La Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco, por su sigla en inglés) informó en un comunicado de prensa que los índices notificados en agosto de 2013 sobre los niveles de radiactividad del agua en Fukushima son realmente 3,5 veces más altos de lo que se dijo en un primer momento.
Esta noticia se dio a conocer después de que TEPCO confirmara que las muestras reanalizadas de líquido contenían 280 millones de becquereles de sustancias emisoras de rayos beta.
Tepco, la administradora de la central nuclear seriamente dañada en sus instalaciones por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011, destacó que las muestras del primer análisis hecho hace casi un año revelaban solo 80 millones de becquereles.
Con esta nueva información, la población japonesa reaviva su preocupación en torno al uso de la energía nuclear y los peligros aún inminentes tras la filtración de material radiactivo tras el tsunami, un hecho que ha dejado serias secuelas para la salud pública y la economía de la nación.
Pese a estas alertas y peligros, el actual Gobierno del país ha considerado reactivar los planes para el uso de la fisión nuclear como fuente de energía, descartando así la decisión de la anterior administración que había decidido suspenderla.
A finales de febrero autoridades administrativas de la central nuclear informaron sobre la desactivación de uno de los dos sistemas de eliminación de materiales radioactivos de agua contaminada de la planta.