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No todas las cosas que utilizamos en nuestro hogar y lugar de empleo fueron creadas para ese fin.

No todas las cosas que utilizamos en nuestro hogar y lugar de empleo fueron creadas para ese fin. | Foto: Pixabay

Publicado 22 julio 2017



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El teléfono, el microondas y las impresoras de inyección de tinta originalmente fueron creadas para otros fines. 

La tecnología y los experimentos pueden arrojar resultados exitosos para el trabajo que se quiere obtener, pero los errores y casualidades pueden terminar con un uso diferente.

Estos tres equipos lo lograron en su época y actualmente forman parte de nuestra rutina, aunque no fueron creados para tal fin.

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Impresoras de inyección de tinta

Las impresoras de inyección de tinta se agradecen a un ingeniero que formaba parte de la compañía japonesa Canon. 

Este logró descubrir el sistema llamado Bubble jet que consiste en generar calor en unas resistencias y, a su vez, calientan la tinta. Luego, la temperatura forma una burbuja dentro de la boquilla de impresión que busca su expansión y salida hacia la superficie y de allí sale la impresión.

Lo interesante es que el sistema no se descubrió así por así, sino que el ingeniero ubicó su pluma de escribir sobre la plancha, dando como resultado al cabo de unos segundos la emisión de tinta.

El teléfono

Alrededor de 1876, el científico Alexander Graham Bell laboraba para una escuela de sordos. Sus ganas de crear un dispositivo que pudiera enviar y transmitir sonidos utilizando la electricidad eran incesantes. 

Días después de haber sido patentado el equipo, Bell logró transmitir la primera frase del texto: “Sr. Watson, venga aquí; quiero verlo”.

Con esto queda evidenciado que el origen del móvil era exclusivamente para sordos y la emisión de mensajes para ellos, en ningún momento se pensó para lo que hoy conocemos y tanto agradecemos.

El microondas 

El descubrimiento de este equipo se lo debemos a un chocolate y a Percy Spencer, un ingeniero estadounidense que formaba parte de la compañía industrial Raytheon. 

Este profesional contaba con innumerables magnetrones en el área donde estaba ubicado.

Spencer tenía un chocolate en uno de sus bolsillos, pero al cabo de unos minutos pudo observar cómo la tableta se derretía al estar posicionada frente a uno de sus aparatos. 

Así que después de investigaciones, pudo perfeccionar el dispositivo de microondas electromagnéticas de baja intensidad para su utilidad en el sector alimenticio.


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