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Enrique Peñalosa derrotó a la izquierdista Clara López para regresar a Bogotá al centro-derecha por primera vez en 14 años.

Enrique Peñalosa derrotó a la izquierdista Clara López para regresar a Bogotá al centro-derecha por primera vez en 14 años. | Foto: Reuters

Publicado 30 octubre 2015



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¿Qué nos dicen las recientes elecciones de Colombia acerca de las perspectivas de un exitoso y justo acuerdo de paz?

Los resultados de las elecciones en Colombia representan una reorganización y consolidación del poder de la oligarquía y la derecha política, así como un revés - con unos pocos puntos brillantes - para la izquierda. Por el lado positivo: El bloque político de extrema derecha asociado con el ex presidente y actual senador Álvaro Uribe fue derrotado en varias elecciones importantes, incluyendo la propia ciudad de Uribe, Medellín.

En cierto modo, las elecciones constituyeron un repudio al Uribismo y un apoyo al proceso de paz. Sin embargo, el candidato victorioso en Medellín, Federico Restrepo, ha expresado su voluntad de trabajar con Uribe y circulan rumores de una posible alianza. En general, las elecciones fueron vistas como un importante paso adelante hacia una candidatura a la presidencia para el vicepresidente Germán Vargas Lleras. Vargas es considerado por algunos como un árbitro entre los campos de competencia del presidente Juan Manuel Santos y Uribe. En el caso de que se alcance un acuerdo de paz como se espera para marzo de 2016, Vargas puede tender puentes dentro de la oligarquía colombiana.

Las elecciones se vieron empañadas por denuncias de compra de votos, la interferencia ilegal en las campañas, y las amenazas y agresiones contra candidatos de la oposición. Incluso antes de que las urnas se abran, el Procurador General de Colombia había abierto 916 investigaciones de fraude electoral y al menos 28 personas habían sido detenidas. Materiales y otros productos relacionados con la compra de votos fueron incautados. La Misión de Observación Electoral (MOE) informó que había recibido 847 denuncias de irregularidades electorales.

El Vicepresidente Vargas no ha escapado al escrutinio. Fue acusado por los senadores, tanto del Partido Liberal comodel partido de la U, de utilizar ilegalmente su oficina para interferir en las elecciones locales. Documentos recientemente publicados muestran que en los últimos seis meses Vargas ha tenido como invitados a los candidatos de ocho municipios diferentes,en visitas que no tenían relación con sus deberes de la vicepresidencia. Estas bases de poder locales se consideran vitales para su campaña a la presidencia.

La mayor pérdida para la izquierda colombiana fue la carrera por la alcaldía de la ciudad capital, Bogotá, después de 12 años en el poder. Sin embargo, hubo victorias importantes en los departamentos de Putumayo, Tolima, Boyacá, Nariño y en Pasto. Milena Montoya es una abogada de Derechos Humanos de Colombia Lazos de Dignidad, que también forma parte del movimiento político Marcha Patriótica.

Montoya me dijo:

"Nuestras campañas siguen siendo muy desiguales, el acceso a los medios de comunicación sigue siendo muy limitado, y para esto, uno debe agregar que las maquinarias políticas tradicionales inyectan recursos ilimitados en sus campañas. La compra de votos es evidente y no hay un control real sobre el asunto. Peor aún, muchos de nuestros candidatos fueron amenazados y arrojados en la cárcel, y falsamente acusados ​​de ser candidatos de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)."

Urbano Cáceres es un líder de FENSUAGRO (la Unión Nacional Unificada de Trabajadores Agrícolas), la mayor organización de Colombia de campesinos y trabajadores agrícolas, y el mayor contingente de mano de obra en Marcha Patriótica. Miles de miembros de FENSUAGRO han sido asesinados,  "desaparecidos" y encarcelados por razones políticas durante sus 39 años de existencia.

Cáceres es contundente respecto a las posibilidades electorales de la izquierda:

"Históricamente, las cosas no han sido fáciles para nosotros. Para oponerse al régimen aquí en Colombia hay que ser audaz. Estas elecciones están entrecruzadas con factores adversos, tanto que llamarlo democracia es una farsa. Antes de este contexto, los resultados para nosotros son difíciles de alcanzar y lo poco que se gana, tratan de quitarnos con la clara complicidad del sistema. Colombia desafortunadamente se ha acostumbrado a esta triste situación. Para nosotros, esto es preocupante, dado que en la eventualidad de un acuerdo, este escenario sería un factor negativo".

Gran parte de la izquierda veía las elecciones con aprensión. Todavía tienen recuerdos dolorosos de mediados de los 80 hasta mediados de los años 90. El proceso de paz de ese tiempo fue deshecho por los asesinatos durante un período de diez años de un estimado de 5 mil a 6 mil candidatos, funcionarios electos y partidarios del izquierdista Unión Patriótica. Este ciclo electoral 2015 fue significativo debido a la participación de una reconstituida Unión Patriótica y, por primera vez, los candidatos asociados abiertamente con Marcha Patriótica.

Para el 21 de octubre, el Ministerio de Educación ya había registrado 130 incidentes de agresiones en contra de candidatos, entre ellos 54 amenazas, 14 asesinatos, 16 intentos de asesinato, una desaparición forzada y 4 secuestros. En el pueblo de Bojayá, Chocó, tras la victoria de Marcha Patriótica, el Registro Municipal fue capturado, las papeletas quemadas y el alcalde electo, Jeremías Moreno Álvarez, el actual alcalde, Edilfredo Machado y Eleodoro Machado Valencia, representante del sindicato de trabajadores bananeros, fueron amenazados de muerte.

Según Cáceres, la solidaridad internacional será esencial para que Colombia logre una paz justa, donde la izquierda puede participar abiertamente en política sin la amenaza de violencia y represión:

"Los enemigos de la paz en Colombia son derechistas muy poderosos, encabezados por Uribe, las mafias y las empresas transnacionales. Esto hará que se dé un difícil período de transición después del posible acuerdo. Creo que no solo acompañamiento, sino solidaridad y, sobre todo, la vigilancia internacional, serán factores muy importantes. El progreso que tenemos hasta ahora, es en cierto modo debido al acompañamiento y solidaridad que los pueblos han dado a este proceso. De lo contrario, seguramente estaríamos viendo algo muy diferente hoy en día en Colombia".

*James Jordan es co-coordinador nacional de la Alianza para la Justicia Global.


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