acumulan las complicaciones, mientras la Conaie insiste en el diálogo por los reclamos de las necesidades del pueblo. 
    En Profundidad

    A Lasso se le acumulan las complicaciones, mientras la Conaie insiste en el diálogo por los reclamos de las necesidades del pueblo. 

Cuando el pasado 13 de junio comenzó la movilización nacional de los pueblos indígenas, se sumaron varios sectores productivos y organizaciones sociales de Ecuador.

La derecha considera a Ecuador un bastión, que "si cayera", podría cambiar el equilibrio de fuerzas en la región.

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Como todo espejo tiene su reflejo, la ultraderecha ecuatoriana renace y busca alianzas. Ecuador giró claramente a la derecha cuando Guillermo Lasso, quien llevaba una década intentando ser presidente, fue votado. El inquilino del Palacio de Carondelet, asumió la Presidencia al tercer intento a los 65 años de edad.

Antes quedó en segundo lugar en los comicios de 2013, frente a Rafael Correa; y en 2017, contra Lenín Moreno, quien definitivamente, con su traición al pueblo, le allanó el camino.

“Desde hace años he soñado con la posibilidad de servir a los ecuatorianos para que el país progrese, para que todos podamos vivir mejor. Hoy, ustedes han resuelto que eso sea así”, señaló en su discurso de victoria.

Sus acólitos reivindican los valores cristianos, la propiedad privada, el libre mercado, el porte de armas y la hispanidad. Con furor rechazan a la izquierda, el ambientalismo, el indigenismo, el feminismo y catalogan despectivamente de “internacionalismo infantil” a los organismos de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Lasso viene de una familia de clase media, de la cual es el último de 11 hermanos. Escaló a la presidencia del Banco de Guayaquil, uno de los más grandes del país, del cual es ahora uno de sus principales accionistas. Eso explica mucho su aferrado interés de clase. 

Como miembro del Opus Dei, Lasso introdujo una serie de cambios que provocaron malestar e inconformidad entre las organizaciones feministas, que lograron la discusión de la ley que regula el aborto. 

La votación de febrero pasado se dio en cumplimiento de una sentencia de la Corte Constitucional, que ordenaba la despenalización y la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo, cuando la gestante haya sido víctima de violación. 

Entró en vigor con el veto parcial que le impuso el presidente Guillermo Lasso, quien modificó el texto original aprobado por la Asamblea Nacional. En uso de su catolicismo y prerrogativas, Lasso cambió 61, de los 63 artículos aprobados inicialmente por el Parlamento, de modo que la ley que salió anunciada fue la versión del mandatario.

Fatigosos días en resistencia

Lasso está probando fuerzas frente al pueblo, pero la grave crisis política y conmoción interna les está restando aliento a todos, tras el agravamiento de los problemas sociales, el retroceso de diez años en niveles de pobreza, y los fatigosos días en resistencia.

Por ahora, la cúpula de poder está ganando tiempo en esta guerra de desgaste. Retrasar los acuerdos con guiños de soluciones plañideras, no es suficiente para quienes llegaron hasta aquí con tal firmeza, engañados, hambreados, traicionados.

Tras un largo debate en la Asamblea Nacional de Ecuador, no se llegó a los votos favorables de las dos terceras partes parlamentarias para el mecanismo de la muerte cruzada; aunque de todas formas el cadáver del Gobierno ya huele, como los difuntos por falta de asistencia médica.  

Necesitaban 92 votos y lograron 80 para la solicitud realizada por la bancada de la Unión por la Esperanza (UNES) en medio de la marea agitada que tiene lugar desde el 13 de junio, con el paro indefinido de las fuerzas populares convocados por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). 

Desde los alrededores del edificio del Parlamento, el pueblo observó a los 48 votantes negativos y las nueve abstenciones que impidieron el cambio de la historia, en un “impase” que los indígenas sabrán convertir en fortaleza. 

Tienen demasiados años de ignominia encima y sabiduría acumulada, tal como dijera el líder indígena al presidente Lasso: “Quito continúa sitiada por la pobreza, no por el paro”.

Allá afuera continúan latentes las razones que demandan el cambio, “por grave crisis política y conmoción interna”. También porque el Gobierno del presidente Guillermo Lasso no demuestra una auténtica voluntad de diálogo con las organizaciones movilizadas. 

Mientras transcurría la votación, en Quito (capital), la Policía reprimió a los manifestantes con gases lacrimógenos. Para que no queden dudas, las unidades antimotines de la Policía Nacional de Ecuador hicieron bien su trabajo: avasallaron a los pobladores con bombas lacrimógenas en el recinto de la Universidad de Cuenca. 

Igualmente, lo confirma un reporte de la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos, ante una “fuerte represión en la Universidad de Cuenca”, en la provincia sureña de Azuay. Sin pudor, también acosaron hogares de asistencia humanitaria.

Tras dos semanas de protestas, se evidencian las amenazas de muerte para el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Leonidas Iza. 

Previamente tuvo lugar el ataque a los comuneros que se manifestaban pacíficamente como parte del Paro Nacional en Shushufindi, Amazonia del Ecuador. Vieja artimaña, en lo que se esclarece toda la verdad. 

Ahora, el Gobierno utiliza técnicas de desinformación, confusión, infiltración y violencia contra los manifestantes. Viejas artes en tiempos nuevos. 

Mientras el tema va y viene, ordenaron atravesar el bloqueo indígena a como diera lugar para facilitar el motivo a la represión, el uso de gas contra la población, disparos de balas de goma, perdigones y municiones reales. 

Todo fue grabado de parte y parte. Llovieron las denuncias, mientras Lasso ejecutaba su propósito autoritario, suspender las conversaciones con la dirigencia de la Conaie. El telón se baja cuando, con una intervención televisada dice y tira las culpas del otro lado, de los que según él, “quieren secuestrar la paz de los ecuatorianos”.

Saturación

En el año que lleva Lasso en el Palacio de Carondelet, la Conaie se ha reunido varias veces con el Gobierno. Saturados de falsas promesas y de no ser escuchados, organizaron el paro nacional junto con varias organizaciones.

Agotados los primeros diálogos del 11 de junio, 4 de octubre y 10 de noviembre del año 2021, quedó demostrada la falta de voluntad política para resolver las demandas sociales. Incluso se solicitó que los diálogos fueran televisados, petición negada por el Ejecutivo.

Las demandas actuales son aproximadamente las mismas que en 2019, lo que varía es el agravamiento de la vida, atendiendo a que los Gobiernos de Moreno y Lasso no dieron solución. 

Recordemos cuando el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi  (MICC) realizó una marca de la dignidad el 11 de junio del 2021, para poner en conocimiento la realidad económica de las comunidades y organizaciones.

Tuvo lugar en Latacunga, donde presentaron propuestas y pedidos recibidos por Oswaldo Coronel, gobernador de Cotopaxi, y asambleístas del Movimiento Pachakutik.

Aquí se planteó la resistencia a la privatización de los bienes públicos y de los recursos estratégicos de la nación, exigen el cese del endeudamiento del campesinado y de las clases populares.

Cuando el pasado 13 de junio comenzó la movilización nacional de los pueblos indígenas, tras agotar las instancias de diálogo con el Gobierno, se sumaron los campesinos, sectores productivos y diversas organizaciones sociales de Ecuador; la agenda incluyó diez temas fundamentales en materia económica y derechos humanos. 

Los temas prioritarios presentados, tienen que ver con la vida. A las organizaciones participantes: la Conaie, la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras del Ecuador (Fenocin), Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos (Feine), Federación Nacional de Bananeros del Ecuador (Fenabe), se incorporan campesinos de la Amazonía, bananeros, maiceros de la Costa, arroceros, floricultores y pescadores.

Muestra del descontento de los pueblos y nacionalidades indígenas. También los apoyan miles de personas de las comunidades afectadas por la explotación minera a gran escala. 

Están presentes las asociaciones de médicos, transportistas, estudiantes y mujeres, pronunciados en la lucha contra el neoliberalismo. Apoyan el paro nacional, frente al deterioro de las condiciones socioeconómicas y muestran mayor desconfianza, dados los engaños institucionales.

En un hecho sin precedentes, típico del fascismo puro, las fuerzas policiales ingresaron la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Artistas, profesionales y trabajadores de las diferentes áreas se han enfrentado a las violaciones de los derechos humanos, a la represión contra las organizaciones indígenas y distintos sectores sociales. 

En una evidente provocación y criminalización del movimiento indígena, previamente detuvieron a Leonidas Iza, presidente de la Conaie. Lo mantuvieron ilegalmente retenido por casi 20 horas y fue puesto en libertad con medidas cautelares.

Los indígenas en Ecuador, a pesar de ser un 8 por ciento del total poblacional, siguen siendo para la mayoría no indígena, una ciudadanía muy maltratada.

Neoliberalismo duro

La violencia ha provocado muertos, decenas de heridos, algunos de suma gravedad y cientos de detenidos, porque el paro no es sólo indígena. “Con medidas que transitan a un neoliberalismo duro que causa mucho sufrimiento en la gente, por eso todos salieron a las calles en todas partes”, manifestó la analista ecuatoriana Irene León. 

“La gente ha salido a las calles por cuestiones que están a flor de piel, porque ya no hay posibilidades de cubrir la canasta básica, los precios se han multiplicado, ya no se puede acceder a la educación… por eso la gente está movilizada en todas partes”. 

Protestan por la carestía económica, los altos precios de alimentos y combustibles que han empobrecido a quienes, de hecho, ya eran los más pobres de Ecuador. 

“Desde 2017 hasta acá y ahora estamos viviendo un neoliberalismo duro y pesado”. Hubo recortes en todo el sector público, generando un deterioro en la calidad de vida de las familias urbanas y rurales. “La salud retrocedió de un modelo eficiente, aplicado durante la Revolución Ciudadana, al punto que en la pandemia se recogían los cadáveres de las calles en las ciudades”, señaló la analista de política internacional de Ecuador. 

Igualmente, llegan a comprender el porqué de la decisión de las organizaciones movilizadas, de mantener el paro y no aceptar “negociaciones” como ocurrió en 2019. En aquel momento el pueblo tuvo que volver a su casa sin alcanzar lo que pedía, reflexiona. 

Ecuador vivió un “golpe blando” contra la Revolución Ciudadana que mantuvo desde el 2007 al 2017, precisa la socióloga ecuatoriana.

Podrás morir del mismo modo

Actualmente la precariedad y el trabajo informal son la norma de la vida en Ecuador. Aun así, Lasso les llama “emprendedores”, a cerca de 800.000 personas que no saben leer, ni escribir y que abocadas al abismo, practican la economía emergente. 

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el porcentaje de analfabetismo, según tipo de población, es para los indígenas 16,2 por ciento; montubios 15 por ciento; afroecuatorianos 6,8 por ciento; y mestizos 4,5 por ciento. Entretanto, la reducción presupuestaria en las universidades públicas es una afrenta, ante la apuesta por las universidades privadas.

A Lasso se le acumulan las complicaciones, mientras la Conaie insiste en el diálogo por los reclamos de las necesidades del pueblo. 

La Conaie primero tiene la capacidad de suministrar alimentos no procesados a todo el país y de ser firme a la hora de hacer caer a dos presidentes de Gobierno. Abdalá Bucaram, en 1997, y Jamil Mahuad, en el año 2000. 

En medio del debate parlamentario, el presidente ecuatoriano anunció la reducción de tan solo diez centavos de dólar en los precios de la gasolina y el diésel. Sigue atizando la leña al fuego y todo lo que viene es un compás de espera, sufrimiento y lucha. 

Un viejo proverbio aborigen reza: “deja las escopetas y las espadas, causa de toda avaricia o podrás morir del mismo modo”. Equivalente a “quien a hierro mata, a hierro muere”.


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