Mujeres migrantes que atraviesan México para llegar a los Estados Unidos con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida, sufren constantes vejaciones en su largo transitar. Sus testimonios están plagados de historias de terror sobre violencia, agresiones y abusos, en los que la impunidad cobra especial protagonismo.
Salen de casa con la ilusión de mejorar su vida, pero lo que ocurre en el camino dista mucho de la felicidad. Para algunas tanto dolor es el costo a pagar por el sueño americano, para otras no es nada, porque fallecen o desaparecen sumergidas en la prostitución.
"A dos de las mujeres las violaban diario. Parecían de trapo, las mujeres a las que violaban (...) Dijeron que una de ellas estaba rica y dijeron: 'le dimos por los dos lados'. Una de ellas estaba en su mes y no les importó, todos las habían violado, menos uno al que le dio asco", relató Vanesa, una migrante hondureña que cruzó la frontera, en entrevista para el Colegio de la Frontera Norte (Colef).
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Este es uno de los miles de testimonios existentes de los abusos sufridos por muchas extranjeras en México, donde las cifras de feminicidios y de desapariciones de mujeres son espeluznantes, son como sacadas de una novela con un triste y sangriento final.
¿Los responsables?, según Global Voices, todos los son. Diversas personas e instituciones, incluyendo a funcionarios del gobierno, contrabandistas, narcotraficantes y el propio pueblo que deja espacio a la impunidad, son parte del problema.
En 2014 se determinó que 80 por ciento de las mujeres y niñas migrantes que provienen de Centro América son violadas mientras cruzan México, refiere una investigación de Erin Siegal, autora de las indagaciones de Fusión, que indica que la cifra no es exacta puesto que muchas no admiten que fueron violadas y tampoco lo denuncian, porque al no tener papeles son deportadas a sus naciones de origen.
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Sumado a esto, existe una crisis de desaparición forzada de mujeres en el país azteca. La violencia contra ellas ha causado estragos en ciudades como Juárez y Ciudad de México durante años, donde algunas son encontradas muertas y las otras jamás aparecen.
El 96 por ciento de los hechos datan de los últimos dos sexenios y el 44 por ciento de ellas no había cumplido siquiera los 18 años de edad en el momento de la desaparición.
La asombrosa cifra de mil 238 mujeres y niñas desaparecidas fue reportada entre 2011 y 2012. El 53 por ciento eran menores de 17 años.
Solo en la capital mexicana, se redactaron 187 informes de mujeres desaparecidas en los primeros tres meses de 2016. El feminicidio ha tenido un crecimiento de 25 puntos porcentuales entre 1990 y 2011, con un aumento considerable y constante desde 2007.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) investigó que las autoridades solo investigaban el 24 por ciento de los casos, de los cuales 1,6 por ciento se terminaron juzgando entre 2012 y 2013.