El papa Francisco concedió este martes a todos los sacerdotes la facultad para absolver del “pecado del aborto” a quienes “lo han practicado y se han arrepentido de corazón”, a lo largo del próximo Jubileo de la Misericordia, que se prolongará desde el 8 de diciembre de 2015 hasta el 20 de noviembre de 2016.
El anuncio, que ha tenido gran repercusión en medio de prensa internacionales, se incluye en una carta fechada este 1 de septiembre y dirigida al presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización y responsable de las actividades del Año Santo, Salvatore Fisichella.
Mensaje del Papa a Mons. Fisichella por el Año Jubilar “El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se... §RV http://t.co/L2w3IMABmk
— Vaticano información (@news_va_es)
septiembre 1, 2015
Según apuntó en la misiva, “el perdón de Dios no se le puede negar a quien esté arrepentido. Sobre todo cuando, con corazón sincero, se acerca a la confesión para reconciliarse”.
“Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”, expresó el Sumo Pontífice.
A raíz de esas consideraciones, Francisco decidió “conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón”.
La Iglesia y el aborto
Según los postulados de la Iglesia católica, el aborto es un pecado grave que conlleva la excomunión. Compete solo a los obispos de cada diócesis absolver de ese pecado y muchas veces existen algunos sacerdotes con permisos permanentes para hacerlo, pero suelen resultar insuficientes.
La ley fundamental de la Iglesia católica, el Código de Derecho Canónico, establece que no solo las mujeres, sino cualquiera que “procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae", lo cual incluye entonces a médicos, enfermeros o parejas de quien aborte, quienes se verán favorecidos también por la decisión papal.
Por la delicadeza del caso, Francisco pidió a los sacerdotes prepararse para “esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del padre que todo lo renueva con su presencia".