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El primer ministro somalí, Mohamed Husein Roble, decretó el estado de emergencia en 2021 y en abril de 2022 reclamó ayuda internacional.

El primer ministro somalí, Mohamed Husein Roble, decretó el estado de emergencia en 2021 y en abril de 2022 reclamó ayuda internacional. | Foto: Agencia Anadolu

Publicado 7 junio 2022



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En los últimos meses, Somalia ha experimentado un incremento del 160 por ciento en cifras de personas que enfrentan inseguridad alimentaria, hambruna y enfermedades.

Cerca del 50 por ciento de la población somalí se enfrenta a crisis por inseguridad alimentaria, en muchos casos extremos, según un informe publicado de la Red de Alerta Temprana de Hambruna y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

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En abril de 2022, los organismos internacionales pronosticaron que de los 7.1 millones de somalíes en condición de inseguridad alimentaria, 81.000 sufrían hambre catastrófica y hambruna; pero las cifras de junio elevan el dato a 213.000.  

El documento refiere que entre los factores desencadenantes de esta situación figuran la cuarta temporada de sequía que azota al Cuerno de África; el aumento de los precios de los alimentos, y la escasez de fondos por concepto de ayuda humanitaria.

Ante esta situación de emergencia, el representante especial adjunto del secretario general, coordinador residente y humanitario, Adam Abdelmoula, alertó que “Somalia está en peligro de entrar en una quinta temporada de lluvias fallida consecutiva sin precedentes”.

Además, recordó que hace una década la hambruna en Somalia costó la vida a 260.000 personas.

Aunque entre enero y abril de 2022 las agencias humanitarias han asistido con medios de subsistencia de programas de prevención a 2.8 millones de somalíes, los nuevos datos indican que los la asistencia y el financiamiento de la comunidad internacional es todavía insuficiente para proteger a las poblaciones vulnerables.

El texto revela que la sequía extrema incide negativamente en la producción de alimentos agrícolas y la muerte de al menos 3 millones de cabezas de ganado; que ha provocado la disminución del acceso a la carne y la leche, sobre todo en la población infantil, lo cual incide en que aproximadamente 1.5 millones de niños menores de cinco años enfrentan desnutrición aguda.

Por otro lado, el impacto en las cadenas de suministro debido a la operación militar especial en Ucrania ha repercutido en los precios de los alimentos importados, que en algunas partes del país registran un alza entre un 140 y un 160 por ciento. Esta realidad deja desamparadas a las familias con menos recursos.

Aunque este lunes trascendió que la Organización de Naciones Unidas (ONU) asignó 13.9 millones de euros al Fondo Humanitario de Somalia (SHF) para combatir la hambruna, el representante de la FAO en ese país, Etienne Peterschmitt, aseguró que “el apoyo necesario aún no se ha materializado por completo y cientos de miles de somalíes corren un riesgo muy real de inanición y muerte”.


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