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Un saldo de 16 muertos ha dejado el estadillo de bombas en Irak, incluidas explosiones en un vecindario de mayoría suní, informaron autoridades locales.
Los ataques más mortíferos causaron destrozos en el vecindario de Dora en Bagdad. En el hecho murieron cuatro personas producto de dos bombas que estallaron en concurridas arterias comerciales, dijo la policía. Esa misma noche, otras tres explosiones en la misma zona dejaron cinco muertos y 10 heridos.
Hasta el momento nadie se ha atribuido la responsabilidad por las explosiones, aunque en el pasado los milicianos chiíes han tomado represalias contra grupos de insurgentes suníes que han matado a algunos chiíes.
Fuera de Bagdad, la policía informó que un atacante suicida mató a cinco soldados e hirió a ocho en un puesto de control de Mishada, 30 kilómetros al norte de la capital.
Asimismo, el sábado fuentes policiales indicaron que una bomba estalló al paso de una patrulla militar, lo que dejó dos soldados muertos y cinco civiles heridos en Tarmiya, 50 kilómetros al norte de Bagdad.
La violencia de grupos suníes, parte de una serie de mayores ataques desde el año pasado, busca debilitar al gobierno que encabezan los chiíes antes de unas elecciones cruciales previstas para el 30 de abril.
Más de nueve mil candidatos se postulan a 328 escaños del parlamento iraquí. No habrá comicios en partes de la provincia de Anbar, oeste de la capital, dominada por los suníes, donde se libran intensos combates entre las fuerzas de seguridad y los milicianos seguidores de al-Qaida. Los milicianos han tomado y controlan parte de Ramadi, la capital provincial, y casi toda Faluya, una ciudad vecina.
Irak registró el año pasado su mayor número de muertos a causa de la violencia desde el 2008. Las cifras de las Naciones Unidas muestran que 8 mil 800 personas fallecieron a causa de la violencia en el 2012. Para este año ya se contabilizan 2 mil 700 muertos, sin que las fuerzas de seguridad pudieran parar el derramamiento de sangre.
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