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La literatura de  Dostoyevski explora la psicología humana en el complejo contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa de la segunda mitad del siglo XIX.

La literatura de Dostoyevski explora la psicología humana en el complejo contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa de la segunda mitad del siglo XIX. | Foto: Poemas del Alma

Publicado 9 febrero 2022



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Este 9 de febrero se cumplió otro aniversario de la muerte del escritor ruso, uno de los autores más influyentes de todas las épocas.

El filólogo y poeta alemán Friedrich Nietzsche calificó al escritor y filósofo ruso Fiodor Dostoyevski (30 de octubre/11 de noviembre de 1821-28 de enero/9 de febrero de 1881) como “uno de los accidentes más felices de su vida” y “el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo”.

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Y su frase le hace verdadera justicia al autor de “Crimen y Castigo” y “Los hermanos Karamazov”, considerado uno de los principales escritores de todas las épocas y un verdadero maestro en la exploración de la psicología humana en el contexto del tiempo que le tocó vivir.

Estudioso de autores como William Shakespeare, Víctor Hugo,  Aleksandr Pushkin y Nikolái Gógol, el hijo ilustre de Moscú dejó numerosas obras como “Pobres gentes” (1846, “La patrona” (1847) y “Noches blancas” (1848).

En su relación de obras inolvidables también se inscriben “Humillados y ofendidos” (1861), “El jugador” (1867), “El idiota” (1868) y “Los endemoniados” (1872), piezas teatrales como “Boris Godunov” (1825), y traducciones como “Eugenia Grandet”, de Honoré de Balzac.

Sus frases reflejan su interés por campos tan diversos como la filosofía, la psicología y la moral, e incluso abordan asuntos tan complejos y polémicos como el bien y el mal, la libertad de elección y el ateísmo.

Frases de un autor universal

1.

El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.

2.

El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive.

3.

Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular.

4.

Es mejor equivocarse siguiendo tu propio camino que tener razón siguiendo el camino de otro.

5.

El que se miente a sí mismo y escucha sus propias mentiras, llega a no saber lo que hay de verdad en él ni en torno de él, o sea que pierde el respeto a sí mismo y a los demás. Al no respetar a nadie, deja de querer, y para distraer el tedio que produce la falta de cariño y ocuparse en algo, se entrega a las pasiones y a los placeres más bajos.

6.

Me gusta que se equivoquen. En esto radica la superioridad del hombre sobre los demás organismos. Así llega uno a la verdad. Yo soy un hombre, y lo soy precisamente porque me equivoco. Nadie llega a una verdad sin haberse equivocado catorce veces, o ciento catorce, y esto es, acaso, un honor para el género humano.

7.

Si hay amor, puede prescindirse de la felicidad. La vida es buena, inclusive con penas.


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