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Pedro Castillo y la doctrina Monroe: una lamentable referencia
Publicado 11 junio 2022



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¿Saben Pedro Castillo y sus asesores que los llamados nativos norteamericanos aún continúan señalando los indicadores más débiles en salud, educación y trabajo, que el acceso al agua potable, el transporte público, las redes sociales y la electricidad es bajísimo?.

Nuestra opinión respecto al discurso del presidente Pedro Castillo en la "IX Cumbre de las Américas" de casi seis minutos en seis puntos y una reflexión:

1. Blindó el acuerdo de Quebec y la carta interamericana; es decir, fue institucionalista, no alternativo.

2. Reivindicó la carta contra el terrorismo, que es absolutamente maniquea e intervencionista; es decir, no melló el neocolonialismo.

3. Se sumó al mandato del BID en materia económica; es decir, no fue antiimperialista.

4. Celebró a los Estados Unidos de diversas formas y hasta en tres ocasiones de forma innecesaria, dadas ­−además− las circunstancias de exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la cumbre y las respuestas valientes de Andrés Manuel López Obrador de México, Xiomara Castro de Honduras y Luis Arce de Bolivia.

5. Resaltó más a los empresarios que a los pueblos, en el balance, en lo simbólico, su adhesión fue para los de arriba.

6. Terminó con una frase infeliz, la más infeliz que cualquier presidente peruano pronunciara alguna vez en un encuentro de esta categoría: ¡América para los americanos! Es decir, relanzó la vieja, etnocida e imperialista “Doctrina Monroe”. La misma doctrina sustentada por el presidente James Monroe.

Ahora refresquemos algunos datos históricos al respecto de la consigna: ¡América para los americanos!, sustrato de la mencionada doctrina y de su fautor.

James Monroe fue el quinto presidente de los Estados Unidos (1817-1825), pero antes fue el decimosegundo gobernador de Virginia (1799-1802) el Estado esclavista por naturaleza, el centro de las actividades tabacaleras, cafetaleras y algodoneras en donde se forjó muy a su pesar la cultura afroamericana bajo el látigo y entonando espirituales y blues.

Monroe reprimió con extrema crudeza la rebelión negra liderada por el esclavo y predicador Nat Turner (1800), que incluyó el desollamiento, degollamiento y desmembramiento del mencionado líder. El fracaso de la rebelión afroamericana más importante recrudeció el maltrato a los esclavos siendo aún gobernador Monroe.

Luego como presidente, entre 1817 y 1818, a través de Andrew Jackson (séptimo presidente de los Estados Unidos, enemigo acérrimo de los pueblos indígenas, los llamaba "perros salvajes", luchó contra los muscoguis (creeks) y los Ikaniuksalgi (seminolas, antiguamente muscoguis), entre otras naciones y a los derrotados los mandaba desollar habiendo antes cortado sus narices, entre otras atrocidades. Todo esto lo hizo con la genocida “Ley del desplazamiento forzoso” de 1830) se anexó Florida, destruyendo a su paso a las naciones indígenas.

En 1820, ahora abolicionista por conveniencia económica, impulsó la industria y para lograrlo fijó con el llamado Compromiso de Misuri la línea divisoria entre el sur esclavista y el norte industrial. Eso ocasionó una mayor intensidad en la esclavitud y sus formas en el sur y el crecimiento descontrolado de una clase obrera muy pauperizada, la cual fue rápidamente reprimida.

En 1823, sostuvo la “doctrina” elaborada por su secretario de Estado, John Quincy Adams (sexto presidente de los Estados Unidos, él continuó el desplazamiento hacia el oeste empujando cada vez más a los indígenas a la reducción y la aniquilación, robándoles un territorio equivalente a casi dos veces la superficie de la India, cerca de 600 millones de hectáreas, 6 millones de Km², más del 60% del territorio estadounidense actual, casi dos veces y media la superficie del Perú), la que lleva su nombre, “Doctrina Monroe”, que sostenía que Europa debía abandonar el continente americano, pero que en realidad prefiguraba el tratamiento de la América no estadounidense desde abajo del Río Bravo como patio trasero de los Estados Unidos.

A pesar de esas declaraciones, Europa continuó interviniendo, por ejemplo: Inglaterra en el Caribe y en Argentina, Francia (e indirectamente Austria) en México, Alemania e Italia en Venezuela y hasta Dinamarca en la Groenlandia, entre otros casos, demostrando lo fallido de las supuestas pretensiones de la "doctrina" y su hipocresía.

Pero lo peor fue para los indígenas de los Estados Unidos. La “Doctrina Monroe” inflamó de pseudopatriotismo a los conservadores blancos y los territorios aún mantenidos por los pueblos indígenas fueron arrasados en nombre de la agricultura intensiva y de la industrialización de los recursos naturales. Una de las naciones más golpeadas fue el pueblo cheroqui, a quienes obligaron a un rudo exilio que casi los extermina.

De más está apuntar que en nombre de la doctrina se justificaron centenares de intervenciones armadas, conspiraciones para deponer gobiernos y asesinatos incluyendo magnicidios de parte del gobierno de los Estados Unidos, su ejército, su servicio de inteligencia y su diplomacia.

Triste, terrible y ofensivo que un presidente peruano nacido en los Andes, culmine un discurso ante las Américas reivindicando a un asesino de indígenas y de negros, explotador de la clase obrera e invasor colonial y por si eso no fuera suficiente, también antisemita, pues cuando James Monroe fue secretario de Estado se opuso a que el primer diplomático estadounidense de origen judío Mordecai Manuel Noah, continuara de embajador, siendo rechazada esta arbitraria decisión hasta por los no judíos.

¿Saben Pedro Castillo y sus asesores que los llamados nativos norteamericanos aún continúan señalando los indicadores más débiles en salud, educación y trabajo, que el acceso al agua potable, el transporte público, las redes sociales y la electricidad es bajísimo?, ¿saben que la mayoría vive en condiciones de pobreza y que son la comunidad con mayor índice de violaciones a las mujeres y que sufre abuso policial?, ¿han advertido que la mortalidad infantil es casi dos veces superior a la de los estadounidenses con ascendencia europea y que su esperanza de vida es de casi seis años menos que la del resto?, ¿están enterados que la carencia de vivienda digna cubre a poco más del 30% y que no tienen hospitales ni colegios adecuados ni suficientes? (“Promesas rotas. Informe de la Comisión de Derechos Civiles del Congreso de los Estados Unidos”, 2018). Además del usufructo de sus territorios y recursos lo que deviene en contaminación y empobrecimiento de la calidad del suelo y las aguas. Con la pandemia esto se agudizó dramáticamente y las consecuencias fueron devastadoras, entre las naciones más golpeadas estuvieron los navajos.  Y mejor no hacemos un listado de la situación de los pueblos originarios del resto del continente incluyendo al Perú.

La frase de cierre del presidente Pedro Castillo no surge de la nada, es el corolario de un discurso de acercamiento al imperialismo buscando desesperadamente la correlación de fuerzas en el plano internacional -léase presión, intervención- para que los derechistas nativos, testaferros de los yanquis, cipayos del neoliberalismo, lacayos del gran capital transnacional, no lo defenestren del poder. Se recurre a la intervención diplomática en vez de la autonomía, política y de clase. Corona así el maestro de Chota, su búsqueda de salvar la estabilidad de su mandato en la estratosfera cuando debió buscar el apoyo con el pueblo, con los de abajo, los descendientes de los esclavos y los pueblos originarios, las grandes mayorías y las minorías excluidas. Lamentable, pírrico, indigno.

Por supuesto que esta crítica no se suma a la grita del conservadurismo arcaico y entreguista de la derecha peruana, que juega a la desestabilización y práctica del golpismo, no; nuestra crítica es desde los pueblos, y tampoco nuestras ideas responden a las sugestiones necias que nos hacen de costado y de perfil algunos dogmáticos y mecanicistas que ven en el actual gobierno una expresión más de esta derecha tradicional.

¿Se rectificará el presidente Castillo? ¡Quién sabe!


teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

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