Su designación deberá ser aprobada por el Senado. La secretaria de Estado adjunta ha liderado el diálogo para restablecer relaciones diplomáticas con Cuba.
El presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, informó este lunes su decisión de postular a Roberta Jacobson, actual secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, como nueva embajadora en México.
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De acuerdo con un comunicado emitido por la Casa Blanca, Jacobson, quien también es la jefa negociadora de EE.UU. en la histórica reanudación de relaciones diplomáticas con Cuba, sustituirá a Anthony Wayne, quien ha sido embajador desde el 2011. La designación debe ser confirmada por el Senado, el cual debe aprobar los nombramientos de embajadores que realiza el mandatario.
Durante ése mismo año, la alta funcionaria fue confirmada por el Senado como secretaria adjunta para Latinoamérica, paso en el que hubo fuertes retrasos por parte del senador opositor Marco Rubio, quien protestaba por la falta de mano dura de la Casa Blanca hacia Cuba.
Esta diplomática ha estado al servicio de Hillary Clintón y de su actual jefe, John Kerry.
Después de ejercer dos años como subsecrataria, Jacobson en la actualidad ha liderado el acercamiento de EE.UU. a Cuba, que inició el pasado diciembre y que estuvo negociado con bajo perfil durante meses. La funcionaria ha mantenido hasta cuatro reuniones con los representantes de la isla caribeña para tratar de avanzar en la reapertura de embajadas en los dos países.
Durante 2007 y 2010, Jacobson, que habla un fluido español, trabajó como subsecretaria adjunta para Canadá, México y asuntos relacionados con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y de 2003 a 2007 fue la directora de la Oficina de Relaciones con México.
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El interés de los EE.UU en mantener relaciones estrechas con el país vecino podría estar enfocado, fundamentalmente, en el ámbito del mercado, y para fortalecer sus bases de integración con otras naciones que le permita competir contra otros bloques regionales, como por ejemplo, Mercosur.
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El TLCAN establece en sus lineamientos reducciones arancelarias negociadas por periodos de desgravación para determinados productos y sectores. Sin embargo, lo que mayormente persigue EE.UU. es lograr certeza jurídica para el acceso de sus productos en los países socios, en este caso México.
Mientras tanto, en México, el TLCAN ha sido el foco de fuertes críticas por parte de diversos sectores sociales, al considerar que ha empeorado las condiciones de vida de diversos grupos, sobre todo en el campo, y pone en desventaja las producciones y los empleos del país latinoamericano. Al mismo tiempo, diversos analistas sostienen que el mecanismo no ha dado los resultados económicos prometidos con su promulgación.
Dato: El nexo comercial entre México y Canadá comenzó en 1946 con el Convenio Comercial Bilateral México–Canadá; se amplió con el Convenio de Cooperación Industrial y Energética de 1980; en 1984 continuó con el Memorándum de Entendimiento en Materia de Comercio; en 1989 surgió el Entendimiento sobre un Marco de Consultas para el Comercio y la Inversión, y en 1994 dicho nexo sería parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Injerencia de los EE.UU en México
Según denuncias realizadas en México, el alcance de las políticas norteamericanas llegan hasta el país latinoamericano con el consentimiento del presidente Enrique Peña Nieto y se siente en ámbitos como el nombramiento de funcionarios o la supuesta lucha contra el narcotráfico.
Semanas atrás, un medio estadounidense publicó que Agentes del Departamento de Justicia de Estados Unidos participaron encubiertos en operativos en México, armados, vestidos con uniformes como militares de la Marina.
Estas seudo operaciones antinarcóticos se realizan cuatro veces al año, con la participación directa de efectivos especialistas del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, adscritos al Departamento de Justicia, que al mismo tiempo, cuentan con el apoyo de agentes del Federal Bureau of Investigation (FBI) y la Drug Enforcement Administration (DEA).
La injerencia de EE.UU. también se observa en las designaciones de altos funcionarios. Durante febrero de 2013, Mandos del Ejército y de la Marina Armada de México reconocieron que el gobierno de Estados Unidos “dio el visto bueno” a Salvador Cienfuegos Zepeda y al almirante Vidal Francisco Soberón Sanz para que ocuparan las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, respectivamente.
De acuerdo con el diario La Jornada, los mandos señalaron que las agencias estadunidenses le hicieron llegar al presidente Enrique Peña Nieto sus comentarios sobre los candidatos que ocuparon esas secretarías, lo que evidencia la veracidad de lo publicado por el diario The New York Times, sobre que uno de los factores para que el general Moisés García Ochoa no fuera designado secretario de Defensa fue el punto de vista del gobierno estadunidense.