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Más de cinco mil 200 presos palestinos en cárceles israelíes emprendieron este miércoles una huelga de hambre de 24 horas, para expresar su solidaridad con los 130 reclusos que esta semana cumplen un mes de ayuno de protesta, por permanecer privados de libertad bajo la figura de “detención administrativa”.
El viceministro palestino de Asuntos de Presos, Zeiad Abu Ein, confirmó que la huelga de hambre de todos los prisioneros en todas las cárceles israelíes se dio “en apoyo a los detenidos administrativos, quienes han estado en huelga de hambre durante cuatro semanas”.
"El objetivo de la huelga general de hambre de un día también es presionar al servicio de cárceles israelíes para que responda a las demandas de los detenidos administrativos de suspender su encarcelamiento sin juicio", señaló Abu Ein.
A pesar de la medida, el Viceministro lamenta que las autoridades israelíes "no respondan a las demandas legales de los prisioneros, principalmente las referidas al cese de la fuerza en su contra y al mejoramiento de las condiciones de su detención".
En tanto, de acuerdo con medios palestinos, otros 40 ciudadanos recluidos en la prisión de Ktziot, en el desierto de Negev, se sumaron la víspera a los 130, que llevan 29 días sin ingerir alimentos.
Los huelguistas, encarcelados bajo el mandato de la Ley de Detención Administrativa, iniciaron su huelga de hambre en demanda de conocer los cargos que se le imputan, tener auxilio jurídico y ser presentados ante un tribunal.
La detención administrativa data de la época de la dominación colonial británica en Palestina y contempla el arresto indefinido, sin causa conocida, de sospechosos de actividades nacionalistas.
En 2012, tras una huelga de hambre abierta de más de dos mil internos palestinos, los ocupantes israelíes se comprometieron con la Autoridad Nacional Palestina a abstenerse de aplicarla salvo en casos excepcionales, pero el acuerdo fue violado.
Desde el año 2000, Israel ha emitido 23 mil órdenes de detenciones administrativas en contra de activistas palestinos, medida que aunque generalmente dura seis meses, en la mayoría de los casos es prolongada por el régimen de Tel Aviv.
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