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Los principales diarios y canales de televisión, enemigos del kirchnerismo, de inmediato comenzaron a sembrar dudas sobre las circunstancias de la muerte del fiscal.
Solo un día antes de presentar sus supuestos argumentos contra la entonces presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y el excanciller Héctor Timmerman, el 18 de enero de 2015, el fiscal Alberto Nisman murió por un disparo con arma de fuego.
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El cadáver de Nisman, quien acusaba a los políticos de presunto encubrimiento a iraníes en el atentado realizado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, que dejó más de 80 muertos y unos 300 heridos, fue encontrado en su apartamento.
Varias hipótesis comenzaron a manejarse desde los primeros días, entre ellas, el posible suicidio de Nisman, que alguien lo instigara a quitarse la vida y el asesinato.
Las connotaciones políticas del caso no se hicieron esperar: los principales diarios y canales de televisión, enemigos del kirchnerismo, de inmediato comenzaron a sembrar dudas sobre las circunstancias de la muerte, sugiriendo que fue asesinado o inducido al suicidio para impedir su presentación ante el Congreso.
Políticos opositores se hicieron eco de esas teorías e idearon otras similares, asimiladas por ciudadanos que comenzaron a responsabilizar al gobierno del hecho de sangre.
Dos años después de la muerte, en enero de 2017, Viviana Fein, exfiscal que investigó durante 11 meses la muerte de su colega, afirmó que la causa judicial había sido distorsionada con pruebas inexistentes, para otorgarle relevancia en los medios de comunicación.
Fein llegó a sostener ante la prensa que el caso "se mediatizó utilizando pruebas que no existen" y contradijo a los querellantes de la causa, quienes afirmaron contar con pruebas sin que estas hubieran sido comprobadas por los peritos, y desmintió los argumentos de la expareja de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, defensora de la teoría del asesinato.
La fiscal retirada insistió en que no hubo "ninguna prueba categórica y cierta de que estuviéramos ante un acto homicida" y negó las también muy difundidas por los medios de comunicación irregularidades en el procedimiento.
Y es que la prensa, no solo nacional, divulgó informaciones según las cuales Fein había pisado sangre en la escena del crimen y permitido la entrada de personal no autorizado que contaminó la evidencia.
"Hubo una imagen de fijación previa, donde se filma el baño primero y se sacan fotos sin presencia humana" de manera que "los patrones de sangre jamás se afectaron", contrarrestó la primera representante del Ministerio Público que asumió la causa.
Pese a lo anteriormente expuesto, a finales de ese mismo año, el fiscal Eduardo Taiano, el tercero en asumir el caso, dictaminó que Nisman había sido asesinado. Durante un quinquenio las investigaciones se han prolongado y, aunque la Cámara Federal de Buenos Aires considera probado que fue un asesinato, la investigación no avanza.
Mientras, incluso en el escenario internacional se han hecho eco de la manipulación del caso en relación con CFK, y el gobierno de Israel proclamó que Alberto Nisman fue un héroe que trató de hacer justicia y fue asesinado, probablemente, por los servicios secretos paralelos del kirchnerismo.
Sin embargo, otros como el periodista Pablo Duggan afirma que Nisman estaba deprimido porque había recibido un mensaje en Whatsapp de su ex-esposa, en el cual lo amenazaba con apartarlo de sus hijas.
De acuerdo con Duggan, la auténtica conspiración del caso Nisman consistió en hacer pasar por asesinato lo que fue un suicidio, para perjudicar a Cristina Fernández de Kirchner.
Mas, la propia expresidenta ha afirmado "no tener pruebas pero tampoco dudas" de que fue un asesinato, en lo que el actual mandatario argentino, Alberto Fernández, ha coincidido al decir que le “cuesta creer que alguien que estaba viviendo ese momento de euforia (tras la denuncia) pueda terminar suicidándose”.
"Soy abogado, no puedo decir si es un asesinato o un homicidio cuando está en tela de juicio. Este documental -un audiovisual sobre el caso recientemente estrenado por Netflix- es de hace tres años, y hace tres años no existían muchas de las cosas que fueron apareciendo; lo que nunca apareció fue es la prueba", expresó.
Igualmente, el jefe de Estado recordó un diálogo que sostuvo con Nisman poco antes de su muerte y menciona en el material: "¿Pero vos tenés alguna prueba concreto de lo que estás diciendo? Mirá que no tiene mucho sustento jurídico". afirmando que "de eso los medios no dicen nada".
Acerca de esto, el exespía Allan Bogado, quien había sido señalado por Nisman como el nexo entre los argentinos que supuestamente buscaban la impunidad del atentado a la AMIA y los imputados iraníes, expuso que el gobierno de Mauricio Macri le guionó su declaración para perjudicar a CFK, a cambio de no ir preso.
Bogado, además, dijo en sus reciente declaraciones que le mandaron un mensaje de correo electrónico con los detalles del “guión”, desde la misma casilla de la cual le mandaron lo que debía decir a Leonardo Fariña, también guionado y entrenado para perjudicar a Fernández de Kirchner en una causa judicial.
El exagente de los servicios de inteligencia apuntó contra Jaime Stiuso, alias de Antonio Stiles, quien fuera director general de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia y trabajara durante 10 años, amen de su estrecha relación con la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y con la Mossad israelí.
El antiguo espía acusó a “Stiuso” de haber “usado” a Nisman para vengarse de CFK e incluso afirmó que a Nisman le mintieron y lo empujaron al suicidio, añadiendo que “los Servicios tienen un poder que te pueden llevar a eso”.
