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Este es el primer fallo sancionador por los crímenes de los ESMAD en ocasión de reprimir protestas sociales.

Este es el primer fallo sancionador por los crímenes de los ESMAD en ocasión de reprimir protestas sociales. | Foto: Contagio Radio

Publicado 25 enero 2021



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Pasaron casi 16 años desde que, en 2005, el agente de la ESMAD ocasionó la muerte al niño de 15 años con una bomba lacrimógena.

El juzgado 18 del Circuito Penal de la capital e Colombia, Bogotá, emitió este lunes un fallo sancionador para el exagente de los Escuadrones Móviles Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional de ese país, Nestor Julio Rodríguez Rúa, por el asesinato del niño Nicolás Neira.

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Más de 15 años después de ocurrido el hecho, Rodríguez Rúa se convierte en el primer agente de los Esmad que resulta sancionado por los crímenes en ocasión de reprimir protestas sociales, lo cual aporta ribetes históricos a esta decisión judicial, que impuso para el sancionado una pena de 18 años de privación de libertad.

Numerosas voces se han hecho sentir a lo interno de Colombia, fundamentalmente en redes sociales, celebrando el fallo de la judicatura, en lo cual aprecian un precedente para que otros hechos similares reciban justicia, como es el caso del abogado Javier Ordóñez, asesinado por dos patrulleros de la Policía en 2020.

Nicolas Neira, de 15 años de edad, fue atacado el 1º de mayo de 2005 por dos escuadrones del ESMAD en Bogotá, mientras participaba en una movilización popular. Recibió primero golpes de macana y, posteriormente, fue víctima del impacto en la cabeza de una bomba lacrimógena disparada por el entonces agente Rodríguez Rúa.

Nico Neira, como se conoce al joven, no recibió de inmediato la asistencia médica que necesitaba, falleciendo días después en un centro asistencial, como resultado directo de las afectaciones sufridas por la acción policial.

La investigación y proceso judicial se extendieron por más de 5.400 días, período que no estuvo exento de presiones por parte de la fuerza pública hacia los familiares del joven, en particular contra su padre, Yuri Neira, principal impulsor de que no se detuviera la acción judicial, según ha denunciado reiteradamente el propio Neira.


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