El papa Francisco pidió este domingo en su homilía de Pentecostés una Iglesia que sorprenda y que no solo sea un elemento decorativo. “La Iglesia está llamada a sorprender" y que "no se resigna a ser un elemento decorativo”, afirmó.
En la plaza de San Pedro de el Vaticano, el sumo pontífice dijo que "la Iglesia está llamada a sorprender anunciando a todos que Jesucristo ha vencido a la muerte, que los brazos de Dios están siempre abiertos".
Agregó también que "la Iglesia de Pentecostés es una Iglesia que no se resigna a ser inocua, un elemento decorativo. Es una Iglesia que no duda en salir fuera, a encontrarse con la gente".
El pontífice reiteró que si la Iglesia está viva "debe siempre sorprender" pues sino "es débil, enferma y deber ser ingresada en reanimación".
La homilía fue realizada pocas horas antes de que Francisco reciba en el Vaticano al presidente israelí Shimon Peres y al líder palestino Mahmud Abbás para una plegaria inédita por la paz.
El celebración del Pentecostés conmemora el momento en que, según la tradición, después de Pascua, los apóstoles recibieron dones del Espíritu Santo que les permitieron evangelizar. También conmemora el nacimiento de la Iglesia católica.