Fidel el padre

Fidel y Hugo: el vínculo que cambió la América Latina contemporánea

Ambos líderes revolucionarios, queridos por muchos, odiados por otros, construyeron una sólida amistad entre las dos naciones y se embarcaron en la tarea de producir un impacto que cambiaría para siempre la manera de hacer política en la región.

El 14 de diciembre de 1994, un joven soldado pisó por primera vez en su vida La Habana. Recientemente había sido sobreseído luego de liderar una insurrección cívico militar en su país. Cuba fue la última parada de una serie de visitas por Latinoamérica en búsqueda de apoyo internacional para el proyecto Bolivariano que dirigía.

Apenas Chávez puso un pie fuera del avión que lo llevó a tierras cubanas, no pudo menos que sorprenderse gratamente al encontrar al presidente cubano, Fidel Castro, esperando por él. Aquel fue el primero de los muchos encuentros que ambos líderes sostendrían a lo largo de su vida política. De acuerdo al historiador cubano, Eusebio Leal, “Fidel descubrió en Chávez a un diamante que alcanzaría las cotas más altas en el discurso político, revolucionario e internacionalista”. De la misma manera Chávez vio en Fidel a un avezado y habil estadista, probado en mil batallas, alguien que se convertiría en su guía, en su compañero y mentor político.

“Fidel es para mí un padre, un compañero, un maestro de estrategia perfecta”, dijo Chávez en entrevista con el diario cubano, Granma, en 2005. Fidel Castro, quien estuvo presente en la toma de posesión de Chávez en el año 1999 en Caracas, admitió que no preveía un ascenso tan rápido como el que tuvo el líder venezolano.

“Tuve el privilegio de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Lo había conocido aproximadamente cinco años antes, hablamos de futuro, no esperaba que su ascenso ocurriera en tan breve período histórico”, declaró Fidel luego de la ceremonia. Luego de su triunfo en las elecciones presidenciales del año 1998, Chávez llevó adelante su proyecto estratégico como lo había prometido durante la campaña electoral: El impulso de una Asamblea Constituyente para reformar la Cartta Magna y el Estado; y la redistribución de las riquezas al pueblo, históricamente excluido y agobiado por la pobreza.

Con Chávez en el Palacio de Miraflores, las relaciones Cuba-Venezuela tomarían un impulso significativo, tanto en lo concerniente a lo diplomático como también en las relaciones comerciales.

No obstante, los intentos para hacer cambios estructurales en Venezuela, tuvieron un serio obstáculo representado por las clases dominantes y sus aliados internacionales. El líder revolucionario se reunió en Cuba con Fidel Castro en busca de su apoyo y consejo para vencer aquellas dificultades, además de entablar conversaciones acerca de futuros acuerdos.

Uno de los proyectos bandera del presidente Chávez, en aquel momento, fue la nacionalización de las reservas petroleras que traerían enormes ingresos para apuntalar los programas sociales. Su decisión desató, como consecuencia, el paro petrolero con pérdidas de casi 15 mil millones de Dólares. La firmeza del pueblo y la conducción de Chávez permitieron superar esa prueba de fuego, tal como ocurrió en abril de 2002 durante el Golpe de Estado protagonizado por la burguesía en connivencia con los medios de comunicación y el apoyo de los gobierno de EE.UU. y España.

En esa etapa la solidaridad de Cuba fue fundamental. La voz de Fidel y del gobierno revolucionario cubano permitieron denunciar al mundo la verdad de las maniobras imperiales en la patria de Bolívar. Horas heróicas que el mundo recuerda, ¡el fascismo salió derrotado en 47 horas!

Ese momento fortaleció la relación de unión de los pueblos cubano y venezolano. ¡Cuba y Venezuela, una sola bandera!, era la consigna que acompañaba al ¡Alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina!

El gobierno cubano brindó apoyo a Venezuela en dos áreas estratégicas: la educación y la salud. En 2002 arrancarían por iniciativa del Comandante Chávez y apoyo de Cuba las misiones educativas. Con el método “Yo si puedo”, hoy empleado en varios países de América, permitió superar el grave problema de analfabetismo y abrió las puertas para las Misiones Educativas Robínson I y II, Ribas y Sucre que abrirían las puertas al saber a millones de venezolanos.

El mandatario venezolano hizo, además, un llamado a la comunidad médica para participar en un programa que llevaría servicios de salud a las personas pobres en áreas remotas, históricamente excluidas por el sistema de salud nacional. Solo un puñado de médicos venezolanos se sumó a la iniciativa.

El legendario espíritu solidario de Fidel y su pueblo pusieron al servicio de Venezuela su formidable sistema de salud y una abundante legión de profesionales en el área médica quienes fueron a vivir con las comunidades mas pobres del país.

En un acuerdo sin precedentes nació el programa Barrio Adentro que creó miles de ambulatorios y clínicas en barrios y pueblos a lo largo del país, cuyo personal de salud estaba integrado por profesionales cubanos. Barrio Adentro se expandió con los años para incluir una variada gama de servicios médicos que ayudaron a incrementar los indicadores de salud en Venezuela. Se debe recalcar los elogios que ha recibido el programa por parte de la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF.

En 2004, Chávez y Fidel continuaron fortaleciendo los lazos de cooperación y crearon la Misión Milagro que hasta la fecha ha ayudado a recuperar la visión a más de 3.470.206 pacientes en el mundo entero.

Más allá de las reformas sociales y económicas, Chávez y Fidel compartían una visión basada en las ideas del héroe Venezolano, Simón Bolívar y el poeta y líder independentista cubano y bolivariano, José Martí.

En su amor a los pueblos de América y el mundo y su comprensión de la necesidad de la unidad para superar los problemas de la región, ambos líderes se enfrascaron en la lucha por la integración de Latinoamérica y el Caribe. La idea era crear un área de influencia en la región que permitiera enfrentar el injerencismo de las potencias extranjeras, en especial Estados Unidos.

La voz de Chávez se alzó para expresar sus dudas y escepticismo acerca del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Una propuesta de Estados Unidos que consistía en eliminar, durante la Cumbre de las Américas en Quebec en el año 2001, las barreras comerciales entre los países del continente americano. Ese mismo año Chávez criticó duramente la exclusión de Cuba de la Cumbre.

Ya Cuba y su líder histórico, Fidel Castro, habían estado alertando y gestando un movimiento en el hemisferio en contra de la propuesta estadounidense de libre comercio. Los líderes aunaron esfuerzos para alertar sobre los peligros de un acuerdo con esas características y la urgente necesidad de detener la iniciativa.

Cuatro años más tarde, con el apoyo de los gobiernos anti-neoliberales de Brasil, Argentina y Uruguay, que rechazaron el ALCA, Fidel Castro y Hugo Chávez y los pueblos de América “enterraron” ese acuerdo en Mar del Plata. Aún resuena el grito de ¡ALCA, ALCA, al carajo!, en la conciencia de los lationoamericanos.

Ya para la cuarta Cumbre de las Américas en Argentina, los mandatarios habían ideado una visión alternativa y compartido un modelo de integración acorde a la nueva época que vive la región.

El 14 de diciembre de 2004, marcó los 10 años del histórico encuentro entre ambos líderes. Ese año se firmó el acuerdo Cuba-Venezuela cuyo propósito era el intercambio de petróleo, educación y salud entre ambas naciones. Era el nacimiento de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

ALBA inició su camino con tan solo dos miembros fundadores, Cuba y Venezuela, luego se incorporaron otras naciones latinoamericanas y caribeñas entre las que se incluyen, Bolivia que se unió en el año 2006, Nicaragua en 2007, y Ecuador en 2009. Honduras se había integrado al ALBA en 2008, pero luego del golpe de Estado que derrocó al presidente constitucional Manuel Zelaya, dimitió de la organización. Recientemente, se han unido naciones caribeñas como Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucia.

Se puede decir que la consolidación del ALBA significa el pináculo de la cooperación y amistad entre dos naciones y dos líderes. La ALBA basa sus acuerdos en los principios de mutua cooperación, complementariedad y ayuda mutua, en contraste con el libre comercio y dominio de los mercados impuesto por por el mercado. Desde entonces han nacido otras iniciativas similares, tales como Petrocaribe que suministra petróleo a las naciones caribeñas a precios solidarios y teleSUR que también es resultado de este proceso de integración y de construcción de una hegemonía de los pueblos.

Chávez ha recalcado que la cooperación Cuba- Venezuela es un ejemplo de lo que el socialismo puede lograr. Sin lugar a dudas, el rol que Fidel Castro jugó en la evolución de Chávez como líder internacional es innegable, acompañándolo desde ser un republicano, nacionalista, bolivariano, hasta liderar la creación del socialismo del siglo XXI.

Luego de la partida física de Chávez en 2013, Fidel Castro le describió como el mejor amigo que el pueblo cubano haya tenido en toda su historia. Una emotiva tonada acompaña el video con las numerosas visitas e iniciativas que ambos países llevaron a cabo y que han beneficiado a millones de personas. El rostro triste del líder cubano nos hace pensar con toda seguridad que Fidel no solo perdió a un aliado, sino también a su mejor amigo.