Durante la celebración de la Pascua, el papa Francisco criticó el “silencio cómplice” y la indiferencia ante la “furia yihadista” en contra de los cristianos, haciendo referencia al ataque contra la residencia estudiantil en Kenia que dejó 148 muertos.
En este sentido, el pontífice condenó este viernes la “insensata brutalidad” de los hombres que atacaron a los estudiantes de la Universidad de Garissa en el este de Kenia, donde murieron 148 personas.
"Todos los responsables deben intensificar sus esfuerzos para acabar con semejante violencia", dijo el Papa en su discurso.
Se conoció que antes de ejecutar a sus víctimas, los hombres separaron a los musulmanes de los no musulmanes y guardaron como rehenes a los segundos.
“Hoy vemos a nuestros hermanos perseguidos, decapitados y crucificados por su fe en tí, ante nuestros ojos o a menudo con nuestro silencio cómplice", indicó el Papa al final del Camino de la Cruz, al dirigirse a Cristo.
Asimismo, la máxima autoridad de la iglesia católica pidió a Dios que apoye interiormente a los perseguidos y que el derecho fundamental a la libertad religiosa se expanda.
Ante la multiplicación de las persecuciones contra cristianos de Irak a Kenia, pasando por Libia, Pakistán o Nigeria, el Vaticano se ha mostrado preocupado y temeroso de que estos abusos no sean denunciados, incluso por las autoridades occidentales y musulmanas.