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El religioso inicialmente negó haber violado a la chica, versión que acabaría cambiando por la de unas relaciones consentidas (en el juicio dijo que ella lo había incitado).
Un cura de origen guineano, Daniel Meñe Esono, fue imputado en Zaragoza, España, a cuatro años de cárcel por haber violado a una mujer mientras dormía. El religioso tendrá que pagarle a su víctima por los daños morales la cantidad de tres mil euros.
Meñe Esono se encontraba en Zaragoza tras ser invitado por un amigo a pasar unos días en casa de una amiga de este. Cenaron, bebieron vino y, entrada la noche, el eclesiástico se fue con una prima de la anfitriona a una discoteca cercana, en la que esta “consumió en abundancia bebidas alcohólicas que le produjeron una intoxicación etílica aguda”, según la misiva de la sentencia.
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La mujer fue llevada por su exnovio y el sacerdote de regreso a la vivienda debido a su grave estado (no podía mantenerse en pie). Una vez que la pareja de la chica se marchó del lugar, el religioso entró en la habitación y abusó de ella.
Minutos después entraron a la habitación los dueños de la residencia sorprendiendo al guineano, al que encontraron oculto tras la puerta. La víctima, que se despertó al cabo de varios minutos, no recordaba quién le había quitado la ropa.
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Esa mañana los médicos del hospital Clínico hallaron restos de semen en su vagina que resultaron ser del cura.
La sentencia prohíbe al cura acercarse a menos de cien metros de la mujer y mantener cualquier tipo de comunicación con ella en seis años.
