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    “En el último salón abierto del desmantelado barrio de tolerancia, un conjunto de acordeones tocaba los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo, heredero de los secretos de Francisco, El Hombre”. No sólo reivindicaba a Escalona Gabriel García Márquez, sino al Vallenato.

Cuando Gabriel García Márquez viajó en 1982 a recibir el Premio Nobel de Literatura, Rafael Escalona fue con él. Y Colacho y su acordeón también. Y retumbó La Casa en el Aire.

Resultó lamentable ver cómo una joven presentadora televisiva en Colombia le hizo un doble juego de palabras a Francia Márquez en torno a la casa vicepresidencial donde sí se podía “vivir sabroso”, en un intento de parodia de lo que es un lema social de Márquez.

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Como respuesta a la presentadora la vicepresidenta electa abogó por la vida cotidiana, en paz, con justicia y con dignidad como única forma de vivir sabrosamente.

El episodio hizo recordar unas cuantas casas que han sido reflejadas por la música popular latinoamericana; casas de la pobreza y la riqueza, de la alegría y el dolor, y de esperanza.

La Casa en el Aire
 


Ya Gabriel García Márquez, tal vez anticipándose a la dinámica del tiempo, lo había reivindicado en 1967 a lo grande nada menos que en “Cien años de soledad”. Escalona, hijo de un Coronel y sobrino de un obispo, logró romper con los prejuicios culturales de su familia y entrar en los sabios y contundentes predios de lo popular.

“En el último salón abierto del desmantelado barrio de tolerancia, un conjunto de acordeones tocaba los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo, heredero de los secretos de Francisco, El Hombre”. No sólo reivindicaba a Escalona el Gabo, sino al Vallenato.

Al nacido el 27 de mayo de 1927 en Patillal, departamento del Cesar, desde pequeño le dijeron que no pensara para nada en el acordeón porque eso era de plebeyos y, paradójicamente, su padre, al leerle las crónicas de los periódicos le generó la idea de hacer crónicas… cantadas. Escalona comenzó a memorizar sus letras y luego iba donde un amigo a cantarlas para que las plasmara en guitarra.

En 1950, siendo el Gabo redactor en el diario El Heraldo recibió la visita de Escalona quien se quejaba de la deformación de su naciente obra en las diferentes versiones que se hacían de sus temas. La amistad de García Márquez y Escalona sería también para toda la vida.

En 1951 se casó con Marina Arzuega, su gran amor (La Maye) y luego se convirtió en el flamante padre de Ada Luz, a quien dedicó “La Casa en el aire”.

“Voy a hacerte una casa en el aire/ solamente pa'que vivas tú/ después le pongo un letrero muy grande/ de nubes blancas que diga Ada Luz. Como esa casa no tiene cimientos/ en el sistema que he inventado yo/ me la sostienen en el firmamento/ los angelitos que le pido a Dios”.

Fue importante en su vida conocer en 1954 a Colacho Mendoza, un extraordinario músico guajiro  porque Colacho se encargó de darle vigor en  acordeón y canto al repertorio de Escalona, quien, como es sabido no tocaba ningún instrumento y era de poco cantar. Cuando Gabriel García Márquez viajó en 1982 a recibir el Premio Nobel de Literatura, Rafael Escalona fue con él. Y Colacho y su acordeón también. Y retumbó La Casa en el Aire.

Una casita bella para ti


Es uno de los más emblemáticos temas del venezolano Cristóbal Jiménez, compositor y vocalista, quien ha llevado los cantos del llano venezolano por muchas naciones. Jiménez nació en la población de Mantecal, en el estado Apure en enero de 1956. Se trasladó a Caracas para estudiar e ir dando a conocer sus temas. De esos primeros temas dos son inolvidables: Vestida de garza blanca y Una casita bella para ti.

“Quiero comprar para ti una casa bella  que tenga rosas y claveles al entrar/ donde se cojan con la mano las estrellas / donde se duerma con el ruido de la mar”.

Licenciado en Letras y Magíster en literatura venezolana, Cristóbal cuenta con 23 producciones discográficas, manteniéndose muy activo en la composición, el canto y la política.

En este tema Una casita bella para ti, se afilia a la vida en paz, con amor, alegría y dignidad.

Casas de cartón


El tema del Cantor de la Patria Buena, Alí Primera también tiene como protagonista una casa, un techo en contexto de pobreza y precariedad. Alí expone el conflicto precisamente para llamar la atención de la sociedad acerca de la necesidad de la igualdad y la justicia para que no existan techos de cartón y el buen vivir sea para todos.

“Qué triste, se oye la lluvia/ en los techos de cartón/ qué triste vive mi gente/ en las casas de cartón. Viene bajando el obrero/casi arrastrando los pasos/ por el peso del sufrir/ mira que es mucho el sufrir/ mira que pesa el sufrir.”

Divulgado en todo el continente por el también grupo venezolano Los Guaraguao, los techos de cartón en Venezuela han venido siendo sustituidos gracias a políticas de Estado como la Misión Vivienda Venezuela y Barrio Nuevo, Barrio Tricolor.

La Casa de Fernando

Tema bailable atribuido al reconocido músico colombiano Francisco Pacho Galán. Esta casa no tiene complicaciones y se muestra como un gran centro de amistad, de buena vibra y festivo.

“Domingo al atardecer vamos a casa de Fernando/ como no hay nada que hacer seguro nos está esperando/ Lo mismo que pienso yo una docena está pensando/ como no hay nada que hacer vamos a casa de Fernando/ Allí podremos mirar la ciudad anocheciendo”.

La versión de este tema a cargo de la orquesta Billo’s Caracas Boys es memorable.

La Casa Azul

La Casa Azul es uno de los más hermosos temas del compositor y guitarrista venezolano Aquiles Báez. La compuso en homenaje a la casa familiar ubicada en el casco histórico de La Vela de Coro, estado Falcón. Allí residió durante muchos años su mamá, la antropóloga Ana María Reyes Lovera. 

Es una construcción de más de una centuria y en ella la profesora Reyes Lovera inició la campaña con la que se logró que se declarara a Coro y La Vela Patrimonios culturales de la Humanidad, por parte de la Unesco. La casa se vio fuertemente afectada por un incendio en 2019 y el músico ha iniciado una campaña para recuperarla, en honor a su madre y al significado cultural de la hermosa Casa Azul

Las casitas del barrio alto


Un tema trabajado con fina ironía por su autor, el inolvidable cantor mártir chileno Víctor Jara. Las casitas del barrio alto son todo lo contrario a las Casas de cartón expuestas por Alí Primera y allí profundiza Jara para su denuncia.

“Hay rosadas, verdecitas/ blanquitas y celestitas/ las casitas del Barrio Alto/ todas hechas con resipol/ Y las gentes de las casitas/ se sonríen y se visitan/ van juntitos al supermarket… y todos tienen un televisor”.


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