Acciones para evitar la degradación de los océanos

Los humanos dependen de los océanos mucho más de lo que imagina, y actualmente estos biomas marinos se encuentran en emergencia.

LEA TAMBIÉN:

Economía circular, ¿de qué se trata?

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, afirmó que "nuestro fracaso en la protección de los océanos tendrá un efecto dominó en toda la Agenda 2030".

Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos realizada en junio pasado, diferentes líderes del mundo instaron a que se atienda la grave situación que viven estos biomas y reiteraron la necesidad de plantear nuevas ideas para su recuperación.

Por su parte, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Jurídicos, Miguel de Serpa Soares, afirmó en ese momento que la referida conferencia fue propicia para brindar la oportunidad de “destapar cuestiones críticas y generar nuevas ideas. También ha dejado claro el trabajo que queda por hacer y la necesidad de seguir trabajando en la recuperación de nuestros océanos".

Océanos en emergencia

Los océanos abarcan el 70 por ciento de la superficie de la Tierra, lo cual ha amortiguado el impacto del cambio climático, pero a un costo muy alto, pues la acidificación que provoca el dióxido de carbono (CO2) y las olas de calor destruyen los arrecifes de coral, de los cuales depende un cuarto de la vida marina y 250 millones de personas. 

En su momento, la copresidenta de Friends of Ocean Action, Isabella Lövin, advertía en un artículo publicado en el portal web de la ONU que “la acidificación de los océanos podría considerarse la crisis química del clima mundial. Junto con el calentamiento de la Tierra, la acidificación de los océanos pone en peligro la vida marina y la lleva más allá de límites catastróficos”.

“Desde la industrialización, la acidificación de las aguas de superficie de los océanos ha aumentado casi un 30 por ciento. Los arrecifes de coral estarán entre las víctimas más inmediatas del cambio climático si no adoptamos medidas muy rápidamente”, precisó.

Lövin reiteró, en junio pasado, que los ecosistemas marinos y costeros “son los más amenazados del mundo, un hecho que debe recibir mayor atención si los gobiernos van a revertir con éxito las tendencias de contaminación y restaurar la salud de los océanos del mundo”.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) alertó que la situación es mucho más compleja de lo imaginado. Según la coordinadora principal de la Subdivisión de Aguas Marinas y Dulces del ente, Leticia Carvalho, es necesario realizar cambios para transformar las políticas existentes relacionadas con esta problemática ambiental.

“Uno de mis mayores llamamientos sería poner fin a las perjudiciales subvenciones que permiten la sobreexplotación de nuestro océano y socavan las soluciones sostenibles”, indicó.

Especialistas de la organización han estimado que la contaminación por plástico se triplicará para el 2060. Solo en la actualidad, los microplásticos provocan la muerte de un millón de aves marinas y de 100.000 mamíferos al año.

Otra amenaza es la sobrepesca. De acuerdo con la declaración a una agencia internacional de la directora científica de la organización Oceana, Kathryn Mathews, “un tercio del número de peces salvajes es pescado de manera excesiva y menos del 10 por ciento del océano es protegido", subrayando que barcos de pesca ilegal arrasan “con toda impunidad” en aguas costeras y en alta mar.

Recomendaciones para salvar a los océanos

Guterres propuso cuatro recomendaciones para contrarrestar la tendencia de degradación de los océanos.

La primera recomendación es invertir en economías oceánicas sostenibles para la alimentación, la energía renovable y los medios de subsistencia, con una financiación a largo plazo.

Sobre esto, Guterres aseveró que la gestión sostenible podría contribuir “a que el océano produjera hasta seis veces más alimentos y generara 40 veces más energía renovable que en la actualidad”.

En segundo lugar está replicar el éxito de los océanos, es decir que este bioma se convierta en un modelo sobre “cómo podemos gestionar los bienes comunes globales para el bien de todos”; con esto se busca prevenir y reducir la contaminación marina de todo tipo.

Otra recomendación es una mayor protección de los océanos y de quienes dependen de ellos para su subsistencia, así como más inversión para la restauración y conservación de los ecosistemas costeros, entre ellos los manglares, humedales y arrecifes de coral.

El secretario general de ONU instó al sector del transporte marítimo a “comprometerse a no producir emisiones netas para 2050, y presentar planes creíbles para cumplir estos compromisos”.

Finalmente, afirmó que es fundamental tener más ciencia e innovación para avanzar hacia un “nuevo capítulo” de la acción sobre los océanos.

Al respectó, invitó a “cartografiar el 80 por ciento de los fondos marinos para 2030”. Para lograrlo, llamó a que representantes del sector privado se sumen y apoyen a las asociaciones que impulsan la investigación y la gestión sostenible de los océanos.

Un incentivo para que la acción mundial sobre esta problemática sea cada día una realidad fue el dado por la coordinadora principal de la Subdivisión de Aguas Marinas y Dulces del Pnuma, Leticia Carvalho, quien recordó que el “océano proporciona la mitad del oxígeno que respiramos”.

Carvalho destacó que este bioma marino “desempeña un papel crucial en la estabilidad del clima y los patrones meteorológicos de los que dependemos para cultivar alimentos. El océano ha sido fundamental para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero y absorber el calor extra de nuestra atmósfera desde la época preindustrial”.