El ministerio del Interior de Marruecos anunció este domingo que desmatelaron una célula mercenaria que tenía "armas de fuego y una gran cantidad de munición" que podrían ser usadas para asesinar a "personalidades políticas, militares y civiles".
En un comunicado, el ministerio indicó que la operación de desmantelamiento fue realizada en un número importante de ciudades: Agadir y Tarudant (suroeste), Marrakech (sur), Boujad (centro), Tiflet (noroeste), Tánger (norte), Ain Haruda (región de Casablanca) y El Aaiún, la principal ciudad del Sáhara occidental.
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Además, la operación fue dirigida por la oficina central de las investigaciones judiciales, que fue creada recientemente con el propósito de hacer frente a riesgos "terroristas".
El texto señaló que los miembros de la célula mercenaria habrían jurado lealtad al autodenominado Estado Islámico (EI) y habían planeado "llevar a cabo ataques contra elementos de la seguridad para hacerse con sus armas".
Asimismo, el comunicado indicó que eran activos "en el reclutamiento y envío, con financiación extranjera, de jóvenes marroquíes" a Siria e Irak para combatir en las filas del EI, que controla territorios en esos dos países.
El año pasado, Marruecos inauguró un dispositivo de seguridad denominado "vigilancia" y completó su legislación antiterrorista.
EN CONTEXTO
El pasado 15 de marzo, al menos siete españoles fueron sentenciados a prisión por supuestamente pertenecer a una célula mercenaria ligada al Estado Islámico. El grupo se dedicaba a adoctrinar, captar nuevos militantes para la organización extremista y a distribuir propaganda radical.
También recientemente, un agente de la inteligencia canadiense fue capturado por ayudar a tres estudiantes británicas a unirse a las filas del EI. Se trató de las jóvenes Kadiza Sultana, Shamima Begum y Amira Abase quienes de acuerdo a las autoridades hace un mes salieron de sus hogares en Londres (capital de Inglaterra) con destino a Siria.
Un gran número de jóvenes de origen europeo e inglés integran las filas del EI en Siria, Turquía e Irak.
Expertos estiman que el Estado Islámico gana cerca de un millón de dólares diarios a través de la venta de crudo procedente de pozos bajo su control.
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