El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, coincidió este viernes junto al primer ministro británico David Cameron en mantener las hostilidades contra Rusia, bajo la excusa de que este último apoyar a los independentistas del este de Ucrania.
"Estamos de acuerdo en la necesidad de mantener fuertes sanciones contra Rusia hasta que ponga fin a su agresión en Ucrania y en la necesidad de apoyar a Ucrania a implementar importantes reformas económicas y democráticas", dijo Obama durante una conferencia de prensa conjunta con Cameron en la Casa Blanca, Washington.
Por su parte, Cameron lamentó que Rusia haya "elegido romper el libro de normas internacionales e inmiscuirse en los asuntos de un Estado soberano", algo que el primer ministro considera una "amenaza la estabilidad y prosperidad" de Europa.
"Así que seguiremos presionando a Rusia para resolver esta crisis diplomáticamente y, al mismo tiempo, seguiremos con nuestros esfuerzos para apoyar a Ucrania en el camino de las reformas, incluido con asistencia financiera", agregó.
En contexto:
El 16 de marzo, Sebastopol y Crimea celebraron un referendo donde aprobaron su incorporación a la Federación Rusa.
Al día siguiente de ese momento histórico, el Gobierno de Estados Unidos junto a la UE impusieron una serie de sanciones económicas contra bancos, funcionarios, empresarios y parlamentarios, y algunas compañías rusas.
A principios de agosto, Rusia respondió con sanciones a la UE y EE.UU. de un año para el sector agrícola y alimentario, e incluye carne, pescado, embutidos, crustáceos, moluscos, legumbres, hortalizas, lácteos, verduras y fruta. Australia, Canadá y Noruega también resultaron afectados.
El 12 de septiembre, Obama, indicó que su Gobierno impondrá nuevas sanciones sectoriales a Rusia. El mandatario acusó a Moscú de desestabilizar, "incluida la presencia de tropas rusas fuertemente armadas en el este de Ucrania".