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El reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas que tiene nuestro país, desde 1833, es avasallado por la posesión colonial de Gran Bretaña.

El reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas que tiene nuestro país, desde 1833, es avasallado por la posesión colonial de Gran Bretaña. | Foto: @edgardotlsur

Publicado 3 enero 2019



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Indigna que toda discusión por la causa Malvinas desapareciera de la actual agenda de nuestra cancillería que, hace silencio de radio, a pesar de ser una cuestión de Estado y un objetivo irrenunciable del pueblo argentino.

El periodista Rodolfo Walsh decía “debemos dar testimonio en tiempos difíciles”. 

Estos tres últimos años del gobierno de Cambiemos son complejos, faltos de memoria y con un claro ejercicio en la entrega de nuestra soberanía en cuanto a la cuestión Malvinas. Hoy 3 de enero, al cumplirse 186 años de la usurpación en nuestras islas Malvinas, por parte del Reino Unido, no nos podemos permitir callar; estamos obligados a dar a conocer nuestras experiencias acerca de la lucha por esta causa. Esta conmemoración se enmarca en medio de la nueva política diplomática de renuncia, de dominación neocolonial que avanza, sin ningún prejuicio, sobre nuestros recursos naturales y plataforma marítima austral.

Las pretensiones del Reino Unido crecen de forma alarmante y sin que el canciller Jorge Fourie se exprese claramente a favor de los derechos soberanos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas.

En 1833 una fracción militar británica invadió las Islas, desalojando por la fuerza a la población instalada legítimamente en ese lugar durante la gobernación de Buenos Aires de Martín Rodríguez en el año 1829. Desde entonces, los sucesivos gobiernos de la República Argentina han reclamado incesantemente la devolución de las Islas Malvinas.

El senador Alfredo Palacios presentó, en la cámara alta en 1934, un proyecto promoviendo la traducción y difusión del libro de Paul Groussac que fundamenta y argumenta con legitimidad nuestros derechos, con el objetivo de que “todos los habitantes de la República sepan que las Malvinas son argentinas y que Gran Bretaña, sin título de soberanía, se apoderó de ellas por el uso de la fuerza”.

Cabe recordar el alegato Ruda, presentado en 1964 ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas durante el gobierno de Arturo Illia, que defiende nuestra integridad territorial y en el cual se le solicita a Gran Bretaña que termine con las acciones unilaterales en la zona y se siente a negociar tal cual lo manifiesta la Resolución 2065 de las Naciones Unidas. 

Lo mencionado con antelación es prácticamente ignorado por el gobierno de Mauricio Macri, que prefiere buscar relaciones carnales con Gran Bretaña como en la década del 90. Este Gobierno negacionista se olvida que la Cláusula Transitoria Primera de la Constitución Nacional, que consagra el objetivo permanente e irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, de conformidad con los principios del derecho internacional y respetando el modo de vida de los habitantes de las Islas Malvinas y que es una política de Estado. 

El acuerdo firmado en septiembre del 2016 entre las cancillerías Argentina y Británica, conocido como el acuerdo Foradori – Duncan, y en donde nuestro Gobierno les otorgó todo lo solicitado por parte de la corona británica; en temas como la libre navegación, la explotación hidrocarburos y la posibilidad de vuelos a terceros países que ya se pueden realizar desde Brasil. Negociar con Gran Bretaña, sin defender la soberanía argentina, es traición a la patria.

Indigna que toda discusión por la causa Malvinas desapareciera de la actual agenda de nuestra cancillería que, hace silencio de radio, a pesar de ser una cuestión de Estado y un objetivo irrenunciable del pueblo argentino.

La presencia militar en las Islas Malvinas no solo amenaza la paz de los argentinos, sino de toda la región. La Fortaleza de la OTAN de Monte Agradable está diseñada para resguardar por la fuerza la explotación indiscriminada de nuestros bienes naturales, el control absoluto sobre el Atlántico Sur y la proyección británica hacia el “continente blanco”.

El reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas que tiene nuestro país, desde 1833, es avasallado por la posesión colonial de Gran Bretaña. La soberanía nos pertenece por historia, por territorio y por derecho. 

La inacción y complicidad del Gobierno de Mauricio Macri con el neocolonialismo imperial británico indigna, pero también invita a movilizar y a seguir construyendo los caminos necesarios para que este reclamo histórico lo mantengamos vivo, junto a los países de la región. Esta causa no puede ser entendida solo como una cuestión Nacional, es la causa de los Pueblos Libres de Nuestra América del Sur.

Por nuestros héroes caídos en Malvinas, por la construcción de la Patria Grande, Justa, Libre y Soberana, por eso seguimos diciendo: “Volveremos a Malvinas de la mano de América Latina”.

Debemos generar la fuerza necesaria para construir un país más justo. Es por eso que seguiremos luchando por la paz, la verdad, la memoria y la soberanía de nuestras islas Malvinas con el objetivo de seguir brindando testimonio en estos tiempos difíciles.    

*Edgardo Esteban, periodista, excombatiente e integrante de GPS (Grupo por Soberanía)


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