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Personas vinculadas con el ataque del 11 de septiembre, mantenían contacto con dirigentes saudíes.

Personas vinculadas con el ataque del 11 de septiembre, mantenían contacto con dirigentes saudíes. | Foto: AP

Publicado 15 julio 2016



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Las 28 páginas del informe detalla la relación de organizaciones musulmanes con terroristas o miembros de Al-Qaeda.

El exembajador y príncipe de Arabia Saudita, Bandar, financió a algunos de los secuestradores que participaron en los atentados del 11 de septiembre de 2001, se detalla este viernes en los documentos desclasificados del Congreso de Estados Unidos.

Las 28 páginas del informe sobre el ataque desplegado, revela que Bandar otorgaba miles de dólares mensualmente a Osama Bassnan, extremista y profundo seguidor del exlíder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden, a quien consideraba "un Dios".

Al menos en una ocasión Bassnan o su esposa recibieron un cheque directamente del príncipe. Por ejemplo, el 14 de mayo de 1998 le dio un cheque por 15 mil dólares.

>> Publican páginas secretas del informe clasificado del 11S

Bassnan estuvo en contacto con los terroristas en el tiempo en que estuvieron en San Diego, reportes individuales de la comunidad musulmana también lo señalan como un oficial de la inteligencia saudí, que incluso habría recibido un pasaporte falso del Gobierno de Arabia Saudita.

Asimismo, el Buró de Investigaciones (FBI por su sigla en inglés) y la Central de Inteligencia (CIA por su sigla en inglés), tenían avizorada organizaciones musulmanas que financiaban actividades terroristas.

En uno de los casos, se refieren a la Fundación Islámica de Beneficencia al-Qura como "una organización no gubernamental de carácter islamista, que tiene vínculos con actividades terroristas, entre sus apoyos está: transferencias de dinero sospechosas, proveer empleo a terroristas sospechosos, y financiar viajes a jóvenes que van a ejercer tener entrenamiento en la yihad".

También precisa que la Fundación Islamica al-Haramain (HIF por su sigla en inglés) "tiene claros nexos con el Gobierno saudí y reportes de inteligencia sugieren que proveen financiamiento y apoyo logístico a Al-Qaeda".

>> Las otras versiones del 11-S

En 1993, la HIF estableció su base operativa en Oregon y desde entonces, recibía aproximadamente 700 mil dólares de las oficinas de Arabia Saudita.

Torpedeo oficial

En los papeles, que tienen párrafos censurados, se expone que agentes del FBI y de la CIA consideraban "inútiles y obstaculizadores" a las autoridades saudíes.

En un memo de 1996 del Centro de Contraterrorismo expuso que Arabia Saudita no habilitaba mayores reportes de Bin Laden, porque tenía "mucha información sobre tratos de oficiales saudíes con islámicos extremistas en los '80 para Riad (capital saudí)".

El informe ofrece dos anécdotas sobre las respuestas negativas del Ejecutivo saudí. En 1996, el FBI y la CIA intentó hablar con Madani al-Tayyib, quien llevaba las finanzas de Bin Laden cuando el líder terrorista estaba en Sudán.

>> La CIA y las torturas "clandestinas"

La monarquía saudí se negó e indicó: "(al-Tayyib) solo es un pobre hombre que perdió su pierna, él no sabe nada".

Mientras que en 1994, fuerzas estadounidenses arrestaron a Jantal Khalifa, cuñado de Bin Laden y figura importante de Al-Qaeda. Como fue sentenciado a muerte in absentia (en ausencia) por Jordania, decidieron extraditarlo al país asiático.

Sin embargo, Jordania lo devolvió a Arabia Saudita. En opinión de la oficina de la CIA, el Gobierno "compró" la salida de Khalifa, quien fue recibido por un alto funconario saudí, y actualmente trabaja, viaja y opera libremente.


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