• Telesur Señal en Vivo
  • Telesur Solo Audio
  • facebook
  • twitter
De la imagen política: algunos apuntes para principiantes
Publicado 9 abril 2022



Blogs


Un político es una persona, pero no es un artista. Se suele confundir la imagen personal de los políticos con la imagen “oficial”, la que se va a promocionar en la cyberpolítica.

Es mi historia. En este terreno pantanoso de la cyberpolítica, de la comunicación electoral y oficial he aprendido algunas cosas y muchas de ellas “llevando coñazos” como bien diría mi madre. Les dejo algunas anotaciones (que son muchas) como abreboca para mi próximo libro. Y si les resultan provechosas, l@s felicito. A ver:

1. No mientas. Si no trotas, no permitas que nadie te impulse a tomarte una foto, un video o un reel haciéndolo y definitivamente, no tomes la iniciativa por impulso propio. Si no nadas, no andes en piscina. En la social media no existen secretos, y el efecto de estos contenidos es contraproducente no sólo con las personas que te siguen, sino con tu círculo interno de trabajo. De hecho, las micro-comunidades que sí practican el deporte en cuestión pasarán del halago complaciente a la crítica intestina, un verdadero tumor para la opinión pública.

2. El vestuario si importa. A pesar de que asistimos a un cambio generacional en la política, con criterios estéticos cada vez más “amplios” el vestuario de un candidato o un político debe ser en primer lugar cónsono con su ideología. La ostentación, las prendas ajustadas o exhuberantes, incluso las prendas “atrevidas” no solamente provocan el rechazo en una parte muy importante del electorado, sino que pueden socavar la credibilidad y la seriedad del o la política. No es censura, es sentido común.

3. La gestión no es noticia. Se entiende que en la política moderna es fundamental comunicar la gestión de los funcionarios públicos. Sin embargo, es su trabajo. No hay nada de maravilloso ni único en el hecho, a pesar de lo que pueda indicar el contexto. La sobrexposición de la gestión “adormece” el interés del usuario promedio en la cyberpolítica, y provoca un rechazo muy doloroso en social media.

4. Si no hay nada bueno que decir, deja que lo digan tus maestros. Citar las fuentes de consulta, exhibir lo que se investiga, fundamenta los conocimientos guía al espectador en el plano de las ideas que maneja el politic@. Evita publicar contenidos que no dicen nada ni aportan algo a la comunidad. Evita publicar contenidos banales, superficiales, “apegados a la moda”.

5. Un político es una persona, pero no es un artista. Se suele confundir la imagen personal de los políticos con la imagen “oficial”, la que se va a promocionar en la cyberpolítica. La vida personal, las cualidades de personalidad y los defectos / virtudes del político tienen un rango de aceptación y un periodo de gracia. Pasado ese período, el usuario promedio comienza a exigir resultados concretos y tangibles en su entorno, la verdadera “carne” del debate político. Porque seamos claros: a pesar de que el mejor ejemplo de este uso precario de la comunicación política lo ejemplifica Jaír Bolsonaro (presidente de Brasil), el cual nunca debatió ni presentó al menos un plan de gobierno, también es evidente para cualquiera que su futuro político es oscuro. Al igual que Mauricio Macri en Argentina, están condenados a la invisibilidad del baúl de la historia. La personalidad y la explotación de sus encantos pertenecen al mundo de los artistas. Por algo será.

6. Basta de fotografías y videos con abuel@s, niñ@s y mascotas. Los recursos emocionales que activan estos sujetos son bastante conocidos e incluso, están sancionados en algunos países. Es muy cierto que los resortes emocionales que “tocan” estas imágenes dependen del contexto y la percepción, pero casi me atrevería a decir que son universales. Lo contemporáneo exige mucho tacto y cuidado en el uso de estos contenidos, porque rayan en el populismo y la manipulación política.

7. “Habla para que yo te vea” decía Aristóteles. El habla en un funcionario o político es el fundamento, el Pilar, el eje de toda comunicación política. Debido a esto es indispensable una buena pronunciación, un léxico decente y centrado en lo político y lo gerencial, un tono de voz educado y una gestualidad calmada y apacible. De todas las estrategias de comunicación quizás sea la más importante y a la qué hay que dedicarle mayor tiempo y esfuerzo.

8. Conoce lo que vas a hablar. Si no sabes de lo que estás hablando ten por seguro que tu audiencia se va a dar cuenta. Y quizás nadie te lo diga en cara pero es una gota de ácido en la confianza y credibilidad que te tienen. Estudia lo que vas a decir.

9. No tod@s son Lacava. El estilo de Rafael Lacava comenzó como un huracán generador de noticias, irreverente y contestatario en la línea entre el ridículo y la simpatía. Su personalidad extravagante y contestataria ha marcado un ítem en la política venezolana, pero ya no es así. Una cosa es lo que se haga para llegar al poder y otra lo que se hace en el poder. Por tanto si no tienes un buen equipo de comunicación, un estómago a prueba de balas y una conciencia liberal no vas a poder huir de lo que hiciste antes. Te perseguirá y te atacará siempre en forma de prejuicio, te colocará en minusvalía y logrará hacer daño en tu imagen, con el tiempo. Dicen por allí que los viejos pecados traen largas sombras.

10. Atiende la multiplicidad de plataformas. Ubica cada plataforma de interés y analiza sus características y lenguajes propios. No todas te van a servir (por un tema de edad, educación, género, contexto, etc.) pero la que vayas a utilizar responden a una dinámica propia, con sus bemoles. El croosover de plataformas las condena a la extinción, y con el tiempo descubrirás que el verdadero trabajo en la cyberpolítica es crear contenidos exclusivos, de calidad y para cada plataforma. No es fácil pero se puede.

11. Si. La política mundial ha cambiado, y quizás el mejor término sería que ha pasado un terremoto por ella. Las causas que antaño agrupaban sentires y voluntades en el terreno de la izquierda se han diversificado, sectorizado. Los “ísmos” abarcan luchas de género, de ambiente, de cultura, de disidencias y Nuevas ideas. Sin embargo debajo de todo eso, cuando escarbamos en el fondo nos damos con el muro del viejo Marx, localmente por acá nos estrellamos con Simón Bolivar y sobre todo que duro es darse de frente con las profecías de Chávez. Por tanto no importa cuál contemporánea y vanguardista sea la causa, siempre hay una fuente. Y hay que respetarla, honrarla y sentirla hasta en las vísceras. Los disfraces duran un suspiro.

.


teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

Comentarios
0
Comentarios
Nota sin comentarios.