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La mala educación: PPK vs el Congreso, una cuestión de confianza

| Foto: Reuters

Publicado 19 diciembre 2016



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I

Desde su asunción a fines de julio, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) mantuvo una política de no disputa con el fujimorismo encarnado en Fuerza Popular (FP), a quien venció en las urnas por una escasa diferencia de votos. Su estilo liberal, cosmopolita y descontracturado contó con el favor de la opinión pública, llegando a alcanzar un 60% de aprobación popular en los primeros meses de su gobierno (1). A la euforia siguió la depresión y, ni siquiera las caracterizaciones de “buen gobierno” (2) que le profesaron medios internacionales como diario El País o la Revista Time, sostuvieron su imagen positiva en un país acostumbrado a engullirse a su clase política. En efecto, actualmente su popularidad ha decrecido al 50%.

PPK priorizó la gobernabilidad y para ello se mostró colaborador con una mayoría parlamentaria fujimorista, colocando en cargos públicos clave a personajes cuestionados éticamente –incluso por él mismo durante su campaña (3)-. Comenzaba entonces una fujimorización de las instituciones.

II

Jaime Saavedra, ex ministro de Educación nombrado por Ollanta Humala, -recientemente censurado por la mayoría fujimorista con el apoyo del Apra- ocupaba su puesto desde octubre de 2013. Durante su gestión sancionó una ley en 2014, mediante la cual fue creada la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). La principal función de la Sunedu consiste en resguardar los estándares de calidad de las universidades -Perú posee una vasta cantidad de centros privados creados recientemente- y éste aspecto constituye el núcleo duro de la aversión que apristas y fujimoristas le profesan. Ello debido a que los intereses de congresistas de ambas bancadas (4) podrían verse afectados directamente al no cumplir con las reglamentaciones de infraestructura y estándares educativos adecuados. Los títulos que dichas universidades otorgan a nombre de la Nación dependen de disposiciones de la Sunedu.

Saavedra era parte de la herencia ministerial del gobierno anterior junto con Mariano González, actual ministro de Defensa. PPK también ha ratificado en sus puestos a 12 viceministros de los 35 que existen. Asimismo, entre los nuevos viceministros, hay dos que han sido promovidos de una función similar o de menor rango en la anterior gestión y se mantiene a secretarios generales y asesores principales de la administración nacionalista. Kuczynski ya había adelantado este punto antes de asumir el liderazgo del Ejecutivo: “Algunos permanecerán en sus cargos, porque yo considero que los viceministros son funcionarios que deben conocer bien cómo funciona el ministerio (5)”. 

El 7 de diciembre, el ministro Jaime Saavedra fue interpelado por el Congreso para dar explicaciones por supuestas irregularidades en los gastos del Ministerio de Educación (Minedu). Aunque la acusación ponía el eje en la compra de computadoras por el monto de 146 millones de soles, fujimoristas y apristas elaboraron un pliego con 18 preguntas de las cuales sólo cuatro referían al tema en cuestión. Desde el Parlamento y, a pesar de que Saavedra respondió a las embestidas durante once horas, la bancada de Fuerza Popular (FP) no quedó satisfecha e informó a la prensa ni bien salió del recinto que presentaría una moción de censura.

La disputa adquirió relevancia ya que fue la primera vez -desde la asunción de su mandato- que el presidente Kuczynski se manifestó en abierta confrontación con la oposición parlamentaria. “Salgan del closet y digan a quiénes representan” (6), comentó desde Santiago de Chile el mandatario peruano en defensa del ministro.

III

La moción de censura constituye un mecanismo de control político íntimamente vinculado al procedimiento de interpelación, el cual una vez concluido -y al no satisfacer las respuestas de la oposición- habilita su presentación, que debe contar como requisito con la firma de un número no menor al 25%, del número legal de congresistas (30) (7). La moción requiere para su aprobación el voto de la mayoría absoluta -más de la mitad del número legal de miembros del Congreso- de acuerdo con el artículo 132° de la Constitución y el artículo 86° del Reglamento del Congreso peruano.

Esta forma de proceder ya contaba con precedentes durante el mandato de Ollanta Humala, a quien la moción de censura le arrebató dos ministros: Luis Juan Alva Castro, ministro del Interior en 2007  -cuya moción de censura ya estaba elaborada antes de que concluyera el debate interpelatorio- y la salida forzada de la primera Ministra, Ana Jara. La moción en este último caso fue aplicada a la Presidencia de Consejo de Ministros (PCM) en abril de 2015, a quien apristas y fujimoristas responsabilizaron por los rastreos perpetrados en la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). Si bien la moción de censura es una herramienta legítima, su abuso responde al cálculo político, cuyo propósito es desestabilizar al gobierno de turno.

La demostración de fuerza del Congreso puso al Ejecutivo y su gabinete ante un dilema. La periodista Rosa María Palacios, columnista del diario La República, había sugerido que el presidente del Consejo de Ministro (PCM), Fernando Zavala, convierta el proceso en una cuestión de confianza al Gabinete entero. Según el anteriormente mencionado artículo 86° este recurso solo se plantea por iniciativa ministerial y en sesión del Pleno del Parlamento. La Presidencia del Consejo de Ministros la puede presentar a nombre del mismo Consejo o por cualquiera de los ministros, antes o después de la presentación de una moción de censura.

IV

Ante el respaldo otorgado al ministro de Educación por parte de Kuczynski, el conservadurismo peruano se desperezó. En Lima, grupos cristianos -tanto católicos como evangélicos- y algunos congresistas del fujimorismo continuaron con su ofensiva a la educación. En tiempos en que la virtualidad y la política están íntimamente implicadas, bajo el hashtag #conmishijosnotemetas, exigieron retirar lo que definieron como “la ideología de género" del currículo escolar de 2017. En las puertas de los colegios comenzaron a volantear panfletos en contra del género, al que catalogan como "un sistema cerrado de pensamiento, basado en el marxismo ateo que pretende negar que hay dos sexos", o que "afirma que la persona nace sexualmente neutra" (8).

Como contracara, estudiantes peruanos han liderado una movilización bajo el lema @LaEducacionSeRespeta. La noche del lunes 12, alrededor de 10 mil personas manifestaron su apoyo a la reforma educativa y su rechazo al avasallamiento del fujimorismo. El evento creado en Facebook tuvo como  objetivo frenar el avance del Congreso en contra del ministro de Educación y defender las reformas educativas emprendidas. El reclamo aglutinó a actores anti-fujimoristas -no necesariamente simpatizantes del Presidente-, quienes han sido sus aliados coyunturales en el último balotaje. Es el mismo sector que llevó a cabo la campaña No a Keiko, la cual mediante movilizaciones en contra de lo que consideraban la vuelta a la dictadura -y para procurar el respaldo a las instituciones democráticas- le otorgara, a mitad de año, la victoria a PPK.

V

El martes 13, PPK finalmente se pronunció frente a este conflicto. Luego de un fin de semana cargado de elucubraciones, el presidente electo anunció en un Mensaje a la Nación que no plantearía una cuestión de confianza ante una eventual censura contra el ministro de Educación. Aunque calificó de injusta la censura anunciada y destacó la labor del ministro Saavedra, así como la importancia de la reforma educativa, concluyó su alocución pidiendo a los congresistas de la bancada fujimorista que reflexionen al respecto. En cuanto a los miles de manifestantes, el mandatario sostuvo: “Quiero dejar en claro que no voy a retroceder ni un milímetro en ninguna de las políticas educativas que le he encargado al ministro (de Educación). Son políticas prioritarias por las cuales miles de jóvenes marcharon anoche en las calles. No los voy a defraudar (9)".

El pasado jueves 15 de diciembre, con 78 votos a favor y sin votos en contra ni abstenciones –las bancadas de Peruanos por el Kambio y del Frente Amplio se habían retirado del recinto- fue aprobada la mentada moción de censura al Ministro Saavedra. PPK disponía de 72 horas para hacer efectiva la dimisión o rechazarla y presentar una moción de confianza.  En sus declaraciones afirmó “Me ha dolido mucho lo que ha pasado con mi ministro de Educación, lo que ha ocurrido en el Congreso ha sido insultante. Vamos tener un nuevo ministro” (10). Sin embargo, no se vistió de héroe y discretamente anunció la tarde del domingo 18 a Marilú Martens como nueva ministra.

Saavedra recibió la noticia rodeado de colegiales quienes aplaudieron su gestión. El ex ministro manifestó que el apoyo escolar significó más que los 78 votos que lo removieron del ministerio ante la falta de argumentos de sus adversarios. Por su parte, la congresista de Alianza para el Progreso Marisol Espinoza consideró la medida como  “un golpe a la democracia”, mientras Carlos Bruce, vocero de Peruanos por el Kambio, calificó el hecho como un “acto puro de autoritarismo”.

VI

El mismo jueves  el cardenal Cipriani invitó al presidente y a la lideresa de FP a entablar un dialogo que garantice la gobernabilidad, ofreciéndose como mediador. Kuczynski, quien recientemente había tenido un altercado con el eclesiástico por la píldora del día después, sostuvo: "Lo bueno de esto es que el cardenal ha recogido mi pedido de tener el diálogo. Ojalá empecemos con la lideresa de la oposición y luego iremos a Palacio con los líderes de los otros partidos. Estoy optimista con el espíritu navideño que trae el cardenal. Creo que con ese espíritu podemos trabajar" (11). Al día el representante del clero confirmó que ambos aceptaron el encuentro.

En su apuesta en favor del diálogo, PPK ha mermado las simpatías de uno y otro bando. El quid de la cuestión radica en la gobernabilidad, ya que PPK tomó posesión del poder por una escasa diferencia de votos, frente a una mayoría parlamentaria de su adversario. Su avanzada edad y el hecho de no contar con una fuerza propia sino con un conglomerado de actores que le brindaron apoyo en torno a una identidad negativa  -antifujimorismo-  aunque  heterogénea en su interior, lo convirtieron en un líder percibido a priori como débil.

El tiempo decidirá si el “mimado” de la prensa internacional logra gobernar con un Congreso adverso y apurado por depurar cualquier vestigio de la gestión del matrimonio Humala, para ocupar sus espacios y garantizar su hegemonía parlamentaria. Por lo pronto, a poco más de 100 días de iniciado su gobierno Fuerza Popular se consolidó como una sólida y efectiva oposición que no parece proclive a negociar. Sin lugar a dudas, Keiko ha demostrado “quien manda” en el controversial escenario peruano.

Artículo publicado en: http://www.celag.org/la-mala-educacion-ppk-vs-el-congreso-una-cuestion-de-confianza/

 

(11) Ibíd. anterior


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