El Consejo de Seguridad también instó al Gobierno de Sudán del Sur a investigar rápidamente estos incidentes y a llevar a los responsables ante la Justicia, según un comunicado de la ONU.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó este jueves "en los términos más enérgicos" la reanudación de las hostilidades entre el Gobierno de Sudán del Sur y los rebeldes.
La lucha ha provocado que civiles resultasen muertos y heridos, ha violado los acuerdos de alto el fuego y ha demostrado una ausencia de compromiso de ambas partes para con el proceso de paz y político, según un comunicado emitido por el presidente del Consejo, Gary Quinlan.
La recién reactivada lucha entre el Ejército Popular de Liberación de Sudán y las fuerzas de la oposición está magnificando una crisis humanitaria que ya es grave, por la cual han sido desplazados más de 1,8 millones de sudaneses del sur, según un informe expuesto el pasado 4 de noviembre ante el Consejo de Seguridad por funcionarios de la Misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Sudán del Sur.
"Los miembros del Consejo de Seguridad reclamaron enérgicamente el fin inmediato de toda violencia, y reiteraron su demanda de acabar con las violaciones de los derechos humanos y los abusos y violaciones de la ley humanitaria internacional", enfatizó Quinlan en el comunicado.
El Consejo de Seguridad también instó al Gobierno de Sudán del Sur a investigar rápidamente estos incidentes y a llevar a los responsables ante la Justicia, según el comunicado.
En contexto
Desde el pasado mes de diciembre, Sudán del Sur ha sido blanco de numerosos enfrentamientos entre las fuerzas del presidente Salva Kiir y el insurgente Riek Machar.
El conflicto en Sudán del Sur comenzó cuando el presidente Salva Kir acusó al exvicepresidente Riak Machar de intentar perpetrar un golpe de Estado, luego de que lo destituyera. Desde entonces lo rebeldes de la oposición llevaron a cabo varios ataques en el país.
La ONU esperaba que los esfuerzos regionales para alcanzar la paz resolverían el conflicto pero los combates continúan en el norte del país.
El conflicto ha causado miles de muertes y el desplazamiento de cerca de 2 millones de personas.