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El legado revolucionario de Filiberto Ojeda Ríos se refleja en muchos espacios de Puerto Rico.

El legado revolucionario de Filiberto Ojeda Ríos se refleja en muchos espacios de Puerto Rico. | Foto: pr.indymedia.

Publicado 23 septiembre 2015



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El pueblo puertorriqueño ha condenado durante una década la acción del FBI, mientras los asesinos del líder independentista continúan sin ser juzgados.

A 10 años del asesinato del comandante y guerrillero puertorriqueño Filiberto Ojeda Ríos, el territorio boricua aún pide justicia por su muerte, provocada por agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos.

La  Comisión de Derechos Civiles del estado libre asociado continúa exigiendo el esclarecimiento de los hechos y la reapertura de la investigación que fue guardada, presuntamente bajo intereses del imperio estadounidense.

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El líder del Ejército Popular Boricua (EPB-Macheteros) fue perseguido injustamente durante 15 años por fuerzas federales, que le acusaban de supuestos delitos que nunca justificaron los motivos de su ajusticiamiento.

Filiberto Ojeda, de 72 años, se encontraba en una casa de seguridad del occidental municipio de Hormigueros, el 23 de septiembre de 2005, cuando alrededor de 300 agentes especiales irrumpieron en el lugar para darle captura, aunque prefirieron quitarle la vida con impactos de bala, sin importar la violación de sus Derechos Humanos.

El Dato: El crimen se produjo el mismo día que la izquierda puertorriqueña conmemora la proclamación en 1868 de la primera República de Puerto Rico, en Lares, contra el dominio colonial español.

Para muchos puertorriqueños, el único delito de Ojeda Ríos fue erigirse como el máximo representante del reclamo y defensa del derecho inalienable a la independencia y soberanía de la isla.

“El Comandante combatió de frente y con valentía. Murió como vivió: luchando por la libertad", exclama hoy un comunicado del EPB-Macheteros, con motivo del décimo aniversario del trágico acontecimiento.

A pesar de su condición de perseguido, Filiberto Ojeda Ríos se negó a abandonar Puerto Rico para preservar su vida. Se decidió a morir en su patria y a enfrentar a quienes llegaran a buscarlo.

Su muerte causó protestas por parte de los partidos Popular Democrático (PPD) e Independentista Puertorriqueño (PIP).

Solicitan reinvestigar el asesinato

La senadora María de Lourdes Santiago solicitó este miércoles al Ministerio de Justicia de Puerto Rico reabrir el caso por el asesinato de Ojeda Ríos y condenó la negativa del FBI de entregar datos que permitirían esclarecer el crimen.

A su vez, el copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), Julio Muriente, se manifestó por la reactivación de la pesquisa sobre lo que se considera un asesinato alevoso del FBI.

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De acuerdo con los dos políticos, las autoridades judiciales puertorriqueñas deben esforzarse por desenmascarar el pérfido proceder del organismo estadounidense, que dejó morir desangrado a Ojeda Ríos después que un agente especial le realizó un disparo a la altura de la clavícula derecha.

El médico Héctor Pesquera Sevillano, también dirigente del MINH, refirió en esa ocasión que el FBI impidió que facultativos que se presentaron al lugar prestaran auxilio al herido, quien pasó unas siete horas desangrándose antes de fallecer.

La Comisión de Derechos Civiles (CDC) igualmente solicitó que se reabra el caso, por considerar que hubo irregularidades en el proceder de la entidad norteamericana. Como recordó el director ejecutivo de la CDC, Ever Padilla, la recomendación realizada en 2011 para la reapertura de la pesquisa "duerme el sueño de los justos", ya que no ha tenido eco en los organismos judiciales de Puerto Rico ni Estados Unidos.

En 2008, el entonces ministro de Justicia de Puerto Rico, Roberto Sánchez Ramos, no pudo avanzar en la indagatoria debido a la negativa del FBI de entregar los datos solicitados sobre la acción.


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