La Fiscalía de Düsseldorf, instancia que investiga en Alemania los posibles motivos del copiloto Andreas Lubitz para estrellar el avión de Germanwings en los Alpes franceses, determinó que el joven sufría de tendencias suicidas antes de obtener la licencia como copiloto.
En el proceso de investigación también descubrieron que el Lubitz ha registrado al menos cinco consultas médicas, por lo que la Fiscalía confiscó las historias para analizarlas.
Varios de los médicos a los que acudió el copiloto, neurólogos y psicológicos, se pusieron en contacto con la policía para informar de que el joven había sido paciente suyo.
Hace años Lubitz recibió tratamiento psicoterapéutico por querer suicidarse, pero sus problemas continuaron cuando comenzó a trabajar en la aerolínea Lufthansa, pues en el año 2009 informó a su escuela de vuelo, luego de interrumpir sus clases por meses, de que había sufrido un episodio de depresión grave del que supuestamente se había restablecido, así lo informó la aerolínea.
La Fiscalía también descubrió que el copiloto -responsable de la muerte de 150 personas- estaba en tratamiento y que además tenía una baja médica para el día de la catástrofe, algo que no comunicó a Germanwings, la filial de bajo coste de Lufthansa.
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