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Postergar la partida de la casa paterna también se debe a que los jóvenes se casan a una edad tardía.

Postergar la partida de la casa paterna también se debe a que los jóvenes se casan a una edad tardía. | Foto: radio.uchile.cl

Publicado 24 julio 2017



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Un estudio revela que entre los 31 y los 40 años el 22,8 por ciento (482.506 personas) de la población de esa edad vive con sus padres, cifra similar a la de 2011, cuando la proporción era de 24 por ciento.

Al menos 919.183 chilenos mayores de 31 años viven con sus padres. Se trata del 9,7 por ciento del total de los chilenos sobre esa edad, según una investigación del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, realizada para La Tercera, que analizó la Encuesta Casen 2015.

El estudio revela que entre los 31 y los 40 años el 22,8 por ciento (482.506 personas) de la población de esa edad vive con sus padres, cifra similar a la de 2011, cuando la proporción era de 24 por ciento.

Para el rango de los 41 años y más, el porcentaje es de 6,0 por ciento (436.677 personas), proporción que en 2011 también era de 6,0 por ciento.

En el caso de los que tienen entre 25 y 30 años, el trabajo determinó que 767.412 personas vivían con sus padres en 2015 (47,4 por ciento de la población en ese tramo de edad). De ellos, el 50 por ciento son hombres y 45 por ciento mujeres, y el 54,4 por ciento tiene 13 a 16 años de estudios.

Este fenómeno se puede entender debido a que los padres viven más tiempo; y Chile es el país latinoamericano en que más rápido aumentó la expectativa de vida al nacer. Entre los períodos 1970-1975 y 2005-2010 pasó de 60,5 a 75,5 años en hombres y de 66,8 a 81,5 años en las mujeres.

Otro punto es el retraso en la edad del matrimonio. Hace tres décadas, las mujeres se casaban a los 24 años y los hombres, a los 27. Hoy, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, la edad de matrimonio es de 35,39 años para los hombres y de 32,65 años para las mujeres, lo que también retrasa la partida de la casa paterna.

A ello se agrega la precarización de las condiciones de inserción al mercado laboral, con alta informalidad, precaria red de protección social y bajos sueldos. Y si a eso le sumamos el divorcio, es acertada la cifra, señala Rodrigo Figueroa, académico de Sociología de la Universidad de Chile.

Nueva Juventud

Para Camila Mella, socióloga en la Universidad de Chile, en este fenómeno ha colaborado la redefinición de juventud. “Nunca, en la historia, ha habido tantos jóvenes. Por ejemplo, hoy el Instituto Nacional de la Juventud considera jóvenes a las personas hasta los 30 años, pero durante los 90, este período terminaba a los 25 años”, subraya.

Mella se pregunta que si las razones que llevan a un joven profesional a vivir con sus padres son las mismas que tiene un joven sin educación a seguir viviendo en el hogar de origen.

“Se tienen menos hijos (1,9 por mujer), las tasas de divorcio y de separación son más altas, por lo que tras un quiebre se vuelve a vivir con los padres”, añade la especialista en el estudio.


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