A cuatro años de la invasión a Libia los enfrentamientos entre grupos rebeldes, el Ejército y dos coaliciones políticas por el poder o el control de los recursos energéticos se mantiene, y este jueves cobró la vida de 12 soldados en el centro del país.
Un nuevo combate contra el autodenominado grupo Estado Islámico en medio la disputa por Trípoli (capital libia) produjo bajas a las milicias cerca de la localidad de Sirte (centro).
Dos gobiernos se enfrentan por el poder en la nación, una autoridad declarada por la milicia islamista de Fajr Libya (Amanecer de Libia) que controla Trípoli, y el gobierno nacionalista reconocido por la comunidad internacional, que tiene sede en Tobruk (este de Libia).
Mientras los milicianos se enfrentaban de forma intermitente con EI cerca de Sirte, a unos 450 km de Trípoli, otros enfrentamientos ocurrieron en el este por el control de los recursos energéticos.
Desde el derrocamiento del Gobierno de Muamar Gadafi en 2011, por parte de Estados Unidos y sus aliados de la Organización Tratado Atlántico Norte (OTAN), la nación donde un 97,5 por ciento del ingreso proviene del sector petrolero y gasífero, está sumida en el caos.
Cifras oficiales hablan de más de 30 mil muertos y unos 50 mil desaparecidos como resultado del golpe de Estado contra Gafadi. Los enfrentamientos entre las partes políticas en pugna no han permitido instaurar un gobierno estable.
Además, representantes de derechos humanos, comisionados de las Naciones Unidas para refugiados y ayuda humanitaria abandonaron el país, a merced de los grupos extremistas como el Estado Islámico, que ahora intentan controlar Trípoli.
Desde enero, el Estado Islámico ha reivindicado varios ataques en el país, entre ellos, un atentado contra un hotel en Trípoli, que dejó nueve muertos y la decapitación de 21 cristianos coptos egipcios.