Durante las protestas pacíficas América Latina se ha visto plagada de violación de derechos humanos contra las manifestantes y las minorías que acuden en búsqueda de la reivindicación social que le ha sido arrebatada por los Gobiernos de turno.
El Día Internacional de los Derechos Humanos toma fuerza el 10 de diciembre de cada año como una reafirmación de la necesidad inalienable que poseen todas las personas del planeta sin ningún tipo de distingo.
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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) oficializó en 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos a través de un decreto firmado por la Asamblea General de este ente.
En los últimos meses diversas naciones de América Latina y El Caribe han visto convulsionada su tranquilidad por una importante oleada de manifestaciones y protestas pacificas en reclamo por reivindicaciones y justicia social.
¿Quiénes lucharon por la inclusión de género en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y quién pidió que dejara de llamarse "de los derechos del hombre"?
— Naciones Unidas (@ONU_es) 8 de diciembre de 2019
Conoce a las mujeres que dieron forma a ese documento histórico: https://t.co/gofAgeByM8 pic.twitter.com/LtEI3LJmOM
Estas protestas han sido irrumpidas con extrema violencia por los cuerpos de seguridad administrados por el Estado. Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia son algunos de los países latinoamericanos que sufrieron la aplicación exagerada del cerco policial y armado para evitar que se escuchara la voz de los más vulnerables.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera arremetió contra la protesta pacífica en esa nación austral, lanzó la Fuerza Armada a las calles para que el pueblo no pudiese exigir con libertad las reivindicaciones sociales que ameritaban, situación que se acaloró tras el dictamen de toque de queda, anunciado por Piñera.
En estas movilizaciones la Policía Militar chilena, mejor conocida como carabineros, violó y violentó el libre derecho a la protesta pacífica con el uso de fuerza extrema y el accionar de armas de balas de goma contra los manifestantes, muchos de los cuales fueron afectados en los ojos.
El 30 de noviembre de 2019 el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH) informó que al menos 240 personas sufrieron heridas y afectaciones oculares por la represión empleada por carabineros.
En la jornada de manifestaciones en Colombia se registraron detenciones arbitrarias por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad) en una estrategia de intimidación contra la colectividad y los profesionales del periodismo que cubrían estos eventos.
Así lo hizo saber la Fundación para la Libertad de Prensa de Colombia (FLIP), en una denuncia pública que pretendió dar justicia y lograr la liberación de estas personas.
#ComunicadoFLIP |
— FLIP (@FLIP_org) 8 de diciembre de 2019
Entre el 21 de noviembre y el 7 de diciembre, la FLIP ha documentado que por lo menos 19 reporteros han sido detenidos de manera ilegal. En los registros recientes de la FLIP no se había presentado situación similar.
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue víctima de un sabotaje por parte de la extrema derecha de esa nación suramericana, lo que devino en un asalto a la democracia, vigorizado por un golpe de Estado contra el dignatario indígena.
Tras esta exigencia del pueblo boliviano, el Gobierno de facto apostado en ese país dirigió las fuerzas policiales contra la manifestación pacífica en vulneración directa de la libertad de expresión.
En este país se repitió la fórmula represiva contra el pueblo y sus derechos fundamentales, con la aplicación de la fuerza excesiva aupada por el Gobierno de facto boliviano.
Esta nación suramericana salió a las calles tras la batería de medidas económicas que anunciara el primer mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, determinación que estimaba una importante reducción de presupuestos para la inversión social.
Sindicatos de trabajadores y otros importantes gremio se sumaron al llamado a manifestación masiva para frenar la determinación de Moreno de acallar la voz del pueblo, pese a la fuerte represión policial que se les enfrentó en las calles de las principales ciudades ecuatorianas.