Un informe de Noticias Caracol revela órdenes que tenía el ejército para cometer falsos positivos contra la insurgencia.
Un medio local colombiano revela esta semana lo que denomina "la dolorosa marca que dejaron las ejecuciones extrajudiciales, más conocidas como 'falsos positivos'", la cual afirma "se agudiza cada día más en el país".
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El medio periodístico recuerda que en el más reciente informe de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) indicó que son 6.402 y no 2.248 las víctimas de estos asesinatos cometidos por militares, lo cual, describen llevó a Noticias Caracol a realizar lo que llaman "una completa radiografía sobre estos hechos y la aterradora forma en la que se cometieron".
Según la investigación, la ejecución de los falsos positivos en esta zona del país se caracterizó por las alianzas entre miembros del ejército colombiano y paramilitares y citan las declaraciones de un mayor retirado del ejército, quien comparece ante la JEP y ha dicho: "el batallón era una máquina de guerra y por lo tanto tenían que verse los resultados operacionales".
Son muchas las razones, las pruebas, las denuncias por crímenes de lesa humanidad, las denuncias por creación de grupos paramilitares, la responsabilidad por la política que auspició el asesinato sistemático de los 6.402 jóvenes víctimas de ‘falsos positivos’: #UribeDebeResponder
— Iván Cepeda Castro (@IvanCepedaCast) February 24, 2021
De acuerdo al medio, "fue esa presión por resultados operacionales lo que habría llevado a que se creara una alianza de la muerte con el paramilitarismo" y citan a uno de sus entrevistados, sin dar nombres, el cual dijo que "El comandante de La Popa, el coronel Mejía, era determinante en estos resultados operacionales. Él, con alias ‘39’, era quien coordinaba estas situaciones", sostiene el mayor retirado.
El informe resalta que "otro teniente retirado, también investigado, cuenta cómo se pagaban importantes sumas de dinero a los soldados por cada supuesto muerto en combate" y lo citan; "Yo escuché a mi coronel decir que 500.000 (pesos) por arma corta y un millón (de pesos) por arma larga", en un escenario donde la víctima podía ser cualquier persona, desde un campesino de la región o cualquiera que, como ellos mismos dicen, "oliera a guerrillero".
Creo que aunque nos demoremos hay que dejar de decir falsos positivos y decir: personas inocentes asesinadas por el ejército para mostrar resultados y cobrar premios.
— Piedad Córdoba ✊�� (@piedadcordoba) February 25, 2021
Aunque estas personas ya no hacen parte del ejército colombiano y, como parte de la aplicación de los acuerdos de paz, comparecen ante la JEP, aseguran que las presiones por cambiar la verdad no han cesado.