STF ratifica su funcionamiento tras amenazas de Bolsonaro

El presidente del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Luiz Fux, manifestó este miércoles que nadie cerrará ese organismo judicial y expresó que cualquier acto de desobediencia ante sus fallos constituye un crimen, al criticar el discurso acusatorio del presidente Jair Bolsonaro en el Día de la Independencia de ese país.

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"El Supremo Tribunal Federal no tolerará amenazas a la autoridad de sus decisiones. Si el desacato a las decisiones judiciales se produce por iniciativa del titular de alguno de los Poderes, esta actitud, además de representar un atentado a la democracia, constituye un delito de responsabilidad y debe ser analizado por el Congreso Nacional", ahondó Fux.

Fux pidió a la población no dejarse llevar por narrativas que pretenden crear falsos enemigos de la nación, distantes de un carácter democrático y con una tendencia a sembrar la política del caos, asimismo, reiteró que en 130 años de vida del STF éste nunca se ha negado al crecimiento institucional, siempre en nombre y a favor de los intereses del país.

“Ningún país construye su identidad sin disentir. La coexistencia de diferentes puntos de vista sobre el mismo mundo es un presupuesto de la democracia, que no puede sobrevivir sin debates sobre la actuación de sus gobiernos e instituciones”, manifestó el presidente de la STF.

El alto funcionario rechazó los discursos que estigmatizan a todos los ministros de la STF, "la ofensa del honor de la Corte, la incitación a la población a ejercer odio hacia el STF, y el fomento al incumplimiento de las decisiones judiciales son prácticas antidemocráticas, ilícitas e intolerables”, acotó.

Por su parte, el presidente Bolsonaro se negó públicamente a cumplir las decisiones de Alexandre de Moraes, uno de los jueces del STF, y quien ordenó investigar al jefe de Estado por "calumnia e incitación al crimen" y por "difundir noticias falsas". De incumplirlas, incurriría en un delito, a tenor con lo estipulado por el Código Penal brasileño.

Las declaraciones de Fux se producen luego de que este martes más de 190 ciudades brasileñas, y otras de países extranjeros  atestiguaran movilizaciones contra la pobre gestión gubernamental de Bolsonaro; además de los actos de ataque a instituciones convocados por el mandatario en Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo.  

Bolsonaro, sobre quien pesan más de 130 pedidos de destitución (impeachment), enfrenta una caída de popularidad en las encuestas, y fuertes críticas por su gestión ante la pandemia de Covid-19 entre otras cuestiones; tanto por parte de formaciones políticas de izquierda como el Partido de los Trabajadores; como de otras como el Partido de la Socialdemocracia Brasileña, y el Partido Social Democrático.