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Patrice Lumumba fue el primero en ocupar el cargo de primer ministro de la República Democrática del Congo, entre junio y septiembre de 1960.

Patrice Lumumba fue el primero en ocupar el cargo de primer ministro de la República Democrática del Congo, entre junio y septiembre de 1960. | Foto: @PerspCommuniste

Publicado 17 enero 2024



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En noviembre de 2001, el parlamento de Bélgica reconoció la responsabilidad de su Estado en el asesinato de Lumumba y EE.UU. también confesó sus implicación en el hecho.

Hace 63 años África lamentó la partida física del líder congoleño Patricio Lumumba, uno de los luchadores más fervientes contra la colonización del Congo y el primer jefe de Gobierno de su país tras ganar su independencia de Bélgica.

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El asesinato de Lumumba fue producto de su enfrentamiento a los poderes occidentales que, por años, se apoderaron de los recursos naturales del Congo y sumieron a su población en la extrema pobreza y desigualdad.

“Ninguna brutalidad maltrato o tortura me ha doblegado porque prefiero morir con la cabeza en alto, con la fe inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir sometido y pisoteando principios sagrados", escribió Lumumba a su esposa e hijos días antes de su muerte.

Líder anticolonialista

Lumumba nació el 2 de julio de 1925 en Onalua, Katakokombe, Congo. Fue un líder anticolonialista y el primero en ocupar el cargo de primer ministro de la República Democrática del Congo, entre junio y septiembre de 1960. Su educación fue autodidacta, como consecuencia de ser expulsado de varias escuelas misionales.

El héroe africano fundó en 1958 el Movimiento Nacional Congolés, partidario de crear un Estado independiente y laico, cuyas estructuras políticas unitarias ayudaran a exacerbar el sentimiento nacional, lo que lo hizo ganador del puesto de Primer Ministro las primeras elecciones libres, en 1960.

Sin embargo, la salida de los belgas del territorio provocó más inestabilidad en el territorio, pues se generó un conflicto político con pronunciamientos militares, ataques a la población blanca y disturbios generalizados.

Asimismo, la región minera de Katanga se declaró independiente bajo el liderazgo de Tschombé, situación provechosa para su antigua metrópoli que tenía intereses en la compañía minera que explotaba los yacimientos por lo que también desplegó efectivos militares.

 

La libertad traicionada

A pesar de que Lumumba reclamó ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) los derechos de soberanía e inviolabilidad de su territorio y exigió la expulsión inmediata de las tropas belgas, su voz no fue escuchada, por lo que para salvar la situación buscó aliados en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

En un contexto de Guerra Fría esta acción supuso un enfrentamiento directo con los Estados Unidos (EE.UU.) por lo que activó sus efectivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para eliminarlo del panorama africano.

A la par, hay que señalar que, dentro de las condiciones de independencia para el Congo, Bélgica dejó un país endeudado y retiró todos sus efectivos en los sectores de la sanidad, la educación y la administración, entre otros, sin dar tiempo a su reemplazo. Este abandono confabuló contra Lumumba y fue traicionado.

 

Primero, un golpe de Estado en septiembre de 1960 lo derrocó junto a todo su gabinete y, una segunda puñalada por la espalda del militar Joseph-Désiré Mobutu, que seguía indicaciones de las agencias de inteligencia de EE.UU. y Bélgica, provocó su detención y secuestro.

Si bien existen diferentes versiones sobre su asesinato, que provocó la instauración de una dictadura de más de tres décadas, lo cierto es que el ahora Héroe Nacional de la República Democrática del Congo fue asesinado cobardemente por impulsar una lucha política e ideológica en contra de de los yugos coloniales y imperialismo norteamericano.

En noviembre de 2001, el parlamento de Bélgica reconoció la responsabilidad de su Estado en el asesinato de Lumumba y EE.UU. también confesó sus implicaciones en los hechos.


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