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La izquierda británica mirar hacia el futuro ahora que Jeremy Corbyn es el nuevo líder del Partido Laborista.

La izquierda británica mirar hacia el futuro ahora que Jeremy Corbyn es el nuevo líder del Partido Laborista. | Foto: Reuters

Publicado 2 octubre 2015



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La victoria de Corbyn ofrece una gran oportunidad a la Izquierda Británica.

Cuando Jeremy Corbyn fue nominado por primera vez para participar como candidato laborista, los corredores de apuestas británicos le dieron 200/1 de probabilidades. Había personas que no eran políticos que tenían probabilidades más altas. Pero ahora, después de lo que probablemente es la campaña más notable del verano que el Partido Laborista jamás ha visto, Jeremy Corbyn es el nuevo líder del mayor partido político de Gran Bretaña.

Así que ¿cómo diablos sucedió esto?

Desde la fundación del Partido Laborista en 1899, el partido siempre ha mantenido un equilibrio ideológico incómodo entre sus diferentes facciones. Cuando el ex primer ministro Tony Blair fue elegido líder del Partido en 1994, la derecha dentro del partido ha sido la fuerza dominante, un hecho tímidamente confrontado por el socialdemócrata Ed Miliband, durante su mandato como líder entre 2010 - 2015. Cuando el partido Laborista perdió la elección nacional en mayo de 2015, el ala derecha intentó apoderarse de la narrativa, argumentando que por los intentos de Miliband de mover el partido un poco  a la izquierda habían perdido las elecciones.

Tuve la oportunidad de mirar a Corbyn en un debate entre los candidatos a dirigir el Partido Laborista a principios de junio. Corbyn diligentemente realizó lo que fue visto como su trabajo en esta etapa de la competición: presentar los puntos de vista de la izquierda del partido y asegurarse de que sean escuchados. En ese momento, parecía inevitable que un candidato derechista o centrista se convertiría en líder. Pensé que el papel de Corbyn era garantizar que la Izquierda no sea excluida por completo, y no presté mucha atención al hecho de que todo lo que decía era recibido con un caluroso aplauso de la audiencia. Una oleada que no parecía posible.

Seis semanas después YouGov, uno de los organismos electorales más populares del Reino Unido, dio a conocer datos que mostraban que Corbyn estaba en camino de ganar la elección, incluso por goleada. No hubo un factor único detrás del aumento de la popularidad de Corbyn, pero la mayoría de los comentaristas coinciden que el momento crucial fue la forma en que los candidatos respondieron a la Ley de Reforma de Asistencia Social cuando pasó al Parlamento. El proyecto de ley, elaborado por el gobierno conservador de derecha, cortaría las prestaciones sociales para algunas de las familias más pobres de Gran Bretaña, empujando a miles de niños a la pobreza. La líder interina del Partido Laborista, Harriet Harman, instó a los parlamentarios a abstenerse en el proyecto de ley, ya que - dijo - los votantes británicos habían señalado que querían que el Partido Laborista sea más duro con respecto a la Asistencia Social votando en un gobierno conservador.

Los tres candidatos, obedientes, se abstuvieron en el proyecto de ley, con excepción de Corbyn que votó en contra. En ese momento, muchos partidarios laboristas, todavía de duelo por la pérdida en las elecciones y completamente poco inspirados por la competencia de la dirección del partido, decidieron que ya era suficiente y respaldaron a Corbyn.

La victoria de Corbyn ofrece una gran oportunidad a la izquierda británica. Por primera vez en varias décadas, un político con inequívocos ideales de izquierda tendrá espacio en el noticiero de la noche. En los últimos meses Corbyn ha estado encabezando mítines  llenos de gente por todo el país, dejando al descubierto que el potencial movimiento de las bases de izquierda podría ser construido para apuntalar su liderazgo. Pero no hay duda que su victoria también viene con enormes desafíos - algunos de los cuales enfrentaría cualquier líder del Partido Laborista, y algunos que son exclusivos del liderazgo de Corbyn.

El Partido Laborista enfrentó una estrepitosa caída electoral en las elecciones de mayo de 2015 en Escocia, perdieron 40 diputados y se quedaron con uno sólo. Antes de que Corbyn siquiera levante la mano para convertirse en líder, el comentarista del Partido Laborista, Stephen Bush, dijo; "Para asegurar una mayoría de uno, el Partido necesita un avance del 8,75 por ciento en todo el Reino Unido"

Esto significa, bajo cualquier análisis, que el Partido Laborista sólo puede vencer en el 2020 ganando sobre aquellos que votaron por el Partido Derechista Conservador. Este es un gran reto para cualquier líder laborista - y posiblemente más difícil para los tres candidatos que estaban en contra de Corbyn y fueron ampliamente juzgados por haber llevado a cabo campañas muy pobres. Si sus intentos de ganarse a los votantes de su propio partido han sido tan decepcionantes, es difícil imaginar cómo podrían convencer a los que votaron por un partido de oposición.

Sin embargo, Corbyn también enfrentará desafíos únicos a su liderazgo. Por un lado enfrentará nada menos que al vapuleo de la prensa británica, la mayoría de los cuales son de derecha y notoriamente despiadados. Sus actividades y las actividades de aquellos con los que trabaja, serán estudiadas minuciosamente en un intento de presentarlo como un extremista cuyas creencias están en desacuerdo con los valores británicos. El destacado comentarista británico Owen Jones observó recientemente que Corbyn será sometido a "la campaña más venenosa y virulenta en la historia política británica". Ya ha habido previas del tipo de acusaciones que Corbyn enfrentará de la prensa. En las últimas semanas se ha visto obligado a negar las acusaciones de que se ha asociado con el negador del Holocausto Paul Eisen. Durante su mandato como líder, Corbyn tendrá que abordar denuncias de este tipo sin permitir que entierren su mensaje.

Corbyn también tendrá que lidiar con un electorado que ha sido convencido que los recortes a los servicios públicos son necesarios. A pesar de la gran cantidad de evidencia que demuestra lo contrario, las encuestas muestran que durante los últimos 5 años el público británico ha creído consistentemente que los recortes de gastos han sido buenos para la economía, en gran parte porque muy pocas figuras políticas han tratado de oponerse a este punto de vista. Este será un reto para Corbyn y su equipo que quiere basar su campaña en una plataforma anti-cortes. ¿Cómo puede un Partido Laborista liderado por Corbyn persuadir al público británico que las "verdades" económicas de los últimos cinco años deben ser abandonadas?

Estos no son obstáculos insuperables para Corbyn, y tiene la ventaja añadida de que el público ya está de acuerdo con él en áreas políticas clave, como la propiedad pública, la asistencia sanitaria universal y una mejor vivienda. Pero a fin de superarlos, tendrá que asegurar que su Partido Laborista tiene una visión coherente de Gran Bretaña, y que esta visión sea reforzada a través de mensajes coherentes y claros.

En términos de política, Corbyn no tendrá que abandonar sus principios, sino que tendrá que expresarlos en un lenguaje sencillo y moderado que sea accesible para la mayoría de los británicos. Tendrá que hablar a las experiencias de la gente común, y atacar agresivamente las políticas conservadoras que no abordan adecuadamente sus preocupaciones.

¿Y todas esas personas que votaron por él? Tendrán que apoyarlo nuevamente – porque él no puede ganar sin ellos.

**Ellie Mae O'Hagan es columnista habitual de una serie de publicaciones del Reino Unido escribiendo principalmente sobre los derechos de los trabajadores en sindicatos, activismo, feminismo y América Latina. Su twitter @MissEllieMae.


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