La reforma educativa de Chile, que ingresó este martes 5 de julio al Congreso, consolida el negocio de la educación al dejar la puerta abierta al lucro e incumple la promesa de gratuidad universal comprometida por el Gobierno.
Así lo denunció la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) en su cuenta de Twitter donde expuso los motivos por los que se opone a ese proyecto.
La organización señaló que con esa propuesta se consolida el negocio del magisterio a costa de la educación pública como derecho y se mantiene, vía Crédito Aval del Estado (CAE), el endeudamiento de más de 700 mil estudiantes del país.
La Confech agregó que el gasto militar se asegura con la Ley Reservada del Cobre mientras que la gratuidad de la educación dependerá de indicadores económicos inalcanzables.
Asimismo, señaló que en la actualidad el Estado financia más a universidades privadas que públicas y con la reforma se seguirá "desfinanciando la Educación Pública".
Denunció que el Gobierno diseñó la Reforma excluyendo de la discusión a estudiantes, rectores, trabajadores y a la misma ciudadanía.
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Para lograr la gratuidad total es necesario una nueva reforma tributaria porque, de lo contrario, el proceso será muy lento, señaló la confederación.
El Consejo de Rectores también rechazó que esta reforma no termina con la lógica del subsidio a la demanda y el endeudamiento.
Ennio Vivaldi, presidente del Consorcio de Universidades Estatales y rector de la Universidad de Chile, cuestionó el traspaso de recursos públicos que se hará a planteles privados y lamentó que no se prohíban todas las transacciones entre entidades relacionadas.