El compromiso global con la equidad de género y el empoderamiento femenino resultó el acuerdo final del 58 período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
Tras dos semanas de trabajo y una larga jornada final, que terminó en las primeras horas de este sábado, el órgano de la Organización Naciones Unidas (ONU) adoptó un documento que reconoce avances en el combate a la discriminación de las féminas, pero identifica un largo trecho por andar de cara a una igualdad verdadera.
El texto, aprobado por consenso en el foro anual, demanda además la total implementación del Plan de Acciones y la Declaración de la Conferencia de Beijing sobre la Mujer, de 1995, el cumplimiento de los Objetivos del Milenio y la inclusión de la equidad y el empoderamiento como prioridades de la agenda post-2015 de desarrollo sostenible.
La erradicación de la pobreza y el hambre -por su particular impacto en mujeres y niñas-, el fin de la violencia por motivos de género y el pleno acceso a la educación, la salud, el empleo y los derechos sexuales y reproductivos, destacan también en las conclusiones, obtenidas después de complejas negociaciones.
Fuentes diplomáticas revelaron que, fue un proceso muy difícil para lograr acuerdos, partiendo de las diferencias entre países pobres y ricos, culturas, religiones y visiones sobre el progreso.
El documento solicita el cumplimiento de los mecanismos aprobados con anterioridad, la elaboración y aplicación efectiva de leyes garantes de la equidad, el combate a la violencia y el respeto a los derechos de las mujeres.
En el segmento final de la Comisión, diversos bloques regionales y delegaciones de América Latina, el Caribe, África, Asia y Europa ofrecieron sus valoraciones sobre el documento adoptado.
Un vez más, en el evento inaugurado el pasado 10 de marzo se planteó con fuerza la importancia de la voluntad política para hacer realidad el fin de la discriminación, y reducir el espacio entre los compromisos y los avances concretos.