De acuerdo a un informe de las Naciones Unidas, el uso universal de la tecnología digital, como las imágenes satelitales, las cámaras adheridas al cuerpo y los teléfonos inteligentes, puede ser utilizados como una herramienta para registrar y denunciar la violación de los derechos humanos en el mundo.
Un relator especial de la Organización de las Naciones Unidas, Christof Heyns, exhorto en un informe ante la sesión número 29 del Consejo de Derechos Humanos, “ponerse al día” con el rápido desarrollo de innovaciones en materia de investigación de los DD.HH.
El especialista manifiesta que los equipos y los programas que producen y transmiten la información en el espacio digital pueden desempeñar un papel creciente en la protección de todos los derechos humanos, incluido el derecho a la vida, al reforzar la función de los “testigos civiles” en la documentación de estas infracciones.
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A lo que puntualizó “Todos hemos visto cómo se registran en los teléfonos celulares las acciones de agentes de policía y otras personas que utilizan una fuerza excesiva, y eso conduce a medidas contra los responsables”. Afirma que las personas en todo el mundo llevan ahora en sus bolsillos un arma poderosa para registrar este tipo de hechos.
“El hecho de que esto sea bien conocido puede ser un factor de disuasión importante contra los abusos (...) La era digital presenta desafíos que solo pueden enfrentarse mediante el uso inteligente de las herramientas digitales”, dijo Heyns.
Christof Heyns indicó que distintas organizaciones están desarrollando aplicaciones de alertas, que podrán ser utilizadas por periodistas, defensores de derechos humanos y otras personas, la cual podrían utilizar para enviar un mensaje de emergencia, junto con sus coordenadas de GPS, si sienten que corren un peligro inmediato.
“Las nuevas herramientas de información también pueden potenciar las investigaciones sobre derechos humanos y ayudar a fomentar la justicia en los casos en que personas perdieron la vida o resultaron gravemente heridas”, indica el relator especial.
Agrega que las imágenes satelitales pueden emplearse para verificar esos vídeos, o a veces para mostrar pruebas de los propios abusos.
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De igual manera el funcionario Christof Heyns, advierte que no sería prudente ignorar los riesgos, pues asegura que “Aquellos con el poder para violar los derechos humanos pueden con facilidad usar los mensajes de correo electrónico y otras comunicaciones de la gente para perseguirla y violar su privacidad”.
Alega que el hecho de que la gente pueda usar los medios sociales para organizar protestas espontáneas puede hacer que las autoridades reaccionen exageradamente ante lo que perciben como una amenaza.
De igual manera existe la amenaza de que lo que no quede registrado en el vídeo no se tome en serio, "Debemos cuidarnos de la mentalidad que nos dice que ‘si no es digital no sucedió".
Heyns también aclara en su informe que no todas las comunidades, y no todas las partes del mundo, están conectadas de igual forma, y llamó la atención sobre el hecho de que “aquellos que no están conectados a menudo tienen una necesidad especial de protección”.
Denuncian los casos recientes de vigilancia y persecución de los activistas Hisham Almiraat, en Marruecos, y de Waleed Abu Alkhair, en Arabia Saudita.
HRF presentó un documento al relator especial de la ONU para la libertad de expresión para informarle sobre la forma en que el “cifrado” y el “anonimato” pueden proteger los derechos a la intimidad y a la libertad de expresión.
Heyns resalta que la comunidad internacional no es del todo consciente del poder y las trampas de la investigación digital de la realidad.
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