Los Carteles en la Revolución de Octubre
La revolución rusa, también conocida como la revolución bolchevique (1917), liderada por Vladimir Ilich Uliánov, alias Lenin, impulsó el florecimiento de una propaganda, cuyos numerosos carteles invitaban a la acción por parte de los trabajadores y proletarios para defender el nacimiento de un "nuevo mundo" o una nueva sociedad luego del zarismo ruso.
Antes de 1917 ya circulaban en la sociedad rusa rótulos, anuncios publicitarios y carteles pero con la Revolución Rusa llegaron varios decretos sobre la tierra, la paz y la publicidad.
En noviembre de ese mismo año, Lenin firmó el Decreto sobre la Introducción del monopolio estatal sobre la propaganda y de esta forma la publicidad pasó a ser administrada por el Estado ruso.
La joven república soviética planteó nuevos objetivos a los publicistas, en primer lugar en el ámbito político. La aparición de carteles no se hizo esperar y más tarde los mismos se convertirían en clásicos de la propaganda soviética. "¿Ya te has alistado como voluntario?" y "¡Golpead a los blancos con la cuña roja", eran algunos de los mensajes que se leían en las piezas.
El Lisitski compuso el cartel de formas geométricas, planos superpuestos y la típica palesta suprematista: blanco, negro y rojo. En el lado derecho, un triángulo rojo invade el círculo blanco con una punta afilada, esta se quiebra y varias esquirlas salen volando. Para la época fue importante la utilización de un arte poco figurativo, de manera simbólica, para que desde campesinos a generales comprendieran el mensaje: la revolución rusa había llegado para instaurar un nuevo sistema de empoderamiento de los obreros, un Estado socialista.
A comienzo de los años 20 inició el breve periodo de la Nueva Política Económica, durante la cual los bolcheviques permitieron la producción privada. La creatividad publicitaria floreció y surgió una alianza entre el artista futurista Maiakovski y el artista Alexander Ródchenko. "El estilo de Ródchenko y Maiakovski se basaban en el constructivismo. Era enormemente distinto del diseño modernista que reinaba en aquel momento en todo el mundo, con sus elaborados colores llenos de armonía. Los colores y las líneas enviaban a la gente el mensaje de que ahora vivíamos en mundo distinto", dijo la miembro de la Unión de Diseñadores de Rusia, Tatiana Kozlova.
La propaganda política y la relacionada con la lucha contra el analfabetismo prevaleció tras la revolución rusa. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el protagonismo pasó a los carteles con temática del tipo: ¡Recuperemos la economía nacional!. En los años 50 y 60, cuando la industria comenzó a afianzarse, comenzaron a desarrollarse las vitrinas, exposiciones y carteles comerciales.