La Covid-19 halla en mujeres y niñas a sus víctimas más frágiles

La Covid-19 no escoge a sus víctimas, pero las mujeres y las niñas constituyen dos de los grupos más perjudicados por esta pandemia y sus disímiles consecuencias.

LEA TAMBIÉN: 

Pandemia del coronavirus acentúa las desigualdades en Brasil

De acuerdo con expertos, los daños en la salud emocional y en la formación de este grupo poblacional resultan significativos, tanto o más que los daños vinculados con el contagio del coronavirus, más benigna que la evolución de los adultos y adultos mayores que lo contraen.

¿Qué repercusiones está teniendo la pandemia sobre los niños y, especialmente, sobre las niñas? ¿De qué maneras la Covid-19 y todos los efectos que ha desencadenado han hecho más compleja la situación de nuestra casa común, prendido alarmas sobre su futuro y exhortado a ser más solidarios?

 

 

Incremento de la pobreza

Al inicio de la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el ingreso mundial sufriría una contracción del 3 por ciento si la paralización productiva originada por la Covid-19 comprendía solamente el primer semestre de este año.

De entonces a la fecha se han perdido miles de empleos y se ha producido una caída de ingresos que pone en riesgo la adquisición de medios de vida por millones de familias con niños, que a menudo también obligan a los infantes, y en particular a las niñas, a realizar trabajos desde temprana edad e incluso a ser víctimas de explotación sexual y matrimonio infantil.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en situación de pobreza a partir de la crisis económica generada por la pandemia, que se sumarían a los 386 millones en esa situación a finales de 2019.

 

 

La ONU mira con preocupación el incremento de la malnutrición, pues 368.5 millones de niños de 143 países normalmente dependen de las comidas que ofrecen las escuelas como fuente fiable de nutrición, y por varios meses no han podido tener acceso a ellas.

El recorte de ingresos familiares también puede provocar que disminuyan los gastos dedicados a salud y educación, con lo que aumentaría el riesgo de futuras complicaciones en el bienestar de los menores.

En el caso de hogares precarios, sin acceso a redes de agua y saneamiento y baños propios, las mujeres y las niñas corren más peligro, pues desde antes de la Covid-19 ya carecían de condiciones para una adecuada gestión de su salud reproductiva y sexual e higiene menstrual.

Impactos en la educación

El cierre prolongado de centros docentes en 189 países ha afectado a 1.500 millones de niños y jóvenes, según la ONU. Aunque dos tercios de esos países han abierto plataformas de enseñanza a distancia, meses atrás la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) alertaba que las niñas tienen menos acceso a la tecnología digital que los varones y solo un 30 por ciento de las naciones de bajos ingresos había implementado dichas plataformas.

La clausura de las escuelas ha provocado el uso de plataformas en línea para el aprendizaje a distancia, lo cual contrasta con la modalidad presencial y más participativa de aprendizaje a que están acostumbrados los menores.

Bajo ciertas condiciones, estas plataformas pueden afectar la capacidad de interacción social de los infantes. Además, muchos de ellos, en condición de pobreza, no pueden acceder a ellas.

Con el uso de estas plataformas también ha aumentado el riesgo de que se vean expuestos a contenidos inapropiados ubicados en ellas y a depredadores en línea. Este fenómeno afecta más a las niñas, que debido a la emergencia sanitaria no tienen a su alcance a los maestros, amigos u otros apoyos escolares para denunciarlo.

 

 

Meses atrás la ONU expresó su temor de que, al prolongarse el cierre de las escuelas, se incremente la deserción escolar en las niñas, lo cual podría generar más embarazos adolescentes en años venideros.

Un reciente estudio sobre este tema en África, arrojó que las adolescentes que no asisten a la escuela tienen más del doble de probabilidades de comenzar a tener hijos que aquellas que continúan vinculadas al sistema escolar.

Riesgos para la salud

Los riesgos para la salud y el bienestar mental de los niños también son considerables. En la medida que las instituciones sanitarias se han visto saturadas por las demandas de la epidemia, ellos han tenido menores posibilidades de acceder a consultas regulares, inmunización y otros servicios.

La pérdida de algún familiar o cuidador a causa de la Covid-19 también puede tener consecuencias psicosociales en los infantes, muchos de los cuales tardan años en recuperarse de estas heridas.

En todos estos casos, resultan especialmente vulnerables los niños y las niñas refugiados, desplazados y los residentes en áreas de conflicto, así como los residentes en áreas pobres e insalubres.

 

 

Violencias de género

De acuerdo con la ONU, el prolongado confinamiento, los hogares precarios y las presiones sociales y económicas de diverso tipo han provocado un aumento de la violencia de género.

Ello ocurre en momentos en que muchas víctimas (mujeres y niñas) están atrapadas en casa con sus maltratadores, y no pueden disponer de atención sanitaria expedita debido a la sobrecarga de los servicios de salud, ni de atención judicial rápida a causa del cierre de las instituciones de justicia durante la pandemia.

En una serie de países monitoreados por ONU, las denuncias y llamadas de emergencia relacionadas con la violencia doméstica se dispararon un 25 por ciento desde que se decretaron las medidas de distanciamiento social.