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Tres reformas que definen el Programa Económico de Macri

| Foto: Celag

Publicado 12 diciembre 2017



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El gobierno postula que mediante estas reformas se logrará generar mayor inversión, tanto nacional como extranjera, y que eso conllevará mayores niveles de empleo.

Un día después de las elecciones legislativas de octubre, el presidente argentino Mauricio Macri anunció que se venían importantes reformas. La presentación de los proyectos no se hizo esperar y, tras unas pocas semanas de debate, el apuro del gobierno es tal que convocó a sesiones extraordinarias del Congreso durante diciembre para aprobar estos temas.

En concreto se trata de tres reformas: laboral, tributaria y previsional. Las mismas se entrelazan en pos de un programa económico común. Mientras la reforma laboral y tributaria apunta a reducir costos empresariales y flexibilizar las condiciones de trabajo, la previsional apunta a compensar vía  reducción del gasto en jubilaciones y pensiones los menores ingresos fiscales derivados de las otras.

Reforma laboral

Según el anteproyecto de ley, la reforma laboral apunta a “Promover la liberación de las fuerzas de la producción y del trabajo de todos aquellos mecanismos regulatorios y fenómenos distorsivos que impidan el desarrollo de las empresas como comunidades productivas.” En otras palabras, cuando se habla de atacar a los mecanismos regulatorios y fenómenos distorsivos se trata de reducir costos empresariales y flexibilizar condiciones de trabajo tal como se puede apreciar en los siguientes puntos:

– Reducción de indemnizaciones: la indemnización por despido se calculará sobre el monto básico de la remuneración y ya no sobre el ingreso normal del trabajador (que generalmente excede el básico). A su vez se creará un fondo financiado por el empleador y/o empleado para pagar indemnizaciones. De esta manera, la compensación por despido se reduce y a la vez pierde su carácter disuasorio a la hora de despedir.

– Desdibuja la jornada laboral: la jornada laboral podrá extenderse hasta 10 horas (actualmente es de 8) sin pago de horas extra. Como contraprestación se crea un fondo de horas que significa que el empleador en algún momento compensará las horas trabajadas de más.

– Favorece la tercerización: se elimina la responsabilidad solidaria de la empresa principal. Es decir que, ante problemas en una actividad tercerizada, el trabajador, a partir de ahora, solo podría iniciar juicio a la empresa que lo contrató directamente y no a la que lo tercerizó, que en definitiva es para la cual realiza la tarea.

– Regulariza nuevas formas de contratación: formas que antes eran consideradas como fraude laboral por no incluir pago de vacaciones, aguinaldo y aportes patronales podrán ser válidas.

Reforma tributaria

El objetivo de la reforma laboral era flexibilizar las condiciones de trabajo vía cambios en la duración de la jornada laboral y nuevas formas de contratación más laxas y abaratar costos vía reducción de las indemnizaciones y favorecimiento de las tercerizaciones. En esta línea, la reforma tributaria apunta a reducir aún más los costos de las empresas reduciendo determinadas cargas impositivas.

Si bien la reforma tributaria contempla la creación de nuevos impuestos, según datos del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (OCEPP) lo que el Estado recaudará a partir de estos es diez veces menos de lo que perderá por las bajas.

Entre las principales modificaciones se destacan:

– Reducción de aportes patronales: se reduce el monto que los empleadores deben pagar a la seguridad social para financiar jubilaciones.

– Reducción de impuesto a las ganancias para empresas: se reduce el impuesto a las ganancias de las empresas cuando las mismas reinviertan sus utilidades.

– Eliminación del impuesto al cheque: este impuesto se recauda cuando se cobra o se deposita un cheque y se eliminará progresivamente.

A su vez se crean nuevos impuestos a las bebidas, cervezas y renta financiera. Sin embargo, como se mencionó anteriormente tienen un rol marginal como elemento recaudatorio.

Reforma previsional

El principal damnificado de las reformas en términos de recursos es la ANSES, organismo encargado de pagar las jubilaciones y pensiones. En primer lugar, sufrirá una merma de ingresos por la rebaja de aportes patronales. En segundo lugar, reducirá su recaudación ya que dejará de percibir el 20% de lo recaudado por impuesto a las ganancias como hasta ahora (pasará a las provincias). A modo de compensación de esto último pasaría a cobrar el 100% del impuesto al cheque, pero este se eliminará de acá a cinco años. De esta manera, cuando se consoliden todos los cambios de la reforma tributaria, la ANSES perderá recursos por un equivalente al 2,5% del PIB (Producto Interno Bruto).

La forma de compensar esto será mediante la reducción del gasto del organismo. Si bien aún no se saben todos los detalles de la reforma previsional el senado ya ha votado una modificación. Hasta este momento las jubilaciones se actualizaban dos veces por año, atadas a una fórmula que dependía del salario y de la recaudación. Según el nuevo proyecto la fórmula pasaría a depender de los salarios y la inflación. De esta manera se bloquea la posibilidad de que aún en años de crecimiento económico las jubilaciones y pensiones incrementen su poder adquisitivo.

De hecho, de aplicarse este cambio el año que viene los jubilados recibirán en total 100.000 millones de pesos menos. Cifra que asciende a 150.000 millones de pesos si se contempla lo que tampoco se pagará por pensiones. Esta plata que dejará de ir a los sectores más vulnerables compensa lo que el Estado dejará de recaudar por la rebaja de impuestos a las empresas.

Objetivos y realidad

El gobierno postula que mediante estas reformas se logrará generar mayor inversión, tanto nacional como extranjera, y que eso conllevará mayores niveles de empleo. El supuesto es que actualmente los empresarios no invierten por los altos costos y rigideces en los contratos de los trabajadores.

En el pasado argentino ya se han escuchado estos argumentos. De hecho, durante la década de los ´90 se aplicaron medidas de índole similar: rebaja de contribuciones patronales, reducción de indemnizaciones y creación de nuevas formas de contratación más laxas. El resultado no fue la creación de empleo. Entre 1991 y 2001 el desempleo se incrementó de 6,5% a 17,4%.

En contra de la historia el gobierno argentino continúa avanzando con este paquete que tendrá costos en materia de derechos laborales y en los ingresos de los sectores más desprotegidos.


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