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    La apertura de embajadas es solo el primer paso hacia la normalización de las relaciones, para lo cual se necesitan acciones como el levantamiento del bloqueo de EE.UU. contra la isla.

El 17 de diciembre de 2014, casi 54 años después de la ruptura de sus relaciones diplomáticas, Cuba y Estados Unidos dieron a conocer la intención de restablecer esos vínculos. Este lunes 20 de julio la decisión se vuelve oficial y la isla caribeña abre nuevamente una embajada en Washington. 

“Estados Unidos rompe sus relaciones diplomáticas con Cuba y aconseja a los norteamericanos salir de la isla”: con ese titular a página completa el diario The New York Times difundió el 4 de enero de 1961 la ruptura de los nexos diplomáticos con la nación caribeña, anunciada por el presidente Dwight D. Eisenhower un día antes.

“¡Viva Cuba Libre! Rompen los EE.UU. sus relaciones con Cuba”, divulgó, a su vez, el periódico cubano Revolución, el mismo que había acompañado a los rebeldes durante la lucha clandestina y que luego reflejó los primeros años de la epopeya revolucionaria y de los profundos cambios sociales vividos en la isla. 

Casi 54 años después, el 17 de julio de 2014, los vínculos entre ambos países fueron nuevamente portada de The New York Times: “Estados Unidos restablecerá relaciones plenas con Cuba, borrando el último vestigio de hostilidad de la guerra fría”.

Al sur del estrecho de La Florida, en esa misma jornada, la página digital Cuba Ahora difundió al mundo que “Cuba y Estados Unidos restablecen relaciones diplomáticas”, una noticia calificada de histórica, que de inmediato tuvo repercusión internacional y constituyó uno de los hechos más importantes del pasado año.

Tras siete meses de negociaciones, en los cuales delegaciones de ambas partes dialogaron sobre temas de interés común y áreas en las que existen notables diferencias, este 20 de julio una bandera del Estado antillano vuelve a ondear en una legación diplomática en Washington, con la apertura de la embajada de la isla en la capital estadounidense.

Esta fecha marca oficialmente el restablecimiento de los vínculos diplomáticos entre los dos países, la primera parte de un proceso más largo y complejo que debería conducir a la normalización de las relaciones.

El camino del diálogo

El 17 de diciembre pasado, en una alocución dirigida al pueblo caribeño, el presidente Raúl Castro anunció el regreso a la isla de tres de los cinco antiterroristas cubanos que habían sido detenidos en Estados Unidos en 1998, cuando prevenían las acciones organizadas por grupos violentos radicados en La Florida.

Como parte de ese mensaje, el mandatario anunció la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas.

“Al reconocer que tenemos profundas diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior, reafirmo nuestra voluntad de dialogar sobre todos esos temas (...) debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”, expresó entonces.

Raúl Castro: “debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”

En ese mismo momento, Obama dirigía también un mensaje a la ciudadanía norteamericana: “los Estados Unidos restablecerán una embajada en La Habana y funcionarios de alto nivel visitarán Cuba. En aquellas esferas donde podamos promover intereses mutuos, así lo haremos, en aspectos tales como la salud, la migración, la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la respuesta a situaciones de desastre”, manifestó.

Lea aquí: Cuba y EE.UU. destacan interés de reabrir embajadas

Durante su discurso, el jefe de Estado reconoció que las políticas implementadas por la Casa Blanca contra Cuba -fundamentalmente el bloqueo económico, comercial y financiero- no han dado resultados: “Después de todo, estos cincuenta años han demostrado que el aislamiento no ha funcionado. Es hora de que adoptemos un nuevo enfoque”.

Barack Obama: “Después de todo, estos cincuenta años han demostrado que el aislamiento no ha funcionado”

Un mes después del anuncio, el 16 de enero de 2015, entraron en vigor modificaciones de los departamentos del Tesoro y de Comercio de Estados Unidos a las sanciones unilaterales impuestas contra Cuba, vinculadas con algunos aspectos del comercio y los viajes de ciertos grupos de ciudadanos, pero que dejaron intactas las leyes que sostienen el bloqueo impuesto en 1962.

Los días 21 y 22 de enero se celebró en La Habana la primera ronda de negociaciones para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. La parte cubana estuvo encabezada por la directora general de Estados Unidos de la Cancillería, Josefina Vidal; mientras que al frente de la representación norteamericana estuvo la secretaria asistente del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson.

 

Ambas funcionarias también dirigieron la segunda ronda, realizada en Washington el 27 de febrero; el encuentro entre delegaciones efectuado en la capital cubana el 16 de marzo; y la tercera ronda de contactos de los días 21 y 22 de mayo

Quizás el momento más significativo de ese proceso fue el encuentro que sostuvieron el 11 de abril los presidentes Raúl Castro y Barack Obama durante la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, donde tras un inédito apretón de manos, los dos jefes de Estado reiteraron la disposición de avanzar en las relaciones bilaterales. 

 

Tres días después, el mandatario norteamericano notificó al Congreso de su país la decisión de excluir a Cuba de la lista de países que, según Washington, patrocinan el terrorismo, uno de los pasos necesarios para el restablecimiento de los vínculos diplomáticos. La salida de la isla caribeña de esa lista fue anunciada oficialmente el 29 de mayo. 

 

La apertura de embajadas

El pasado 1 de julio el ministro interino de Relaciones Exteriores de Cuba, Marcelino Medina, recibió en la sede de la Cancillería al jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, quien entregó una carta de Obama al presidente cubano.

En la misiva, el mandatario confirmó la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países y de abrir embajadas a partir del 20 de julio de 2015.

 

 

Durante esa misma jornada, el presidente cubano, Raúl Castro, envió una carta al jefe de la Casa Blanca en la que manifestó su acuerdo en reabrir las sedes diplomáticas en esa fecha.

 

(Momento en el que remueven la placa de la Sección de Intereses de Cuba en Washington para sustituirla por la de la nueva sede diplomática)

El anuncio fue aplaudido por Gobiernos, organizaciones y personalidades de todo el orbe, que lo reconocieron como un paso positivo y destacaron el esfuerzo de ambos países para poner fin a más de medio siglo de ruptura. 

Sin embargo, muchas de esas figuras y Estados recordaron que aún quedan muchos pasos por dar hacia una normalización de las relaciones entre los países vecinos, fundamentalmente el levantamiento del bloqueo, que como calificaron naciones como Ecuador y Argentina, constituye una política injusta e ilegal. 

El bloqueo, tema fundamental

Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, declaró recientemente que este 20 de julio se encuentran “cerrando la primera fase del proceso que hemos iniciado con Estados Unidos y a partir de ese momento comenzaremos a trabajar en la segunda fase”. 

“Es lo que llamamos ‘el proceso hacia la normalización de relaciones’, que va a tomar tiempo porque tendremos que abordar en ese momento, temas muy complejos que se han acumulado a lo largo de cinco décadas y tenemos que resolver para poder decir que un día las relaciones entre Cuba y EEUU son normales”, explicó Vidal. 

Camino por recorrer

Entre los asuntos más complejos que quedan pendientes entre los dos países, está el bloqueo impuesto por Washington a la isla, que durante más de 50 años ha causado considerables daños económicos y sociales a la población cubana. 

“No podrá haber relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica con todo rigor, provoca daños y carencias al pueblo cubano, es el obstáculo principal al desarrollo de nuestra economía, constituye una violación del Derecho Internacional y afecta los intereses de todos los países, incluyendo los de los Estados Unidos”, reiteró el Gobierno de la isla en una declaración emitida el 1 de julio. 

Según el texto, será indispensable, además, que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas hacia Cuba que son violatorias de las normas internacionales y lesivas a nuestra soberanía, se eliminen los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas, y se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos.”

 

Sobre el tema particular del bloqueo, en una alocución realizada ese día el propio presidente norteamericano instó al Congreso a escuchar al pueblo cubano y al pueblo estadounidense para empezar a trabajar en la legislación necesaria que permitan restablecer los viajes y el comercio entre ambos países.

Obama insistió en que la política de intentar aislar a Cuba a través del bloque no funcionó, sino que llevó a Estados Unidos a quedar aislado del resto de los países del hemisferio.

Será precisamente en el seno del Congreso norteamericano donde deberá decidirse el destino de la política contra la isla, cuando diversas encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses respalda el restablecimiento de las relaciones y está a favor del levantamiento del bloqueo. 


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