Un empleado de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA en sus siglas en inglés), fue obligado a renunciar tras comprobarse que compartió su contraseña con el excontratista de inteligencia, Edward Snowden, quien la utilizó el año pasado para acceder a información clasificada. Según un memorándum del organismo, el empleado es uno de los tres sancionados vinculados al caso.
Al empleado, cuyo nombre no ha sido revelado, "presentó su renuncia" luego que se le revocara su habilitación de seguridad y que le dijeran que perdería el trabajo, según el documento presentado por el director legislativo de la NSA, Ethan L. Bauman.
Un empleado militar y un contratista privado fueron los otros trabajadores que perdieron su acceso a los datos como parte de la investigación que aún se efectúa.
Edward Snowden escapó de Estados Unidos y pidió asilo político en Rusia desde mayo del año pasado. Ha declarado que no volverá al país norteamericano en el que está acusado de espionaje porque no vislumbra que se le pueda realizar un juicio justo.
Ron Paul, antiguo miembro de la Cámara de Representantes de EE.UU., ha promovido una petición de clemencia a favor de Snowden, pues pide que pueda regresar al país norteamericano antes de que se acabe su visado ruso en julio de este año. "Edward Snowden sacrificó su estilo de vida, su ciudadanía y su libertad al exponer el preocupante alcance del programa de espionaje mundial de la NSA. Gracias a las acciones valientes de un hombre, los estadounidenses sabemos las verdaderas vías por las que el Gobierno nos espía", dijo Paul. La petición de clemencia ha sido firmada por 150 mil estadounidenses.
Entre la controversia que ha generado el caso Snowden, destacan las pretensiones de diputados noruegos de convertir al exmiembro del servicio de inteligencia en un postulado al Premio Nobel dela Paz por la publicación de documentos secretos de Estados Unidos.
Los documentos hechos públicos por Snowden dejan al descubierto una política de espionaje en Internet y vía telefónica del servicio secreto estadounidense, en los que se revela que esa nación espió a Italia, Francia y Grecia, así como también a las representaciones de la Unión Europea en Nueva York y Washington.
Según el diario The Guardian, uno de los métodos de espionaje fue pinchar un fax encriptado de los representantes de la Unión Europea en Washington, usado para enviar documentos a ministros de Europa.