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  • El general Alfredo Stroessner presidió Paraguay por más de 30 años, tiempo que la población considera el más severo, por la cantidad de delitos cometidos (Foto:Archivo)

    El general Alfredo Stroessner presidió Paraguay por más de 30 años, tiempo que la población considera el más severo, por la cantidad de delitos cometidos (Foto:Archivo)

Publicado 2 febrero 2014



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Cientos de paraguayos que sobrevivieron a las detenciones arbitrarias y torturas durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) pidieron este domingo que se haga justicia, procesen a los responsables de homicidios y devuelvan a sus dueños legítimos de los bienes robados por en el autoritarismo, con motivo de la conmemoración de su fin hace 25 años.

"Exigimos juicio y castigo a los responsables de crímenes de lesa humanidad, exigimos que nos digan dónde están nuestras compañeras y compañeros desaparecidos y que el Estado provea los fondos para poder identificar a los restos hallados", dijo la sindicalista Sonia Aquino.

Aquino, quien estuvo detenida en 1983 en una cárcel con presos comunes bajo la acusación de "subversión" establecido en la Ley denominada “de la defensa de la democracia" y "de la defensa de la paz pública y libertad de las personas", que el régimen usó para agredir al pueblo.

La Comisión de la Verdad y Justicia poseía un expediente que señalaba a unas 425 personas entre decapitadas y desaparecidas durante la dictadura, unos 20 mil detenidos la gran mayoría víctimas de palizas, quemaduras y otras formas de tortura. Otros 20 mil tuvieron que refugiarse en el exilio.

La justicia paraguaya condenó a un pequeño grupo de policías por violaciones de derechos humanos y tres detenidos de ese grupo saldrán este año de prisión, confirmó el Director de Reparación y Memoria Histórica, Rogelio Goiburú, hijo del desaparecido, Agustín Goiburú.

Por su parte, el consul paraguayo en Posadas, Francisco Ortiz, también fue condenado por informar a la seguridad stronista de las actividades de Agustín, quien fue secuestrado en Argentina y llevado a Asunción (capital), y solo cumplió un mes de cárcel.

"Ningún militar, ningún alto funcionario que estimulaba la tortura, la persecución" fue procesado. Deberían abrir penas máximas de condena por hechos de tortura”, fustigó Antonio González Arce, que sufrió esa persecución, ahogamientos y diversas torturas cuando pertenecía al Partido Comunista.

Un golpe de estado urdido por su consuegro, el general Andrés Rodríguez, acabó con la dictadura el 3 de febrero de 1989 y forzó a Stroessner al exilio en Brasil, donde murió en 2006, sin haber respondido ante la justicia por los crímenes cometidos por su régimen.

Otro militante comunista, Herminio Stumpfs, estuvo siete meses esposado y sufrió sesiones de tortura similares a las de González durante sus más de 7 años en prisión, tras ser arrestado en 1971 por la policía argentina en San Justo y entregado a las autoridades paraguayas, una cooperación que se formalizaría cuatro años después en la "Operación Cóndor", un acuerdo de cooperación entre las dictaduras del Cono Sur para eliminar a personas que consideraban "subversivas".

Un golpe de Estado perpetrado por su suegro, el general Andrés Rodríguez, acabó con la dictadura el 3 de febrero de 1989 y obligó a Stroessner a exiliarse en Brasil, donde murió en 2006, sin pagar por los crímenes cometidos durante su gestión, como lo pedía la comunidad de víctimas.

Los querellantes aseveran que no hubo voluntad política para resolver los casos y encontrar a los culpables. Mientras esperaban que se haga justicia y sean penalizados los responsables, vinculados con la dictadura, así como a los colaboradores en torturas, palizas y hostigamientos.


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