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  • Según un informe de la ONU, en el mundo hay más de 3 millones de personas que viven en áreas agrícolas con escasez de agua.
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    Según un informe de la ONU, en el mundo hay más de 3 millones de personas que viven en áreas agrícolas con escasez de agua.

En las últimas dos décadas, los recursos de agua dulce han disminuido en más de un 20 por ciento.

Abrir el grifo y lavarse las manos es una de las recomendaciones para evitar el contagio por coronavirus, sin embargo, en algunos lugares, como en África, esto es un lujo.

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Al menos 39 países tienen casos confirmados de la Covid-19, una situación alarmante no solo por la falta de vacunas e insumos para combatir la pandemia, sino que el agua es un bien escaso y también uno de los elementos fundamentales para enfrentar el virus.

Una madre que vive en un suburbio de África señala que “ya teníamos bastantes problemas, ahora tenemos que lavarnos mucho las manos, además de alimentar a nuestros hijos”.

Una misionera de la Congregación Pureza de María en Camerún, Victoria Braquehaid, ha comentado que “en Camerún, la medida básica de higiene de lavarse las manos con agua y jabón es difícil de aplicar cuando muchísima gente tiene dificultades de acceso al agua y donde, para muchos, comprarse una pastilla de jabón es un lujo”.

Foto: Acnur

Situaciones climáticas extremas

Las sequías ya han traído consigo hambrunas y los países más pobres son los más afectados, tales como Zimbabue, Somalia o Zambia, en donde pueden transcurrir ocho meses sin que sus habitantes vean una gota de agua. La población que habita en zonas rurales solo tiene acceso a charcas, pozos, arroyos y aguas muy contaminadas.

Al respecto, Braquehaid manifiesta que “por ejemplo, en nuestra misión de aquí de Ngovayang, que está en plena selva, al sur de Camerún, si hay acceso al agua, porque hay ríos cerca, pero no hay agua potable y hay muchas dificultades para su tratamiento.

El problema no es solo en las áreas rurales, sino que “la realidad de la falta de acceso al agua es también muy dura en las grandes concentraciones urbanas del África Subsahariana, como la capital de Camerún, Yaundé, o ciudades de la República Democrática del Congo, como Kinsasa o Lugumbashí (…) muchísima gente allí no tiene acceso a agua potable y, además, en condiciones de hacinamiento”.

Aumento de enfermedades

La pandemia del coronavirus no sería la primera que debe enfrentar África. Ante la escasez de agua también hay otras enfermedades que subsisten, entre ellas, el cólera, las diarreas hemorrágicas y tifoidea, o la malaria.

El efecto que produce en la población es devastador. La misionera Braquehaid  advirtió que “la malaria es una de las principales causas de muerte, especialmente entre los niños, en la franja de entre cero y cinco años. Todas esas enfermedades están relacionadas con el acceso al agua, o el acceso al agua potable”.

De acuerdo con la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), el continente africano todavía lidia con las consecuencias de la colonización europea y el violento proceso de la independencia, ya que en esos países se registran índices altos de pobreza que se suman a los estragos que ha provocado el cambio climático en los últimos años, lo cual ha traído consigo problemas en la gestión de los recursos hídricos.

Foto: EFE

La agencia señala que hay una enorme diferencia entre las regiones del continente africano. En el norte del territorio hay acceso al agua potable en casi toda la población, mientras que en África Subsahariana menos de la mitad de la población tiene acceso a una fuente de agua potable.

Dichas carencias se hacen más notorias en las áreas rurales en donde las infraestructuras de saneamiento no son óptimas y, en cambio, generan riesgos graves para la salud de la población, como la propagación de enfermedades infecciosas.

Además de la infraestructura, la escasez del agua en el continente se debe a la disparidad que existe en la localización de los grandes embalses. Más de la mitad de las grandes presas de África Subsahariana se encuentran en Sudáfrica, mientras que Tanzania solo tiene dos.

El desarrollo de la agricultura, que también es fundamental para luchar contra la pobreza, ha traído otros problemas nuevos en cuanto al abastecimiento del agua, pues, la industria agraria ha sido intensiva.

Para contrarrestar la situación actual que se vive en estos territorios, es indispensable la construcción de nuevas infraestructuras, especialmente, grandes embalses que ayuden a combatir las fluctuaciones climáticas y las sequías.

En las últimas dos décadas, los recursos de agua dulce han disminuido en más de un 20 por ciento, mientras continúa el crecimiento de la población y empeora la situación del cambio climático.

Situación mundial

Según el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo hay más de 3 millones de personas que viven en áreas agrícolas con escasez de agua y casi la mitad de ellos, unos 1.200 millones, se enfrentan a limitaciones.

Foto: EFE

Igualmente, más de un 60 por ciento de las tierras de cultivo de regadío sufren de escasez de agua, lo que representa 171 millones de hectáreas. Esta es la situación que viven al menos 11 países de África y Asia.

Por último, el informe revela que el acceso al agua por persona, en el mundo, es desigual. Para el año 2017, en Oceanía, la cantidad media de agua dulce por persona fue de 43.000 metros cúbicos, mientras que en el norte de África y Asia occidental apenas alcanzó los 1.000 metros.


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