La Ciudad del Vaticano vivió una jornada histórica este domingo, cuando millones de católicos presenciaron cómo el sumo pontífice, Francisco, y el papa emérito Benedicto XVI presidieron la ceremonia de canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II, una fecha que será recordada como “el día de los cuatro papas”.
La presencia de dos papas santos y dos papas vivos constituyó un momento inédito para la Iglesia, así como también fue la primera eucaristía celebrada por dos pontífices juntos, y la primera vez que se proclaman santos a dos papas en una misma ceremonia de canonización.
Francisco proclamo la santidad de ambos papas, con reliquias de los dos nuevos santos: una ampolla de sangre de Juan Pablo II y un pedazo de piel de Juan XXIII, extraída durante su exhumación en el año 2000.
"Juan XXIII y Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos", señaló Francisco en su homilía.
Cientos de miles de feligreses acudieron a la plaza de San Pedro del Vaticano para ser partícipes de la eucaristía, al igual que más de 20 jefes de Estados, primeros ministros, ministros y representantes diplomáticos de más de un centenar de naciones.
De igual manera, estuvieron presentes en la ceremonia, al menos, 150 cardenales, un millar de obispos y seis mil sacerdotes de diferentes países del mundo.
La proclamación de la santidad del italiano Angelo Roncalli (Juan XXIII) y del polaco Karol Wojtyla (Juan Pablo II) fue recibida con un gran aplauso en la Plaza de San Pedro.
Con la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, la Iglesia Católica cuenta ahora con 80 papas santos, de los cuales 73 fueron proclamados en los nueve primeros siglos de historia.
Juan XXII y Juan Pablo II alientan la fe católica
Juan XXIII (1958-1963), elegido para ser un pontífice de transición, se convirtió en un papa revolucionario para la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II y en el "papa bueno" venerado por los fieles.
En tanto, el papa Juan Pablo II (1978-2005), quien fue santo por aclamación popular y conocido como "papa de los récords", con sus 26 años de pontificado y 104 viajes fuera de Italia, también tuvo el proceso de canonización más rápido de la historia y será santo sólo nueve años después de su muerte, el 2 de abril de 2005.
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